Tomados por la troika
Con el cuadro macroecon¨®mico que el Gobierno asume en los Presupuestos Generales, la mejora de las empresas bancarias no est¨¢ garantizada
Antes de que el Gobierno espa?ol solicitara formalmente asistencia financiera para recapitalizar el sistema bancario, las autoridades espa?olas ya hab¨ªan recibido instrucciones propias de una econom¨ªa intervenida. La aplicaci¨®n de pol¨ªticas basadas en la aplicaci¨®n de la austeridad a ultranza se inici¨® aquel primer fin de semana de mayo de 2010 que ya tiene su lugar en la historia reciente de la econom¨ªa europea y espa?ola. La crisis de la deuda p¨²blica griega extendi¨® a las econom¨ªas consideradas perif¨¦ricas un recetario similar, basado en la aplicaci¨®n de austeridad fiscal a ultranza, cuyos resultados han sido adversos. Se acentu¨® la recesi¨®n y no se consigui¨® reducir suficientemente el d¨¦ficit p¨²blico ni el crecimiento de la deuda p¨²blica.
El deterioro del sistema bancario fue el que provoc¨® el desembarco de representantes de las tres instituciones multilaterales que constituyen la denominada troika (Fondo Monetario Internacional, BCE y Comisi¨®n Europea) en la econom¨ªa espa?ola, de la mano de la concesi¨®n de una l¨ªnea de asistencia financiera, constitutiva del particular rescate sectorial en Espa?a. Desde entonces, las autoridades espa?olas disponen de una hoja de ruta bien detallada, el Memorandum of Understanding(MoU), que limita la discrecionalidad en la toma de decisiones en materia de pol¨ªtica financiera y obliga a adoptar otras en relaci¨®n con el sistema bancario. A cambio, el Gobierno espa?ol ha dispuesto de 43.000 millones de euros de aquella l¨ªnea de 100.000 millones en condiciones de coste favorable, cuyo vencimiento es en enero.
Las consecuencias pol¨ªticas de esa p¨¦rdida de independencia formal, la estricta sujeci¨®n a lo que manden esos hombres de negro o los de gris marengo instalados en los centros de decisi¨®n espa?oles, es lo que parece llevar a las autoridades espa?olas a no prorrogar esa l¨ªnea de asistencia financiera, en el convencimiento de que la banca ya no precisar¨¢ de capital adicional. Es una decisi¨®n delicada. Con el propio cuadro macroecon¨®mico que el Gobierno asume en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, la mejora de las empresas bancarias no est¨¢ garantizada. Elevada deuda de familias y empresas, morosidad ascendente, descenso de la renta disponible y regulaciones adicionales son elementos que pesar¨¢n sobre los bancos. Si los mercados no las satisfacen, habr¨¢n de ser fondos p¨²blicos los que cubran las exigencias de capitalizaci¨®n. Y aun cuando los tipos a que se financia el Tesoro espa?ol sigan bajando, estos ser¨¢n superiores a los que giran sobre la l¨ªnea de cr¨¦dito pendiente.
En todo caso, y con independencia de que la troika siga inspeccionando formalmente cada una de las decisiones p¨²blicas, el margen de maniobra del Gobierno seguir¨¢ siendo muy reducido, cercano al de una econom¨ªa intervenida. Por eso, renunciar prematuramente al apoyo financiero barato en aras de exhibir pol¨ªticamente la desaparici¨®n del rescate bancario no es una decisi¨®n simple. Como no lo es considerar como el principal ¨¦xito de la pol¨ªtica econ¨®mica el hecho de que el conjunto de la econom¨ªa espa?ola no haya precisado un rescate completo, como el que han obtenido Grecia, Irlanda, Portugal o Chipre. Con una deuda p¨²blica prevista equivalente al tama?o del PIB, no es poco relevante reducir el coste de intereses. Y eso tampoco depende del Gobierno.
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