El ¨¦xito secreto de Obamacare
La contenci¨®n de costes provocada por la ley de asistencia sanitaria ha sido espectacular
La ley que establece Obamacare recibi¨® el nombre oficial de Ley de Asistencia Sanitaria Asequible. El t¨¦rmino ¡°asequible¡± no se refer¨ªa solo a subvencionar las primas. En principio tambi¨¦n hac¨ªa referencia a ¡°suavizar la curva¡±, es decir, a reducir el incremento de los costes, que parec¨ªa imparable.
Muchos miembros de la clase dirigente de la capital federal se re¨ªan de las promesas de ahorro. La actitud dominante en Washington es que no hay verdadera reforma sin que la gente de la calle sufra; se supone que el ahorro serio tiene que ver con cosas como aumentar la edad para acceder a Medicare (lo cual, de hecho, dif¨ªcilmente lograr¨ªa alg¨²n ahorro, seg¨²n concluy¨® recientemente la Oficina de Presupuestos del Congreso) y expulsar a millones de estadounidenses de Medicaid. Es verdad que una carta de 2011 firmada por cientos de especialistas en econom¨ªa sanitaria y laboral se?alaba que ¡°la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible contiene en esencia todas las medidas de contenci¨®n de costes que los analistas pol¨ªticos han considerado eficaces para reducir el ¨ªndice de gasto sanitario¡±. Pero, b¨¢sicamente, se hizo caso omiso de la opini¨®n de los expertos.
Entonces, ?c¨®mo van las cosas? Como es bien sabido, la adquisici¨®n de planes de asistencia sanitaria tuvo un comienzo dif¨ªcil, pero muchas medidas de control de costes, aunque de ning¨²n modo todas, ya han hecho efecto. ?Se ha suavizado la curva? Sorprendentemente la respuesta es s¨ª. De hecho, la contenci¨®n de los costes sanitarios ha sido espectacular.
La econom¨ªa sigue deprimida y eso podr¨ªa llevar a la gente a privarse de la asistencia sanitaria
De acuerdo, las advertencias de turno. En primer lugar, no sabemos cu¨¢nto tiempo van a durar las buenas noticias. En Estados Unidos, los costes sanitarios descendieron de forma espectacular en la d¨¦cada de 1990 (aunque no tan espectacular como ahora), probablemente gracias a la proliferaci¨®n de las organizaciones para el mantenimiento de la salud, pero volvieron a repuntar despu¨¦s de 2000. En segundo lugar, no sabemos con seguridad qu¨¦ parte de las buenas noticias es consecuencia de la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible.
Aun as¨ª, los datos llaman la atenci¨®n. Desde 2010, a?o de promulgaci¨®n de la ley, el gasto sanitario real per capita ¡ªes decir, el gasto total ajustado a la inflaci¨®n general y el crecimiento demogr¨¢fico¡ª ha crecido a menos de un tercio del ritmo de la media a largo plazo. El gasto real por beneficiario de Medicare no ha subido en absoluto, mientras que el gasto real por beneficiario de Medicaid ha ca¨ªdo de hecho ligeramente.
?Cu¨¢l podr¨ªa ser la causa de estas buenas noticias? Una respuesta obvia es que la econom¨ªa sigue deprimida, lo cual podr¨ªa llevar a la gente a privarse de la cara asistencia sanitaria. Pero esta explicaci¨®n presenta diversos problemas. Por un lado, para 2010 la econom¨ªa se hab¨ªa estabilizado, aunque la recuperaci¨®n fuera m¨¢s bien d¨¦bil, pero los costes sanitarios siguieron cayendo. Por otro lado, es dif¨ªcil entender por qu¨¦ una econom¨ªa d¨¦bil deber¨ªa tener m¨¢s efecto sobre la reducci¨®n de precios de los servicios sanitarios que sobre la inflaci¨®n general. Por ¨²ltimo, el debilitamiento de la econom¨ªa no tendr¨ªa que afectar al gasto en Medicare, y sin embargo este se ha frenado de manera incluso m¨¢s llamativa que el gasto privado.
Una explicaci¨®n mejor se centra en lo que parece ser un declive de determinadas innovaciones m¨¦dicas, en particular en la ausencia de algunos nuevos medicamentos caros de gran ¨¦xito comercial, incluso si caducan las patentes de los medicamentos en circulaci¨®n y estos pueden ser reemplazados por gen¨¦ricos m¨¢s baratos. Esto es un fen¨®meno real; de hecho, es la raz¨®n principal de que el programa de medicamentos de Medicare haya terminado por ser m¨¢s econ¨®mico de lo previsto en principio. Pero puesto que las medicinas suponen solo alrededor del 10% del gasto sanitario, la explicaci¨®n solo da cuenta de una parte.
La reforma sanitaria empieza a dar la sensaci¨®n de ser un ¨¦xito mayor de lo previsto
Por lo tanto ?qu¨¦ aspectos de Obamacare podr¨ªan ser los responsables del descenso de los costes sanitarios? Una respuesta evidente es la reducci¨®n de los ¡°sobrepagos¡± de Medicare que impone la ley, sobre todo una reducci¨®n de las subvenciones a las aseguradoras privadas que ofrecen planes Medicare Advantage, pero tambi¨¦n recortes en algunos pagos a proveedores. Otra fuente de ahorro menos segura, aunque probable, se refiere a los cambios en la forma en que Medicare paga por los servicios. En la actualidad, el programa penaliza a los hospitales si muchos pacientes tienen que ser ingresados de nuevo poco despu¨¦s de haber sido dados de alta ¡ªlo cual es un indicador de que los cuidados son deficientes¡ª y, de hecho, las tasas de readmisi¨®n han ca¨ªdo significativamente. Medicare tambi¨¦n est¨¢ impulsando el paso de un modelo de pago por servicio, en el cual los m¨¦dicos y los hospitales son retribuidos por la atenci¨®n prestada, al modelo de ¡°atenci¨®n responsable¡±, en el que las organizaciones sanitarias son recompensadas si logran mejorar la atenci¨®n al tiempo que controlan el gasto.
Es m¨¢s, hay evidencias de que el ahorro de Medicare ¡°contagia¡± al resto del sistema de asistencia sanitaria: cuando Medicare logra frenar el aumento de los costes, los seguros privados tambi¨¦n bajan de precio.
Y puede que el ahorro mayor todav¨ªa est¨¦ por llegar. La Junta Asesora Independiente de Pagos, un comit¨¦ con capacidad para imponer medidas de ahorro (sujetas a la aprobaci¨®n del Congreso) si el gasto de Medicare supera un objetivo, todav¨ªa no se ha constituido debido en parte a la pr¨¢ctica certeza de que cualquier nombramiento ser¨ªa obstaculizado por los republicanos que claman contra los ¡°comit¨¦s de la muerte¡±. Ahora que la posibilidad de utilizar t¨¢cticas dilatorias ha sido reformada, el comit¨¦ puede hacerse realidad.
En resumen, las noticias acerca de los costes sanitarios son extraordinariamente buenas. No se oir¨¢ mucho de ellas hasta que ¡ªy a menos que¡ª se arregle la p¨¢gina web de Obamacare. Pero bajo la superficie, la reforma sanitaria empieza a dar la sensaci¨®n de ser un ¨¦xito incluso mayor de lo que esperaban sus m¨¢s ardientes defensores.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa de Princeton y premio Nobel de 2008.
? New York Times 2013
Traducci¨®n de News Clips.
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