La UE se sumerge en la recesi¨®n
La econom¨ªa europea profundiza su ca¨ªda hasta el 0,6% en el ¨²ltimo trimestre La austeridad castiga ya a Alemania y al resto de grandes pa¨ªses de la eurozona
El auge, y no la depresi¨®n, es la hora adecuada para la austeridad: la UE desoye desde hace tiempo las lecciones de la historia econ¨®mica, envuelta en esa especie de celo mesi¨¢nico que consiste en acometer reformas y recortes ¡ªa toda velocidad, en todas partes a la vez¡ª con la esperanza de que la econom¨ªa se recupere. Pero lo que sucede, de momento, es lo contrario. Sin espacio para un paquete de est¨ªmulo que compense la cura de adelgazamiento, el club del euro se sumergi¨® en la recesi¨®n a finales del a?o pasado ¡ªy van tres trimestres consecutivos¡ª, con una ca¨ªda del PIB del 0,6% de octubre a diciembre, la mayor desde 2009, desde la era pos-Lehman Brothers.
Alemania, Francia, Italia y Espa?a, los cuatro grandes pa¨ªses de la eurozona, est¨¢n ya en n¨²meros rojos, seg¨²n las cifras publicadas este jueves por Eurostat. Pero la crisis no atiende a tama?os: la ca¨ªda trimestral solo es un poco menor, del 0,5%, si se ampl¨ªa el foco hasta los Veintisiete socios de la Uni¨®n. Y empeora todas las previsiones habidas y por haber: las fallidas estimaciones de la Comisi¨®n, las del BCE, las del FMI y las de la mayor¨ªa de casas de an¨¢lisis.
Ni siquiera Berl¨ªn resiste ya los efectos secundarios de su propia receta: Alemania registra una ca¨ªda de la actividad del 0,6%, la mayor desde los peores momentos de la Gran Recesi¨®n. En Francia, la segunda econom¨ªa europea, el Gobierno de Fran?ois Hollande da por hecho que no va a poder cumplir con el objetivo del recorte de d¨¦ficit ¡ªsiguiendo la senda abierta por Espa?a¡ª por la extrema debilidad de su situaci¨®n econ¨®mica, sumida en una especie de anemia desde hace tiempo.
Solo peque?os pa¨ªses del Este de Europa crecen en el trimestre
La Comisi¨®n solo admite que las cifras est¨¢n ¡°ligeramente por debajo¡± de las expectativas. No lo parece a la luz de sus ¨²ltimas previsiones de oto?o: Bruselas esperaba una ca¨ªda del 0,2% para la zona euro y del 0,1% para Alemania en el trimestre, frente al 0,6% publicado para ambos. Un portavoz del comisario de Asuntos Econ¨®micos, Olli Rehn, auguraba una ¡°gradual¡± vuelta al crecimiento en la segunda mitad del a?o. Pero el BCE preve¨ªa una ca¨ªda del PIB del 0,3% para 2013 incluso antes de la reciente apreciaci¨®n del euro, que dificulta la salida de la crisis v¨ªa exportaciones. A juzgar por el historial de Bruselas, ese optimismo est¨¢ en entredicho: el informe de oto?o arrancaba asegurando que la recuperaci¨®n se atisbaba entonces ¡ªhace casi seis meses¡ª en el horizonte.
Frente a las perspectivas de la Comisi¨®n, los economistas consultados anticipan un futuro en la gama de los grises. Desde EE UU, el influyente Ken Rogoff explicaba a este peri¨®dico que la eurozona ¡°tiene a¨²n por delante algunos a?os de doloroso desendeudamiento antes de volver a estar cerca de su potencial¡±. ¡°Las reformas que se est¨¢n acometiendo deber¨ªan ayudar, pero pueden llevar varios a?os y es dif¨ªcil separar ahora mismo la mera ret¨®rica de los cambios reales. Mientras el panorama no se aclare, adem¨¢s, los riesgos pol¨ªticos que estamos viendo van a traer peri¨®dicamente episodios de incertidumbre¡±, seg¨²n el profesor de Harvard, que vaticina 10 a?os problem¨¢ticos, con sucesivas reca¨ªdas y recuperaciones, como los dientes de sierra de una tabla de temperaturas en una cama de hospital. Europa ha superado el ecuador de esa temida d¨¦cada perdida, y sigue sin recuperar los niveles de actividad previos al estallido de la crisis.
La ca¨ªda triplica a la que esperaba Bruselas hace unos meses
Pese a que faltan todav¨ªa datos de alg¨²n pa¨ªs, el mapa del PIB europeo sigue ampliando las zonas rojas. M¨¢s de la mitad de los Veintisiete presenta ca¨ªdas de actividad. Norte y Sur, centro y periferia, socios pretendidamente virtuosos ¡ªFinlandia y Holanda¡ª y supuestos pecadores como Espa?a e Italia est¨¢n en un territorio negativo del que solo escapan media docena de pa¨ªses relativamente peque?os: Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania y Eslovaquia. Frente a los difusos brotes verdes (el BCE habla de un ¡°contagio positivo¡± que no termina de aparecer fuera de los mercados financieros), dos de los tres pa¨ªses rescatados est¨¢n sumidos en lo que ya puede llamarse con todas las de la ley una depresi¨®n profunda: Portugal se contrae a un ritmo cercano al 2% trimestral, y Grecia registra una ca¨ªda anual del 6%. Palabras mayores.
Con todo, en el fondo s¨ª puede decirse que el riesgo de ruptura del euro se ha suavizado. Los temores de que algunos pa¨ªses no puedan pagar sus deudas se han reducido tras el espaldarazo del BCE en oto?o. Pero se trata de un avance a trompicones: Fred Bergsten, del Peterson Institute, asegura en Foreign Affairs que para dejar atr¨¢s definitivamente el invierno del euro ¡°Alemania debe dejar de centrarse en reducir el d¨¦ficit para generar m¨¢s inflaci¨®n y gasto¡±, algo que puede descartarse hasta las elecciones, y pide a Bruselas ¡°un plan de est¨ªmulo para Europa¡±, en el que solo est¨¢ meridianamente clara la suavizaci¨®n del objetivo de d¨¦ficit para Francia, Espa?a y alg¨²n otro pa¨ªs. No parece haber dinero ni voluntad pol¨ªtica para nada m¨¢s.
Rehn ataca al FMI por su cr¨ªtica a la austeridad europea
El FMI public¨® en diciembre un informe demoledor en el que asegura que los ajustes en Europa son un fracaso porque no tienen en cuenta el verdadero impacto de la austeridad sobre el crecimiento, lo que en la jerga se denomina el efecto de los multiplicadores fiscales. La idea es sencilla: si toda la eurozona aplica a la vez agresivos recortes, el resultado es una recesi¨®n y una trampa de deuda. El Instituto Nacional de Econom¨ªa e Investigaci¨®n Social, un prestigioso centro de an¨¢lisis de Londres dirigido por Jonathan Portes, y varios estudios de destacados analistas (Larry Summers, Brad DeLong y Paul De Grauwe, entre otros) vienen a decir lo mismo. Pero Bruselas no est¨¢ de acuerdo. El vicepresidente Olli Rehn ha enviado una carta a varios ministros de Finanzas, al BCE y al FMI (que se ha visto obligado a matizar su an¨¢lisis por problemas metodol¨®gicos, pero se mantiene en sus trece), en la que argumenta que ese debate es prejudicial: ¡°Puede erosionar la confianza en los ajustes; no e ¨²til¡±. Rehn defiende a capa y espada la denominada austeridad expansiva, pese a los tres trimestres de reca¨ªda del PIB en el club del euro: ¡°Una consolidaci¨®n fiscal cuidadosamente calibrada en un horizonte cre¨ªble a medio plazo crea las condiciones para un crecimiento sostenible¡±.
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