Paciencia y a barajar
El Gobierno quiere variar una salida en forma de ¡®L¡¯ por otra en forma de ¡®U¡¯ que coincida con el fin de la legislatura
Conforme avanza la legislatura, el presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, va girando lentamente su discurso desde las pol¨ªticas de la austeridad a ultranza autoritaria hacia aquellas que puedan crear puestos de trabajo. Para ello ha de recorrerse el objetivo intermedio de generar financiaci¨®n para las empresas, sobre todo para las peque?as y medianas que son el 90% de la fuerza laboral en Espa?a y el principal instrumento de colocaci¨®n, seg¨²n explic¨® el ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, en Roma, la semana pasada, en la frustrante cumbre sobre el empleo juvenil.
Los datos no acompa?an a ese discurso de las buenas intenciones y escasa realidad. Los aut¨®nomos y las pymes han visto desaparecer en los ¨²ltimos cuatro a?os un mill¨®n de p¨®lizas de cr¨¦dito de cuant¨ªa interior a los 30.000 euros (para el capital circulante). Seg¨²n la patronal de la peque?a y mediana empresa (CEPYME) solo reconceden tres de cada 10 peticiones de cr¨¦dito en la banca privada; en la nacionalizada (pese al deseo gubernamental de que sea el ariete de la concesi¨®n de cr¨¦ditos, papel que no gusta nada al Banco de Espa?a), solo se da el s¨ª a dos de cada 10 solicitudes de pr¨¦stamos.
En cuanto a los nuevos cr¨¦ditos, hay una ca¨ªda del 15% entre enero y abril respecto al mismo periodo de 2012 (Banco de Espa?a). Por ¨²ltimo, se observa el desplome de los pr¨¦stamos del Instituto de Cr¨¦dito Oficial (ICO) que, a pesar de mantener el mismo presupuesto del pasado ejercicio ¡ª22.000 millones de euros¡ª, ha visto caer su concesi¨®n por parte de los bancos, que son los que los gestionan y asumen el riesgo de impago, en un 70% en el primer trimestre de 2013 respecto al primer trimestre de 2012. Todas estas cifras est¨¢n sacadas del programa Hoy por hoy de la cadena SER.
Aut¨®nomos y pymes han visto desaparecer un mill¨®n de p¨®lizas de cr¨¦dito de menos de 30.000 euros
Malos tiempos para hacer promesas exentas de realidades tangibles. No son los anteriores los ¨²nicos datos deprimentes de la coyuntura. Ha pasado casi inadvertida la encuesta trimestral de coste laboral, que emite el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Se mida como se mida, el coste salarial por trabajador y mes (salario base, complementos salariales, pagos por horas extraordinarios, pagos extraordinarios y pagos atrasados), sigue disminuyendo.
Los costes no salariales (sobre todo las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social) tambi¨¦n disminuyen. En esta ocasi¨®n, el INE corrige los porcentajes de los efectos del calendario (desestacionalizados): pues bien, el coste laboral por trabajador se ha reducido un 1,1% en tasa anual y el coste laboral por hora efectiva baja un 0,4%.
Si a ello se le unen las cifras del desempleo, y el hecho de que el paro est¨¦ afectando sobremanera a los sustentadores principales de los hogares (los que llevan el salario m¨¢s importante de la familia), lo que se traduce autom¨¢ticamente en pobreza, se convendr¨¢ la fort¨ªsima devaluaci¨®n interna que se est¨¢ produciendo en la parte mayoritaria de la ciudadan¨ªa.
Por ello hay tanta distancia entre el discurso oficial y lo que siente tanta gente. Mientras el s¨¢bado Rajoy procuraba tirar de optimismo y repet¨ªa que ¡°hay luz ya en el final del camino que estamos recorriendo¡±, las expectativas sociales siguen derrumb¨¢ndose, afectadas por la escasa esperanza de cambios a corto plazo en la tendencia de la econom¨ªa (y tambi¨¦n por la alarma social y el hast¨ªo generalizado por los casos de corrupci¨®n). El bienestar psicol¨®gico de los hogares ha tocado fondo, lo que repercute incluso en el h¨¢bito del consumo. La devaluaci¨®n que se ha obtenido en t¨¦rminos salariales y de desempleo parece dif¨ªcilmente repetible y continuable a lo largo del tiempo, y de ah¨ª el cambio de tono de las declaraciones oficiales.
El siguiente asunto es que definan qu¨¦ entienden por recuperaci¨®n y por luz al final del t¨²nel. En realidad, lo que parecen estar manejando es sustituir una salida a la crisis en forma de L (en la que el trazo horizontal de la coyuntura se extiende sin que haya visos de que termine), por una salida en forma de U, en la que el misterio consiste en saber cu¨¢nto tiempo permaneceremos en la parte horizontal de la letra. Es decir, si esta es m¨¢s ancha o m¨¢s estrecha. Como escribi¨® Cervantes en El Quijote, paciencia y a barajar.
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