Jordi Cruz reconoce que "la televisi¨®n, como las estrellas Michelin, puede volverte loco"
A los 26 a?os, Jordi Cruz fue el chef m¨¢s joven de Espa?a en lograr una estrella Michelin, pero ha sido el programa "Masterchef" el que le ha dado una popularidad que lleva con tiento porque sabe que, igual que con el veredicto de la gu¨ªa, "con la ef¨ªmera fama de la televisi¨®n es f¨¢cil que te vuelvas loco".
Jordi Cruz (Manresa, 1978) deja por unos minutos su trabajo entre los fogones de los tres restaurantes que dirige en Barcelona, Abac, Angle y Ten's, para explicar a Efe que su experiencia como jurado en "Masterchef" ha sido del todo satisfactoria, pues, a trav¨¦s de la televisi¨®n, "en lugar de cocinar para 50 personas como cada noche", lo hizo "para seis millones de personas".
En este sentido, muestra su "satisfacci¨®n personal por el hecho de divulgar cocina, de animar a la gente a que cocine y que conozca toda la amplitud de la gastronom¨ªa de este pa¨ªs", por lo que estima que ha sido "una aportaci¨®n limpia, positiva y de la que se puede estar orgulloso".
Niega haber sido el jurado m¨¢s duro con los concursantes del programa, aunque admite que puede haberlo parecido por su tono de voz o por su semblante y porque se toma muy en serio su oficio. Hasta el punto de que, al enjuiciarlos, lo hac¨ªa como si realmente estuvieran en su cocina del Abac, un dos estrellas Michelin, y no en un plat¨® de televisi¨®n.
Pese a todo, dice no ser serio, sino "disciplinado". Con los concursantes actuaba como con sus cocineros, a quienes felicita cuando hacen las cosas bien, pero tambi¨¦n "pone en su sitio" si hacen mal lo que les ha ense?ado, porque "costaba lo mismo hacerlo bien".
Jordi Cruz reconoce que con la televisi¨®n "es f¨¢cil que el ¨¦xito, que esta fama un poco ef¨ªmera que logras, te haga pensar que eres alguien que no eres", por lo que "es f¨¢cil que te vuelvas loco".
Cruz sabe de este riesgo y tiene claro que, "aunque haga otros 10 'Masterchefs', ni dejar¨¦ de ser cocinero, ni me voy a trastornar, ni mi camino en la cocina se va a desviar un ¨¢pice".
Respecto a los concursantes, cree que en los tres meses que ha durado el programa "se puede evaluar si tienes actitud, si tienes lo que hace falta para ser un buen cocinero y se te puede poner en el principio de un camino con las herramientas necesarias para ser un buen chef", como ha sido el caso del ganador, Juan Manuel S¨¢nchez.
Jordi Cruz considera que un buen cocinero "tiene que saber de la A a la Z de la cocina" y hacer un buen trabajo con cualquier producto "que tenga a su alcance o idea que pueda ser interesante".
No se decanta ni por la cocina tradicional ni por la de vanguardia, porque "ambas pueden ir de la mano, una nace de la otra y la otra se enriquece de la primera y es evoluci¨®n de ella", y as¨ª en el Abac "se percibe tradici¨®n y memoria, pero tambi¨¦n hay much¨ªsima t¨¦cnica y mucho I + D".
Al final, comenta Cruz, "hay dos tipos de cocina, la buena y la mala, en cualquier ¨¢mbito de la gastronom¨ªa, en cualquier tipo de restauraci¨®n, y yo me quedo con la buena cocina".
Respecto a su trayectoria, dice haber cubierto las expectativas personales cuando en 2004 recibi¨® la primera estrella Michelin a los 26 a?os y las dem¨¢s, hasta cuatro, han sido "un premio, un regalo que es fruto ya no solo m¨ªo, sino de los equipos que han colaborado conmigo y de meterle todas las horas del d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o".
Se?ala Cruz en tono ir¨®nico que, cuando un chef s¨®lo piensa en conservar las estrellas Michelin, "m¨¢s que convertirse en una obsesi¨®n, te puede enloquecer",
"El cocinero que se vuelve loco, al que las estrellas le generan presi¨®n, tiene un problema de no saberse gestionar a s¨ª mismo", explica Cruz, que a?ade: "Si t¨² sabes autogestionarte, si eres una persona sensata, no te tienes que volver loco".
Por ello, comenta, "nosotros lo vemos con mucha normalidad, como un premio por el trabajo bien hecho y como una responsabilidad de cara a la gente que nos visita, y a ra¨ªz de esa filosof¨ªa, cocinamos para todo el mundo como si se tratase de un inspector de la Michelin".
Se guarda para s¨ª las muchas an¨¦cdotas que ha vivido durante estos a?os, aunque diferencia entre "la sorpresa" que le puede producir que el magnate Bill Gates reserve todo el restaurante y se tome s¨®lo una Coca Cola, y que un estudiante de gastronom¨ªa ahorre tres meses para ir a comer a su casa con la m¨¢xima ilusi¨®n, lo cual le "maravilla".
Con un horario diario "de nueve de la ma?ana a dos de la madrugada" y sin tiempo para las vacaciones, Cruz no ve el momento de dejar los fogones y asegura: "El d¨ªa que me vaya al hoyo, seguramente pocas horas antes habr¨¦ estado vestido de blanco".
H¨¨ctor Mari?osa.
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