Acuerdos por concretar
El pasado 1 de diciembre asumi¨® la presidencia de M¨¦xico Enrique Pe?a Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Con este hecho se concret¨® el retorno al poder del partido que gobernara al pa¨ªs durante casi 70 a?os del siglo pasado y el fin tanto del Gobierno de Felipe Calder¨®n como de 12 a?os de Administraciones del conservador Partido Acci¨®n Nacional (PAN).
El nuevo Gobierno inmediatamente se aprest¨® a diferenciarse de su antecesor y cambi¨® el agotado discurso del combate al narcotr¨¢fico y al crimen organizado que caracteriz¨® a la Administraci¨®n anterior por un discurso centrado en temas de crecimiento econ¨®mico y pol¨ªtica social. Este cambio de discurso se dio en dos tiempos: por un lado, el mismo d¨ªa de su toma de posesi¨®n, Pe?a Nieto anunci¨® una serie de 13 decisiones de distinta ¨ªndole, pero con un cierto ¨¦nfasis en aspectos econ¨®mico-sociales, y por el otro, al d¨ªa siguiente, y en algo nunca antes visto, los l¨ªderes de los tres principales partidos del pa¨ªs (PRI, PAN y el izquierdista Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica, PRD) firmaron un Pacto por M¨¦xico, el cual consiste en 95 compromisos que pretenden definir la agenda legislativa a seguir en los pr¨®ximos a?os.
Estos acontecimientos (el cambio de discurso, el ¨¦nfasis en lo econ¨®mico-social y el acuerdo pol¨ªtico) dieron lugar de manera casi inmediata a una ola de efervescencia y entusiasmo por las perspectivas econ¨®micas del pa¨ªs. Todo ello aunado a una buena prensa en medios internacionales (como la reciente portada y an¨¢lisis de The Economist titulado ¡®The rise of Mexico¡¯ [el ascenso de M¨¦xico]) incluso parecieron opacar, al menos medi¨¢ticamente, las protestas y los enfrentamientos que ocurrieron el d¨ªa de la toma de posesi¨®n de Pe?a Nieto. Ahora bien, ?qu¨¦ representan realmente estas primeras se?ales de parte del nuevo Gobierno?
Lo primero que hay que decir es que representan un cambio muy oportuno en los temas de gobierno. El tema de la inseguridad y el combate al narcotr¨¢fico no solo hab¨ªa causado dolor y muerte entre muchas familias mexicanas, sino que tambi¨¦n hab¨ªa polarizado al pa¨ªs y le hab¨ªa causado un enorme da?o en su imagen internacional, por lo que el cambio de discurso es realmente refrescante y bienvenido.
Lo ¨²nico que podemos hacer frente al nuevo Gobierno es darle el beneficio de la duda
En cuanto a las decisiones iniciales del presidente, algunas de ellas son potencialmente relevantes aunque de impacto limitado (como la licitaci¨®n de dos nuevas cadenas de televisi¨®n abierta o las obras de infraestructura local anunciadas), otras fueron muy vagas (como la cruzada contra el hambre o el programa de austeridad), mientras que otras son m¨¢s bien populistas (bajar de 70 a 65 a?os la edad requerida para recibir una pensi¨®n m¨ªnima) o redundantes (como el anuncio de que no habr¨ªa d¨¦ficit fiscal, lo cual ya se considera en una ley previa).
Por otra parte, el Pacto por M¨¦xico, inicialmente recibido con gran euforia en algunos c¨ªrculos, quiz¨¢ empiece a ser analizado y valorado con mayor cautela en los pr¨®ximos d¨ªas. Una lectura cuidadosa de los compromisos revela no solo la ausencia de prioridades, sino tambi¨¦n la existencia de muchas ambig¨¹edades e indefiniciones en temas relevantes: ¡°Se buscar¨¢ reducir el sector informal¡±, ¡°Se mejorar¨¢¡ cobro de impuestos¡±, ¡°Se revisar¨¢ dise?o y ejecuci¨®n de impuestos¡±, ¡°Se cambiar¨¢ marco legal para que banca comercial¡ preste m¨¢s y m¨¢s barato¡±.
Sin embargo, de todos los temas incluidos en el acuerdo, el que quiz¨¢ m¨¢s sorprenda a muchos es el relacionado con la reforma energ¨¦tica o de Petr¨®leos Mexicanos (Pemex). El acuerdo establece lineamientos que sugieren que la reforma a Pemex ser¨¢ m¨¢s bien de tipo administrativo u organizativo y que, contrario a lo ofrecido en campa?a, no habr¨ªa mayor acceso al sector privado en las ¨¢reas de exploraci¨®n y extracci¨®n de petr¨®leo, aunque s¨ª podr¨ªa haberlo en ¨¢reas de menor rentabilidad como petroqu¨ªmica o refinaci¨®n. Para muchos inversionistas nacionales y extranjeros que escucharon en campa?a al candidato Pe?a Nieto esto sin duda representar¨¢ algo cercano a una traici¨®n a sus promesas, mientras que, internamente, el simple intento de apertura de algunas ¨¢reas hoy reservadas al Estado representar¨¢ un agravio que no aceptar¨¢n tan f¨¢cilmente.
Por todo lo anterior, considero que el entusiasmo que hasta ahora parece haber despertado el nuevo Gobierno empezar¨¢ a moderarse en las pr¨®ximas semanas y que entonces podremos analizar con mayor frialdad cu¨¢les son las verdaderas perspectivas econ¨®micas del pa¨ªs. Por el momento, creo que lo ¨²nico que podemos hacer frente al nuevo Gobierno es darle el beneficio de la duda, ver c¨®mo se empiezan a traducir en pol¨ªticas concretas los acuerdos establecidos y analizar c¨®mo se van dirimiendo las diferencias pol¨ªticas que sin duda aparecer¨¢n en cuanto se empiecen a definir los detalles de algunas de las reformas propuestas. J
Gerardo Esquivel es doctor en Econom¨ªa por la Universidad de Harvard, profesor-investigador del Colegio de M¨¦xico y Premio Nacional de Periodismo 2011.
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