Las cifras no lo aguantan todo

Las cifras no lo aguantan todo. Para que una estad¨ªstica sea ¨²til debe cumplir al menos tres requisitos. Uno, ser completa, para evitar el sesgo subjetivo del autor. Dos, desplegarse en serie hist¨®rica, para compensar o neutralizar los ejercicios m¨¢s at¨ªpicos. Tres, que su m¨¦todo, los autores y la instituci¨®n que la amparan conciten respeto t¨¦cnico y consenso social.

El Sistema de Cuentas P¨²blicas Territorializadas (SCPT) que, por cuenta de Hacienda, ha elaborado un equipo al mando de ?ngel de La Fuente, incumple dos y medio de esos tres requisitos. Cumple a medias el tercer requisito: aunque los tres autores son respetados en la comunidad cient¨ªfica ¡ªexcluidas las diatribas subvencionadas del Punt/Avui¡ª, representan un polo muy agudo de los expertos. ?Por qu¨¦ no se ha contado con el conjunto de los acad¨¦micos de distintas posiciones, ellos incluidos, y con el patronazgo t¨¦cnico de Instituto de Estudios Fiscales que hizo el anterior estudio en ¨¦poca de Solbes/Castells, en 2008?

Conculcan el segundo principio, la necesidad de serie hist¨®rica. El trabajo se circunscribe a 2011, un a?o at¨ªpico de crisis aguda. Reduce por esta causa, por ejemplo, el d¨¦ficit fiscal catal¨¢n, entre 2005 y 2011, en 2,64 puntos porcentuales: ¡°en circunstancias normales¡± y con otros par¨¢metros iguales, ¡°el d¨¦ficit de esta comunidad se hubiese situado en alg¨²n punto intermedio¡± entre ambos, o sea, bastante m¨¢s arriba; o sea, el d¨¦ficit fiscal de Catalu?a habr¨ªa sido a¨²n m¨¢s excesivo. No es un sesgo menor, y menos por su impacto pol¨ªtico actual.

Y violan la primera condici¨®n, pues trabajan sobre uno solo de los seis m¨¦todos posibles, el de la carga-beneficio (imputa ingresos y gastos al territorio donde residen los contribuyentes y los beneficiarios), contrario al preferido por la Generalitat (los imputa al territorio); despiez¨¢ndose cada uno en tres variantes: sin neutralizar por el ciclo, y neutralizados por ingresos, o por gastos. En su momento algunos criticamos frontalmente al Gobierno de la Generalitat por ofrecer solo dos resultados y no seis, contra lo que hizo su antecesor. Mayor cr¨ªtica merece ahora el Gobierno, al airear el resultado de un solo m¨¦todo. Ambos aducen que el suyo es m¨¢s relevante. Si nos dan toda la informaci¨®n, ya decidiremos nosotros.

Dicho todo lo cual, los informes (ver www.minhap.gob.es) aportan bastantes elementos de innegable inter¨¦s a la discusi¨®n. Desglosan los resultados programa por programa. Sostienen que hasta dos tercios de los saldos fiscales se explican l¨®gicamente por las diferencias de renta entre los territorios (a m¨¢s riqueza, mayor d¨¦ficit fiscal), pero tambi¨¦n que un tercio se debe a una distribuci¨®n del gasto p¨²blico muy, muy mejorable. Confirman otros estudios que eval¨²an la financiaci¨®n per c¨¢pita de las comunidades forales (Euskadi, Navarra) en el doble que las de r¨¦gimen com¨²n. Y m¨¢s all¨¢ de los saldos netos globales ¡ªla brocha gorda¡ª, precisan la infra o sobrefinanciaci¨®n de cada comunidad (la obtenida, en relaci¨®n con la que se habr¨ªa recibido seg¨²n criterio de habitante ajustado). Contra los titulares m¨¢s elementales, la infrafinanciaci¨®n de Catalu?a (que es la madre del cordero en el debate actual) triplica la de Madrid.