De Canarias al mar del Norte
La e¨®lica Gamesa encara con prudencia su entrada en el mercado 'offshore'
En el puerto de Arinaga (Ag¨¹imes), la presencia un enorme y solitario aerogenerador hace palidecer a las decenas de molinos de viento que plagan la costa en esta zona de Gran Canaria. El gigante, de 154 metros de alto y cinco megavatios de potencia ¡ªcapacidad para abastecer a 7.500 hogares canarios¡ª, lleva varias semanas funcionando y aportando energ¨ªa a la red el¨¦ctrica, aunque ¨¦ste no sea su principal objetivo. La G-128, el primer aerogenerador marino de Espa?a, es el prototipo fabricado por Gamesa con una inversi¨®n de 200 millones de euros como primer paso para lanzarse al incipiente mercado de la e¨®lica offshore.
Al acabar 2012, los aerogeneradores instalados en alta mar representaban solo el 1,9% (en 2011 era el 1,5%) de la capacidad total de las instalaciones e¨®licas en todo el mundo, seg¨²n el informe de la Asociaci¨®n Mundial de Energ¨ªa E¨®lica. Y aun as¨ª, la apuesta por el offshore a medio y largo plazo se extiende en todo el mundo.
El coste de la energ¨ªa e¨®lica marina es todav¨ªa mucho mayor que el de la generada en tierra
La instalaci¨®n y explotaci¨®n de aerogeneradores en el mar presentan unas dificultades t¨¦cnicas ¡ªy por tanto costes¡ª mucho m¨¢s elevados que en tierra firme. Construir la base sobre la que levantar el molino y establecer la conexi¨®n a la red es m¨¢s complejo, y el mar y las condiciones meteorol¨®gicas complican la tarea. Lo mismo ocurre con el mantenimiento. En Gamesa calculan que ahora generar un megavatio en un molino marino cuesta entre dos y tres veces m¨¢s que en tierra.
Los esfuerzos de la firma se han centrado en hacer cada aparato lo m¨¢s independiente posible para reducir el coste de mantenimiento. Partiendo de la tecnolog¨ªa desarrollada en sus aerogeneradores terrestres de 4,5 megavatios, han incorporado sistemas de control y monitorizaci¨®n que permitan vigilar el funcionamiento y solucionar problemas a distancia, como explica Jos¨¦ Antonio Malumbres, su director de tecnolog¨ªa. La intenci¨®n con estos controles, y una cadena de redundancias que permita sobreponerse a fallos, es minimizar el env¨ªo de ¡°misiones¡± de reparaci¨®n. Tambi¨¦n se ha marcado una nueva altura de la torre para evitar las olas, y se ha luchado, en la pintura y la ventilaci¨®n, contra la erosi¨®n del entorno marino. Adem¨¢s, la ligereza del modelo de Gamesa facilita su cimentaci¨®n, la verdadera clave para el futuro de la tecnolog¨ªa offshore.
Porque, a pesar de las dificultades, en el mar los vientos son m¨¢s fuertes, m¨¢s predecibles y con menos turbulencias, al no verse afectados por la orograf¨ªa del terreno. Tambi¨¦n hay m¨¢s espacio disponible. Y estas ventajas animan a encontrar soluci¨®n a los inconvenientes. Ya en 2008, la Comisi¨®n Europea destac¨® el potencial de la e¨®lica marina ¡ªse plantea alcanzar los 150 gigavatios en 2030 (el 14% de la demanda de la UE)¡ª para alcanzar los objetivos medioambientales. La Agencia Medioambiental Europea va m¨¢s all¨¢ y plantea que ¡ªaun tomando precauciones para minimizar el impacto visual y respetar las rutas mar¨ªtimas y otras actividades¡ª hay potencial para cubrir en 2030 el 78% de la demanda proyectada para ese a?o en toda la Uni¨®n.
Con el prototipo a la espera de que la consultora independiente DNV le d¨¦ el certificado necesario para su comercializaci¨®n, Gamesa explora el mercado. En el ¨¢mbito europeo, hay que mirar al Mar del Norte, favorecido por unos vientos y condiciones naturales id¨®neos. Reino Unido ¡ªespecialmente Escocia¡ª y Alemania, dos de los pa¨ªses con mayor implantaci¨®n de la energ¨ªa e¨®lica en general, aparecen marcados en rojo en la agenda de la firma. ¡°A la espera de que en un plazo de cuatro a seis meses se despejen las incertidumbres¡±, se?ala Ignacio Mart¨ªn. Esas dudas son la legislaci¨®n, que se discute en Londres, y la pol¨ªtica energ¨¦tica, que depende del color del Gobierno que finalmente se forme en Berl¨ªn tras las elecciones del mes pasado. La empresa vasca tambi¨¦n tiene proyectos en China ¡ªel prototipo se adapta muy bien a las condiciones de su costa¡ª pero Mart¨ªn reconoce que est¨¢n menos avanzados. El otro gran mercado es Brasil, con unas posibilidades ¡°impresionantes¡± para el negocio marino, y donde Gamesa tiene el 22% de la cuota de mercado, seg¨²n Xabier Etxebarria, su director general operativo. Pero en la direcci¨®n de la empresa vasca ¡ªque ha logrado reconducir sus resultados despu¨¦s de perder 640 millones en 2012¡ª optan por ir paso a paso. ¡°No queremos correr antes de andar¡±, ilustra Mart¨ªn. Los ambiciosos proyectos esbozados tiempo atr¨¢s deber¨¢n acomodarse a las circunstancias del mercado.
En Espa?a, por ejemplo, las perspectivas de negocio del offshore son escasas. Ya en el ¨¢mbito terrestre, Gamesa ha limitado sus perspectivas a la operaci¨®n y mantenimiento de los parques existentes ¡ªdado el cambio de regulaci¨®n de las renovables¡ª mientras estudia las opciones de alargar la vida de esos parques o cambiar sus torres por otras de mayor potencia. Y la implantaci¨®n de la tecnolog¨ªa offshore es a¨²n menos prometedora, dada la gran profundidad de la plataforma continental y las condiciones del viento en las costas espa?olas.
Reino Unido, China, Alemania y Brasil son los principales mercados de este segmento
A diferencia del prototipo ¡ªlas palas se fabricaron en Aoiz (Navarra), la torre en Avil¨¦s (Asturias) y la nacelle o g¨®ndola en Tauste (Zaragoza)¡ª la producci¨®n de aerogeneradores offshore no podr¨¢ realizarse ¨ªntegramente en Espa?a. Por obvios motivos de log¨ªstica, muchas piezas tienen que fabricarse ¡ª¡°s¨ª o s¨ª¡±¡ª cerca de los lugares donde se van a instalar. El presidente indica que, por ejemplo, hay planes avanzados para manufacturar en Escocia que est¨¢n pendientes de que se despejen las incertidumbres regulatorias. Pero Mart¨ªn recalca que Gamesa quiere mantener sus labores de ingenier¨ªa e innovaci¨®n en Espa?a, donde la firma emplea a unas 3.000 personas. El 21 de octubre, al presentar el prototipo de Ag¨¹imes, el directivo de la empresa insisti¨® en pedir que la moratoria de las primas a las e¨®licas no signifique abandonar el apoyo a los proyectos experimentales.
Proyectos que buscan seguir reduciendo los costes de instalaci¨®n y mantenimiento, concretar nuevas f¨®rmulas que permitan anclar aerogeneradores en aguas m¨¢s profundas y aumentar la potencia de los molinos son los principales retos para el futuro del offshore. De momento, en su plan hasta 2015, Gamesa no contempla hacer negocio con los aerogeneradores marinos. A¨²n hay que perfeccionar y abaratar una energ¨ªa muy verde.
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