Preocupaci¨®n por los precios
Con los ¨²ltimos datos conocidos del ¨ªndice de precios de consumo (IPC) del mes de marzo, publicado por el Instituto Nacional de Estad¨ªsticas (INE), se ha acrecentado la preocupaci¨®n por entrar en un proceso de deflaci¨®n. Sin embargo, conviene introducir algunos ingredientes en la discusi¨®n sobre las ventajas e inconvenientes de una inflaci¨®n pr¨®xima al cero, tema que est¨¢ aumentando su inter¨¦s tanto a nivel nacional como internacional.
Comenzaremos con el concepto te¨®rico de deflaci¨®n y sus inconvenientes. El concepto m¨¢s conocido es el de ¡°una ca¨ªda generalizada y prolongada del nivel de precios en una econom¨ªa¡±. Como en gran parte de la medici¨®n de las variables econ¨®micas, se llega a una convenci¨®n que el Fondo Monetario Internacional (FMI) establece en un periodo de tasas negativas de los precios durante tres meses consecutivos. Pero aunque en Europa y m¨¢s en concreto en Espa?a todav¨ªa no estemos en esta situaci¨®n, la tendencia de los datos del IPC durante los ¨²ltimos meses es preocupante.
Con los datos del IPC, la inflaci¨®n del consumo en 2012 en tasa media anual fue del 2,4%; en 2013, a pesar del efecto del aumento del IVA, fue del 1,4%, y en 2014 la tasa anual del mes de marzo se ha situado en un peligroso -0,1%. Datos y tendencia que hacen predecir una inflaci¨®n cercana al cero para el a?o 2014. Pero adem¨¢s hay que tener en cuenta que el conjunto de los precios de un pa¨ªs no lo componen solo los precios de consumo, sino tambi¨¦n los precios de la demanda de inversi¨®n en activos tanto inmobiliarios como financieros, con lo que la situaci¨®n se complica al haberse producido en Espa?a ca¨ªdas espectaculares durante la crisis, sobre todo en los activos inmobiliarios.
Se da un c¨ªrculo vicioso que impide la recuperaci¨®n de la demanda interna del sector privado
Pero ?cu¨¢les son los perjuicios de esta situaci¨®n de crecimiento casi cero de los precios para que hasta el FMI alerte sobre la necesidad de corregirlo? El primer efecto negativo est¨¢ en la p¨¦rdida de la senda de crecimiento y, por tanto, la dificultad para crear empleo. Como ha se?alado claramente el FMI, la situaci¨®n de d¨¦bil demanda en la UE perjudica el crecimiento y el empleo. Las expectativas de mayores bajadas en los salarios y los precios llevan a una ca¨ªda del consumo y retraso de las decisiones de inversi¨®n. Si los consumidores e inversores consideran que los precios continuar¨¢n movi¨¦ndose a la baja, retrasar¨¢n, en la medida de lo posible, sus decisiones de consumo y preferir¨¢n el ahorro a la inversi¨®n. Se dificulta la obtenci¨®n de beneficios empresariales, obligando a las empresas a realizar ajustes de costes en su producci¨®n que provocan mayores recortes de los salarios e impiden la creaci¨®n de empleo. La intensa ca¨ªda experimentada en los activos inmobiliarios erosiona el capital de las familias, las empresas y los bancos. Lleva a tasaciones m¨¢s bajas que los valores iniciales, teniendo que devolver actualmente cr¨¦ditos por valores superiores e impidiendo la obtenci¨®n de cr¨¦ditos para el futuro y dificultando, por tanto, la inversi¨®n. Y, lo que es m¨¢s grave, reduce la capacidad de pago y devoluci¨®n de las deudas.
Con esto se forma una parte del c¨ªrculo vicioso que impide la recuperaci¨®n de la demanda interna del sector privado. Pero falta una referencia a la demanda del sector p¨²blico. Las obligaciones impuestas por la pol¨ªtica de la Uni¨®n Europea de controlar y reducir el d¨¦ficit p¨²blico ha obligado a reducciones de gastos en todas las Administraciones p¨²blicas, que en el caso de Espa?a se complica por tener una organizaci¨®n administrativa excesiva y costosa, como tantas veces hemos comentado. El Gobierno se ha visto obligado a reducir los gastos y elevar los impuestos. Pero el gran da?o se ha hecho en la manera de aplicar estas recetas. Lo que a veces ha sido una necesidad al tener que reducir gastos improductivos e innecesarios, otras ha provocado ajustes en actividades necesarias para mantener un nivel adecuado de bienestar de los ciudadanos, a la vez que se ha provocado reducci¨®n o falta de creaci¨®n de empleos p¨²blicos, incidiendo a su vez en el consumo de las familias. En todo caso, los recortes de gasto tambi¨¦n han afectado a la inversi¨®n p¨²blica, provocando as¨ª los efectos perniciosos de la ca¨ªda de la demanda interna.
En Espa?a, el ¨²nico efecto positivo del menor crecimiento de los precios lo ha experimentado la demanda externa. La reducci¨®n de precios y costes de las empresas ha llevado a aumentos de la competitividad de los productos espa?oles en el exterior. La buena evoluci¨®n de las exportaciones de bienes y servicios ha salvado el resultado de las empresas que se han internacionalizado, lo que ha impedido una mayor ca¨ªda del PIB espa?ol en estos a?os de crisis. Pero este efecto beneficioso acabar¨¢ agot¨¢ndose, siendo necesaria una pronta recuperaci¨®n de la demanda interna para que el PIB alcance tasas de crecimiento que permitan la creaci¨®n de empleo neto del pa¨ªs y as¨ª romper el c¨ªrculo vicioso que mantiene atrapada la econom¨ªa.
La reducci¨®n de precios de las empresas ha aumentado la competitividad espa?ola en el exterior
En esta situaci¨®n, ?qu¨¦ pol¨ªticas se pueden aplicar para romper este c¨ªrculo vicioso? El objetivo inmediato tiene que ser incentivar tanto el consumo como la inversi¨®n privadas, y no descuidar el consumo e inversi¨®n p¨²blicas, necesarios para un crecimiento sostenible de la demanda interna. La pol¨ªtica monetaria dentro de la eurozona depende exclusivamente del Banco Central Europeo (BCE). En contra de lo que ocurre con la pol¨ªtica monetaria de EE UU, la preocupaci¨®n m¨¢xima del BCE es la estabilidad de precios; pero dado que el nivel de precios de la UEM est¨¢ en torno al 1%, muy inferior al objetivo establecido del 2%, y teniendo en cuenta que el euro est¨¢ apreciado respecto al d¨®lar, el BCE mantiene una pol¨ªtica monetaria laxa de bajos tipos de inter¨¦s e, incluso, tiene cierto margen para actuar con medios menos ortodoxos que incentiven el crecimiento. Pero el problema, adem¨¢s de la obsesi¨®n alemana por mantener una inflaci¨®n lo m¨¢s baja posible, reside en el diferente comportamiento de la inflaci¨®n y el crecimiento en los pa¨ªses miembros del euro. Es dif¨ªcil aplicar una pol¨ªtica monetaria adecuada cuando las necesidades e intereses de los Estados miembros son tan diferentes.
En cuanto a la pol¨ªtica econ¨®mica que queda en manos del Gobierno espa?ol, limitada por los compromisos adquiridos de control y reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, se reduce a la pol¨ªtica fiscal y a las reformas que se puedan introducir con la consiguiente aprobaci¨®n parlamentaria. El hecho de que los indicadores econ¨®micos comiencen a se?alar un cambio de tendencia puede dar margen para la aplicaci¨®n de una pol¨ªtica fiscal menos restrictiva que libere recursos de las familias para incentivar el consumo. Adem¨¢s de continuar con las reformas necesarias, es importante que se rompan las expectativas de los precios a la baja de manera que, sin desbordarse, animen tambi¨¦n al consumo y la inversi¨®n. Lo dif¨ªcil es conseguir el equilibrio en un pa¨ªs tan dado al gasto excesivo y a los aumentos de precios.
Carmen Alcaide es analista y expresidenta del INE.
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