Correa censura al tribunal arbitral que lleva la demanda presentada por Chevron

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, reci¨¦n reelegido para un nuevo mandato, critic¨® hoy duramente al tribunal arbitral que lleva una demanda presentada por la petrolera Chevron, y denunci¨® los tratados bilaterales de inversi¨®n como "un verdadero colonialismo".

En un encuentro con la prensa extranjera en el que deline¨® algunas de sus prioridades en pol¨ªtica exterior en los pr¨®ximos cuatro a?os, Correa pidi¨® que Am¨¦rica Latina rechace el sistema internacional de arbitraje de disputas de inversi¨®n y cree instancias regionales que lo sustituyan.

"Esos tribunales son alcahueter¨ªa en beneficio de las trasnacionales", asever¨® Correa, un economista de izquierda aliado del presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez.

El presidente se refiri¨® espec¨ªficamente a la demanda interpuesta por Chevron ante un tribunal de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya en base al tratado bilateral de inversiones entre Quito y Washington.

Ese panel determin¨® a principios de febrero que Ecuador incumple leyes internacionales "al no haber impedido" la ejecuci¨®n de un fallo contra Chevron que le obliga a pagar 19.000 millones de d¨®lares por un caso de contaminaci¨®n en la Amazon¨ªa.

El tribunal arbitral "se ha declarado competente invocando un tratado de 1998 cuando Chevron, anteriormente Texaco, sali¨® del pa¨ªs en 1992, eso es monstruoso, ya basta de tanto abuso", asever¨® Correa.

Durante el procedimiento, iniciado por la petrolera en 2009, la Procuradur¨ªa (fiscal¨ªa) de Ecuador ha insistido en que ese panel no deber¨ªa tener jurisdicci¨®n, en parte porque supone una aplicaci¨®n retroactiva del tratado bilateral de inversiones.

Por su parte, Chevron argumenta ante el tribunal que Ecuador debe ser responsable "por el fraude cometido a trav¨¦s de su sistema judicial en el caso".

En 2011 un juez ecuatoriano conden¨® a la petrolera a pagar m¨¢s de 19.000 millones de d¨®lares por da?os ambientales ocasionados entre 1964 y 1990 en la Amazon¨ªa ecuatoriana por Texaco, que fue adquirida posteriormente por Chevron.

La sentencia fue confirmada por un tribunal de apelaci¨®n y ahora est¨¢ en manos de la Corte Nacional de Justicia.

Correa tambi¨¦n critic¨® hoy el laudo emitido el pasado octubre por un tribunal del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) que ordena a Ecuador a pagar 1.770 millones de d¨®lares m¨¢s intereses a la petrolera Oxy por rescindir un contrato en 2006.

"El tribunal del Ciadi le otorga m¨¢s que lo que pidi¨® la petrolera y reconociendo que incumpli¨® la ley, b¨¢sicamente lo que hace es juzgar la ley ecuatoriana, que es muy dura, como si el inversionista no conociera la ley, imag¨ªnese si eso se lo hiciera a Estados Unidos", dijo el presidente.

La compa?¨ªa estadounidense present¨® su demanda en 2006, despu¨¦s de que el Gobierno de Ecuador le cancelara el contrato de explotaci¨®n del llamado bloque petrolero 15 porque Oxy cedi¨® sin avisarle el 40 por ciento de sus derechos en ese campo a AEC, una filial de la canadiense Encana.

El Ciadi suspendi¨® la ejecuci¨®n de la condena temporalmente tras recibir una petici¨®n de anulaci¨®n del pa¨ªs andino, aunque los intereses de la indemnizaci¨®n siguen acumul¨¢ndose.

Correa indic¨® que su Gobierno seguir¨¢ denunciando los tratados bilaterales de protecci¨®n de inversiones firmados por Ecuador, que permiten que las multinacionales pongan las demandas en tribunales arbitrales internacionales cuando creen que se han violado sus cl¨¢usulas.

El presidente consider¨® esos acuerdos como "un verdadero colonialismo" y "la antolog¨ªa del abuso del imperialismo".

El Gobierno de Ecuador inst¨® en enero a la Asamblea Nacional a que derogara los tratados de inversi¨®n en vigor.

Ecuador suscribi¨® 23 acuerdos de ese tipo, con pa¨ªses como Argentina, Pa¨ªses Bajos, Chile, Canad¨¢, Venezuela, Espa?a y Estados Unidos, pero el ¨²nico que ha sido derogado hasta ahora es el firmado con Finlandia, seg¨²n explic¨® entonces a Efe el viceministro de Comercio Exterior, Francisco Rivadeneira.