Las palabras que la crisis trajo a nuestras vidas
"Austericido", "escrache", "prima de riesgo", "indignados", "hombres de negro", "recesi¨®n""crecimiento negativo", "quita" o "miniempleos" son palabras, expresiones y t¨¦rminos que han entrado en nuestras vidas diarias con la fuerza de un cicl¨®n, con la fuerza de la crisis.
?C¨®mo influye la situaci¨®n que vivimos desde hace a?os en el modo en que hablamos? ?Y c¨®mo influye nuestra manera de hablar, de contar y de contarnos la crisis, en el modo en que la vivimos?.
Sobre esas dos preguntas girar¨¢ este a?o el Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, que organizan la Fundaci¨®n del Espa?ol Urgente (Fund¨¦u BBVA) y la Fundaci¨®n San Mill¨¢n los d¨ªas 16 y 17 de mayo.
El seminario, que ser¨¢ inaugurado por la Princesa de Asturias y cuya lecci¨®n inaugural correr¨¢ a cargo del catedr¨¢tico de Metaf¨ªsica y exministro de Educaci¨®n ?ngel Gabilondo, reunir¨¢ a ling¨¹istas, periodistas y economistas para debatir sobre aspectos como el uso de las met¨¢foras y los eufemismos a la hora de hablar de la crisis o la creatividad del lenguaje de la contestaci¨®n.
Los problemas para explicar una realidad compleja a un p¨²blico heterog¨¦neo y el dilema entre el catastrofismo y la correcci¨®n pol¨ªtica ser¨¢n otros de los asuntos sobre los que se hablar¨¢ en San Mill¨¢n.
Salvador Guti¨¦rrez, catedr¨¢tico de Ling¨¹¨ªstica General de la Universidad de Le¨®n y miembro de la Real Academia Espa?ola, se?ala que "las crisis no solo constituyen un f¨¦rtil humus para la filosof¨ªa, sino tambi¨¦n para la lengua. Surgen nuevas realidades, problemas con diferente fisonom¨ªa, circunstancias que aportan angustia, reacciones no conocidas...".
"Ante estas situaciones, el hombre, que es ante todo hablante, necesita nuevas denominaciones para nombrar y comprender mejor lo que est¨¢ viviendo".
En la misma l¨ªnea, el catedr¨¢tico de Ling¨¹¨ªstica General de la Universidad de Valencia, Ricardo Morant, subraya que "la crisis es una buena oportunidad para demostrar que el lenguaje no es ajeno a la realidad de los que lo emplean, sino que est¨¢ en constante ebullici¨®n y se adapta a las necesidades expresivas de sus hablantes".
Y pone ejemplos concretos: "La situaci¨®n econ¨®mica actual ha comportado la introducci¨®n de t¨¦rminos como 'precariado', 'minijob', 'austericidio' o ha incrementado el uso de adjetivos como 'anticrisis'".
A menudo, los t¨¦rminos que ahora afloran en las conversaciones cotidianas hab¨ªan estado escondidos para el gran p¨²blico en lenguaje especializado en la econom¨ªa o el derecho ("daci¨®n en pago", "prima de riesgo", "deuda soberana", "rating", "recesi¨®n"...).
Otros son creaciones de origen m¨¢s o menos actual como "mileurista" o "precariado". Y formados con mayor o menor fortuna, como "austericidio", que se emplea para hacer referencia a la "muerte por austeridad", cuando en realidad significa "muerte de la austeridad".
Algunos t¨¦rminos han ampliado su significado original, como "desahucio", que inicialmente hac¨ªa referencia solo a los casos de desalojo de un inquilino y no al de un propietario en apuros.
Otros han pasado, en ciertos contextos, a tener significados muy concretos ("indignados", como nombre de un colectivo y un movimiento; "marea", para referirse a cierto tipo de protesta, o "acampada", que ya no remite s¨®lo a una actividad de ocio).
Y no faltan los que han viajado desde lejos para sembrar la pol¨¦mica, como "escrache", una palabra usual en el espa?ol de la Argentina y Uruguay y cuyo desembarco en Espa?a, de la mano de los activistas contra los desahucios, ha sido y es objeto de discusiones que van m¨¢s all¨¢ de lo ling¨¹¨ªstico.
Muchas de estas palabras pasar¨¢n, como tantas otras, y no ser¨¢n sino una moda. Otras habr¨¢n llegado para quedarse, habr¨¢n ampliado sus significados o habr¨¢n recuperado los que tuvieron y se hab¨ªan olvidado.
?Preocupa eso a la Real Academia Espa?ola, la encargada de velar por la pureza del espa?ol?.
En absoluto. Salvador Guti¨¦rrez, que ocupa el sill¨®n "S" de esa instituci¨®n, lo tiene claro: "Todo lo contrario: es s¨ªntoma de que la lengua sigue viva, de que se renueva y se enriquece".
Ya lo dec¨ªa Horacio, apunta Guti¨¦rrez: "Renacer¨¢n muchas palabras que ya hab¨ªan muerto, perecer¨¢n otras que hoy gozan de prestigio, si as¨ª lo decide el uso, del que dependen la ley, el arbitrio y la norma del habla".
Por Javier Lascurain
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