Silo¨¦, donde las mujeres colombianas desaf¨ªan a la violencia y crean empresas
Violencia, pandillas armadas, desempleo y consumo de drogas son las amenazas que acechan cada d¨ªa a los 100.000 habitantes de Silo¨¦, un barrio de la ciudad colombiana de Cali donde muchas mujeres han desafiado esa realidad y se han convertido en microempresarias.
La iniciativa, que ya ha dado lugar a la creaci¨®n de m¨¢s de 20 empresas dirigidas en su mayor¨ªa por mujeres, surgi¨® en octubre de 2012 con la llegada a Silo¨¦ del Centro de Desarrollo Empresarial Alaya, de la mano de la Fundaci¨®n Sider¨²rgica de Occidente (Sidoc) y la Universidad Icesi.
El objetivo es "prestar servicios a las personas que deseen iniciar su proceso empresarial y a los interesados en fortalecer sus negocios", explica a Efe Carolina L¨®pez, coordinadora de Programas Empresariales de la Icesi.
La elecci¨®n de Silo¨¦ para abrir una sucursal del Centro Alaya no fue al azar, ya que este territorio tiene los factores que se ajustan a la necesidad de crear econom¨ªa formal, empleo y esperanza.
El l¨ªder comunitario de Silo¨¦ y director de la Fundaci¨®n Nueva Luz, David G¨®mez, ya ve los resultados: "se ha motivado a la gente para que no le de miedo crear empresa", asegura.
El Centro Alaya "presta especialmente asesor¨ªa para que la gente pueda pedir sus pr¨¦stamos, para que esas empresas no vayan a fracasar", afirma G¨®mez tras 18 a?os de trabajo comunitario y antes de explicar a Efe qu¨¦ es Silo¨¦.
Se trata de "una favela como cualquier barrio popular latinoamericano, que tiene problemas de violencia por falta de educaci¨®n, una tasa de desempleo del 70%, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n solo hace trabajos informales (...); eso crea un conflicto muy tenaz", apunta este dirigente muy respetado por la comunidad.
Raz¨®n no le falta, tal y como se aprecia en una visita a este barrio; y es que hasta el coraz¨®n de Silo¨¦ s¨®lo se puede llegar, por tramos, en las llamadas "gualas", veh¨ªculos jeep adaptados.
El resto del camino es a pie, entre callejuelas cargadas de escaleras desvencijadas que acceden a la parte alta de la colina, donde se sostiene la vulnerable comuna cale?a.
Es un recorrido entre j¨®venes pandilleros que, apostados en cualquier esquina con armas de fuego en mano y bajo los efectos de la droga, amenazan y reclaman trabajo a gritos.
"En la Fundaci¨®n Nueva Luz tuvimos muchos problemas con la institucionalidad porque no invert¨ªa y nos ve¨ªa muy contestatarios, en 2005 hicimos una alianza con la empresa privada, a la cual odi¨¢bamos tambi¨¦n, pero hemos aprendido en el transcurso de todo este tiempo que todos los ricos no son tan malos y todos los pobres no somos tan buenos", dice G¨®mez.
As¨ª arranc¨® el proyecto que ha dado como resultado el programa "Silo¨¦ Visible".
"Dijimos vamos a dar visibilidad al territorio; de hecho ya se ha logrado, no solo el trabajo social sino a trav¨¦s de lo econ¨®mico, de las tiendas, de toda esa asesor¨ªa a los empresarios", agrega.
Una de las beneficiarias es la costurera Roc¨ªo Quintero, quien ha construido su microempresa de producci¨®n de bolsos, pulseras, artesan¨ªas y estuches.
El resultado es fruto del trabajo que Sidoc ofreci¨® a su familia para elaborar pintura y cambiar la cara a las fachadas del barrio. As¨ª gan¨® tres millones de pesos (1.660 d¨®lares), que invirti¨® en la compra de dos m¨¢quinas de coser industriales.
El Centro Alaya "me capacit¨® como empresaria, me ha ido bien, ya hago cuentas, s¨¦ cuanto tengo que ganar", relata Quintero, cuyo reto ahora es mostrar sus productos a trav¨¦s de facebook "para vender m¨¢s" y cumplir su sue?o de "crecer como empresaria y crear empleo".
En tan s¨®lo un a?o de vida, el Centro Alaya ha asesorado y capacitado a 86 empresarios y ha gestionado 133 cr¨¦ditos, de los cuales 14 han sido aprobados por una cuant¨ªa total de 7,7 millones de pesos (4.277 d¨®lares) y otros 17 est¨¢n en proceso de an¨¢lisis.
"Hay que apuntar a las microempresas porque son las que van a fortalecer la econom¨ªa del territorio", concluye David G¨®mez, quien tambi¨¦n ha creado el Museo de Historia de Silo¨¦ para que los ni?os entiendan que merece la pena trabajar por el futuro.
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