El incre¨ªble sector menguante

A las puertas del 2014 se han despejado en gran medida las incertidumbres que acechaban el devenir del sector inmobiliario, especialmente las relacionadas con la segmentaci¨®n y gesti¨®n de los activos t¨®xicos, una vez puesta en marcha la SAREB. A cierre de ejercicio ya conocemos la tipolog¨ªa y los importes de los activos transferidos al denominado banco malo, creado en noviembre de 2012 con el objetivo de reducir los riesgos de las entidades financieras y liquidar de forma ordenada los activos problem¨¢ticos. La Sociedad de Gesti¨®n de activos recibi¨® casi 200.000, m¨¢s de 50.000 millones de euros de los que el 80% son activos financieros y el 20% inmobiliarios, de los cuales dos terceras partes son producto terminado.

La gesti¨®n y liquidaci¨®n de estos activos t¨®xicos es la ¨²nica l¨ªnea de negocio a la que pueden dedicarse las empresas vinculadas al mercado inmobiliario que, en la actualidad, son fundamentalmente las entidades financieras y la propia SAREB. De esta forma, ha desaparecido la que hasta hace unos pocos a?os era la principal l¨ªnea de negocio: la promoci¨®n inmobiliaria. La figura del promotor inmobiliario ha sido destronada del papel protagonista que ostent¨® durante los a?os del boom inmobiliario y ya puede considerarse una especie en extinci¨®n.

Las cifras as¨ª lo confirman ya que el sector de construcci¨®n ¨C que integra la promoci¨®n inmobiliaria, la edificaci¨®n y la obra civil- es el que ha perdido un mayor peso relativo en nuestra econom¨ªa desde que se inici¨® la crisis, casi 5 puntos porcentuales en el quinquenio 2008-2012.

En t¨¦rminos de empleo, la ca¨ªda del peso del sector de construcci¨®n es m¨¢s elevada, de 5,5 puntos porcentuales, y se sit¨²a en torno al 7% del empleo total, por debajo del que corresponde a sectores como el de actividades art¨ªsticas, recreativas y de entretenimiento.

En paralelo a la p¨¦rdida de participaci¨®n relativa de la construcci¨®n en la econom¨ªa espa?ola, el sector de actividades inmobiliarias- incluye la venta y alquiler de bienes inmuebles y la actividad de los agentes de la propiedad inmobiliaria- ha ido aumentando su protagonismo. As¨ª, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles de la Contabilidad Nacional de Espa?a, en el a?o 2012 el peso sobre el VAB total de esta rama de servicios ascend¨ªa al 7,6%, muy similar a la menguante participaci¨®n del conjunto del sector de construcci¨®n que se ha situado en un 7,9%.

Desde una perspectiva microecon¨®mica podemos extraer las mismas conclusiones ya que durante la crisis han desaparecido casi la mitad de las empresas espa?olas dedicadas a la construcci¨®n de edificios. Seg¨²n las ¨²ltimas estimaciones de Eurostat, el a?o 2013 se cerrar¨¢ con un censo de unas 114.000 empresas en este segmento, frente a las cerca de 200.000 que se contabilizaban en el a?o 2008. El tejido empresarial tambi¨¦n cuenta con una participaci¨®n m¨¢s mermada de las promotoras inmobiliarias con un descenso del 23% del n¨²mero de empresas en este per¨ªodo, seg¨²n revelan los ¨²ltimos datos del Directorio Central de Empresas (DIRCE) que publica el INE. En contraste, el n¨²mero de empresas del sector de actividades inmobiliarias se ha incrementado durante este per¨ªodo y de forma m¨¢s acusada en los dos ¨²ltimos ejercicios. En definitiva, podemos concluir que la era del promotor inmobiliario ha finalizado dando paso a una nueva en la que los gestores, de activos y de riesgos, son los nuevos inquilinos del mundo inmobiliario.

En un pa¨ªs donde el n¨²mero de hogares tender¨¢ a descender y el stock de viviendas nuevas sin vender, seg¨²n datos del Ministerio de Fomento, se sit¨²a todav¨ªa cerca de las 600.000 unidades, parece que todo el producto residencial ya est¨¢ fabricado y ahora toca gestionarlo de la forma m¨¢s eficiente posible.

Yolanda Fern¨¢ndez Pereira es economista y consultora senior.