Argentina y su laberinto
En el pa¨ªs hay desconfianza en que el Gobierno logre recomponer ordenadamente los desequilibrios que le desaf¨ªan
?Por qu¨¦ el peso argentino se ha depreciado tanto m¨¢s que otras monedas latinoamericanas en las ¨²ltimas dos semanas? Porque en Argentina hay, adem¨¢s de unas perspectivas internacionales menos favorables (tipos de inter¨¦s recuper¨¢ndose y d¨®lar fortaleci¨¦ndose), desconfianza en que el Gobierno logre recomponer ordenadamente los desequilibrios que le desaf¨ªan. Esta desconfianza lleva a los argentinos, verdaderos expertos en la materia, a desprenderse aceleradamente de los pesos, lo que provoca una depreciaci¨®n muy pronunciada de su moneda.
?Cu¨¢les son los desaf¨ªos para la conducci¨®n econ¨®mica? Primero, desmantelar de manera ¡°cre¨ªble¡± para quienes toman decisiones econ¨®micas el complejo y denso andamiaje dirigista implementado por las administraciones kirchneristas desde 2007, y especialmente a partir de 2009. Segundo, hacerlo evitando erosionar el soporte pol¨ªtico m¨ªnimo que el Gobierno requiere para garantizar estabilidad y gobernabilidad hasta las pr¨®ximas elecciones en 2015. Tercero, y m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, gestionar de manera eficaz en un periodo corto la tensi¨®n entre los desaf¨ªos mencionados. Por su impacto en el resultado fiscal, en el balance exterior y en el bienestar de los ciudadanos, los cambios en la pol¨ªtica energ¨¦tica son, probablemente, la prioridad. El sinceramiento del IPC oficial, el abandono de las fijaciones compulsivas de precios de la canasta b¨¢sica, o el ordenamiento del extravagante esquema de restricciones para el uso de divisas, son solo algunos de los temas de la agenda para el gobierno.
El Gobierno se muestra dubitativo, contradictorio y con dificultades para exhibir consistencia entre los objetivos que persigue
?C¨®mo interpretar el confuso anuncio sobre el cepo cambiario del viernes 24 y las declaraciones oficiales contradictorias posteriores? El Gobierno argentino est¨¢ iniciando lentamente el sinceramiento de la conducci¨®n econ¨®mica por un reconocimiento t¨¢cito (no expl¨ªcito) de que el dirigismo extravagante que predomin¨® hasta diciembre pasado est¨¢ siendo sustituido por una gesti¨®n heterodoxa algo m¨¢s respetuosa de los l¨ªmites que la econom¨ªa le impone a la acci¨®n pol¨ªtica. Sin embargo, en el proceso iniciado hay tensiones varias por los efectos sobre el soporte ciudadano que la transici¨®n supone (sincerar las tarifas de servicios p¨²blicos por ejemplo), por el escaso margen de maniobra que tienen las autoridades (las reservas internacionales son apenas 30.000 millones de d¨®lares) y por el riesgo de aceleraci¨®n de la inflaci¨®n que la depreciaci¨®n de la moneda puede tener en ausencia de un ajuste fiscal que ancle las expectativas. Todo ello, afecta la actuaci¨®n del Gobierno que se muestra dubitativo, contradictorio y con dificultades para exhibir consistencia entre los objetivos que persigue, los instrumentos que despliega y la forma en que comunica sus acciones. En este contexto, la depreciaci¨®n del peso argentino de estas ¨²ltimas horas parece l¨®gica.
La falta de confianza se traducir¨¢ en menos inversi¨®n y b¨²squeda de refugio en el d¨®lar
?Hacia d¨®nde va Argentina? Hacia la estanflaci¨®n. Un t¨¦rmino que alude a la peculiar situaci¨®n por la que puede atravesar una econom¨ªa que est¨¢ en recesi¨®n (o apenas crece) y que exhibe inflaci¨®n elevada. En efecto, a la incertidumbre que para los pa¨ªses emergentes tiene el final de la era de los tipos de inter¨¦s internacionales bajos y el d¨®lar barato por sus efectos sobre los flujos de capital y sobre los precios de los productos primarios, en Argentina se agrega la desconfianza sobre la capacidad de las autoridades de gestionar la etapa del sinceramiento. La falta de confianza se traducir¨¢ en menos inversi¨®n y b¨²squeda de refugio en el d¨®lar. Lo primero limitar¨¢ el crecimiento y lo segundo estimular¨¢ la aceleraci¨®n de la inflaci¨®n (ya cercana al 30% anual). Como la historia ense?a, evitar la estanflaci¨®n exige austeridad fiscal y disciplina monetaria. Ambas acciones tienen efectos negativos a corto plazo sobre la popularidad del Gobierno, raz¨®n por la cual dif¨ªcilmente las autoridades recorran este camino. Debido a ello, los pr¨®ximos dos a?os en Argentina ser¨¢n de m¨¢s inestabilidad de precios, menos actividad y m¨¢s conflictividad social y pol¨ªtica. No se trata de una implosi¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica como la provocada por la crisis de 2001, pero puede anticipar un escenario similar a los que vivi¨® Argentina durante los a?os ochenta.
Gabriel Oddone es profesor titular de Pol¨ªtica Econ¨®mica y de Fundamentos de An¨¢lisis Econ¨®mico en la Universidad de la Rep¨²blica de Uruguay y socio de CPA Ferrere
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