El FMI enciende la luz roja en Europa
La econom¨ªa europea marcar¨¢ la reuni¨®n de primavera del Fondo La instituci¨®n alerta de la fragmentaci¨®n financiera y de la falta de liquidez
EE UU debe embridar sus cuentas, Jap¨®n ha dado la campanada con una avalancha de liquidez, pero sufre una deuda p¨²blica colosal, y las potencias emergentes deben reforzar sus defensas. Pero el gran asunto es Europa. La econom¨ªa del Viejo Continente centrar¨¢ las preocupaciones de la asamblea de primavera que esta semana celebra en Washington el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya habla de un mundo de tres velocidades: las econom¨ªas en desarrollo, en la primera; Estados Unidos y pa¨ªses como Suiza o Suecia, en la segunda, y, por ¨²ltimo, las econom¨ªas europea y nipona.
El organismo har¨¢ p¨²blicos ma?ana sus informes sobre las perspectivas econ¨®micas mundiales y la situaci¨®n fiscal. Si se confirman los datos del borrador al que ha tenido acceso Bloomberg esta semana, las previsiones del FMI siguen situando a la eurozona en el epicentro de la crisis, ya que determinan una contracci¨®n del 0,2% para el conjunto de los 17 pa¨ªses, con la incertidumbre pol¨ªtica en Italia y los problemas de deuda. Las medidas adoptadas por los distintos pa¨ªses no han mejorado (aunque tampoco empeorado) los augurios.
El FMI defiende los est¨ªmulos hasta que se ancle la recuperaci¨®n
En la fotograf¨ªa global, el avance previsto para la econom¨ªa mundial en 2013 apenas var¨ªa respecto a lo estimado en enero, al pasar del 3,5% al 3,4%, pero al acercar el foco saltan a la vista las diferentes velocidades. Los recortes presupuestarios, seg¨²n este mismo borrador presentado al Consejo del FMI hace dos semanas, pasar¨¢n factura a EE UU, cuyo crecimiento previsto mengua del 2% al 1,7% como consecuencia del efecto de esta dosis de austeridad sobre el consumo. Aunque el precipicio fiscal se ha evitado, el fondo ve necesario un plan de medio y largo plazo para reducir su deuda. Mientras, en Jap¨®n el crecimiento previsto ha pasado del 1,2% al 1,5%, si bien su deuda p¨²blica desbocada ¡ªroza ya el 245% de su producto interior bruto (PIB)¡ª y los riesgos de la deflaci¨®n colocan al pa¨ªs en esa tercera velocidad de la econom¨ªa mundial de la que habla el FMI.
La directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, ya ha se?alado los grandes agujeros: Europa no acaba de lograr que la lluvia de liquidez de su banco central se traslade a la econom¨ªa real y la banca se remoza a un paso de tortuga que no se puede permitir. Adem¨¢s, el Fondo alerta de que dentro de Europa crece la brecha entre sus dos propias velocidades: ¡°La tuber¨ªa est¨¢ atascada, estamos viendo una mayor fragmentaci¨®n financiera¡±, dijo la semana pasada Lagarde. Los cientos de miles de millones gastados en sus entidades no sacan a la econom¨ªa del atolladero y, a la debilidad de grandes econom¨ªas del euro como Espa?a e Italia se suman a un incendio peque?o, pero da?ino, como el de Chipre y a los temores sobre Eslovenia.
El FMI observa c¨®mo, cinco a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de Lehman Brothers, EE UU experimenta un crecimiento sostenido, apuntalado en su demanda interna, mientras Europa no acaba de dar con la tecla para volver a la carrera. El viejo continente encarna, junto a Jap¨®n, el grupo de las econom¨ªas de la tercera velocidad, con la diferencia de que el Ejecutivo nip¨®n acaba de poner en marcha un agresivo plan de est¨ªmulos. Lagarde fue contundente con Europa en su discurso de hace unos d¨ªas en Nueva York: ¡°Especialmente en la periferia muchos bancos est¨¢n a¨²n en un estadio muy preliminar de soluci¨®n, con poco capital y demasiados cr¨¦ditos t¨®xicos¡±.
Est¨¢ de acuerdo con ella Daniel Gros, del laboratorio de ideas bruseliense CEPS, quien admite que Europa desaprovecha en cierto modo las ayudas del Banco Central Europeo (BCE): ¡°el sistema bancario europeo y, en especial, de la zona euro, permanece muy d¨¦bil y la reestructuraci¨®n es muy peque?a en el sector. En este sentido, se est¨¢ desperdiciando el BCE¡±. No obstante, advierte de que esta reestructuraci¨®n ¡°s¨ª se est¨¢ llevando a cabo en la econom¨ªa real, las exportaciones de los pa¨ªses perif¨¦ricos est¨¢n creciendo a buen ritmo, excepto en el caso de Italia, y las balanzas por cuenta corriente se est¨¢n volviendo positivas¡±.
La senda de la recuperaci¨®n ¡°seguir¨¢ llena de obst¨¢culos en las econom¨ªas avanzadas¡±, considera el Fondo. A Europa le pone, entre los m¨²ltiples deberes, avanzar en la uni¨®n bancaria. Y, adem¨¢s, las pol¨ªticas expansionistas de los bancos centrales ¡ªpor la v¨ªa de compras de bonos, los bajos tipos de inter¨¦s o cr¨¦dito barato¡ª no pueden durar eternamente, dados los riesgos que conllevan para la estabilidad financiera en el futuro. Adem¨¢s, un informe de la instituci¨®n se?ala que medidas excepcionales como la compra de bonos est¨¢n perdiendo efectividad. Aun as¨ª, en conjunto, el FMI defiende que los est¨ªmulos se mantengan hasta que se ancle la recuperaci¨®n.
Charles Wyplosz, del Graduate Institute, de Ginebra, no ve alternativas: ¡°los bancos centrales sencillamente no tienen m¨¢s elecci¨®n que intentar llevar adelante las pol¨ªticas monetarias expansionistas ante esas pol¨ªticas autodestructivas de austeridad de sus Gobiernos¡±. Concede que un precio del dinero demasiado bajo ¡ªel del euro est¨¢ en m¨ªnimo de la historia del euro, el 0,75%, y el de EE UU cerca del cero¡ª puede impulsar burbujas, pero insiste en que ¡°esto puede o puede no ocurrir y no deber¨ªamos encender las alarmas antes de que haya se?ales claras¡±. Adem¨¢s, ¡°hay f¨®rmulas para combatir estas burbujas, como aumentar los ratios de dep¨®sitos sobre pr¨¦stamos a los bancos en los cr¨¦ditos, por ejemplo¡±. Wyplosz es claro: ¡°Dejemos de preocuparnos de los bancos centrales y empecemos a hacer preguntas dif¨ªciles a los Gobiernos¡±. Muchas de estas cuestiones a las que se refiere Wyplosz surgir¨¢n esta semana en Washington. El FMI reconoce a los socios del euro sus esfuerzos, pero pide m¨¢s. Lagarde lo dej¨® claro: ¡°no es f¨¢cil para 17 pa¨ªses acordar e implantar grandes iniciativas pol¨ªticas en tan poco tiempo¡±, pero, al mismo tiempo, ¡°a¨²n hay mucho que hacer¡±.
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