Espa?a se harta de vino

A punto de iniciarse la vendimia, se mantienen las tensiones en las principales zonas productoras vitivin¨ªcolas de Castilla-La Mancha ante la tendencia a la baja de los precios de la uva y, adem¨¢s, la posibilidad de que, en algunos casos, no hubiera los dep¨®sitos suficientes para el almacenamiento de la nueva cosecha debido a las elevadas existencias que tienen las bodegas tras la campa?a r¨¦cord anterior, de 53 milones de hectolitros. El acuerdo para la entrega de cuatro millones de hectolitros a los destiladores para la obtenci¨®n de alcohol para uso de boca (vinos y alcoholes para aguardientes), sin ayudas p¨²blicas, no fue suficiente para llevar la paz al sector en unas zonas donde gran parte de los viticultores han apostado por el volumen frente a la calidad y los rendimientos m¨¢s reducidos que asumen los productores de otras ¨¢reas geogr¨¢ficas.

Para el responsable del Observatorio Espa?ol de los Mercados del Vino, Rafael del Rey, ser¨ªa preciso que, por parte de bodegas y cooperativas, se aplicara una nueva pol¨ªtica de pago de la uva en funci¨®n de la calidad.

La campa?a pasada, las principales zonas productoras de Castilla-La Mancha fueron escenario de las protestas de los viticultores ante las bodegas por la lentitud en las entregas de la uva provocada por unas condiciones climatol¨®gicas que precipitaron y concentraron los procesos de maduraci¨®n de las uvas y por la recogida mecanizada, adem¨¢s en una campa?a hist¨®rica.

Este a?o, a esos problemas, se suman unas bodegas que no han podido colocar sus existencias. En el mercado interior ha seguido bajando la demanda de la restauraci¨®n, con un ligero crecimiento en los hogares, lo que, en el mejor de los casos, ha supuesto un mantenimiento de la demanda de solo unos nueve millones de hectolitros. Las exportaciones se han vuelto a disparar hasta los 22 millones de hectolitros, consecuencia especialmente de una bajada de los precios, hasta una media por litro comercializado de solo 0,41 euros. Italia, Francia, Portugal y Reino Unido han sido los principales destinos de estas uvas. Ambos mercados, junto a otros siete millones de hectolitros destinados al mosto, han sido insuficientes para dar salida a las existencias de campa?a.

Bruselas ha intentado reformar el sector, pero el tiro le ha salido por la culata

El vino ha sido uno de los sectores agrarios objeto de los mayores procesos de cambio en el marco de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n, fundamentalmente por la supresi¨®n de mecanismos tradicionales para reducir excedentes y regular los mercados. Estas modificaciones se incluyeron en las reformas de la Organizaci¨®n Com¨²n de Mercado de 1999 y de 2008. A ellas se suma la ¨²ltima reforma de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n y la OCM ¨²nica.

Sin embargo, junto a ese proceso de reformas en las pol¨ªticas de regulaci¨®n de los mercados, el sector ha sido igualmente uno de los que han recibido los mayores apoyos desde Bruselas para acometer los procesos de reestructuraci¨®n y reconversi¨®n, con el viejo objetivo de la Comisi¨®n de mantener a toda costa la oferta ante la ca¨ªda de la demanda y de no elevar el potencial productivo. En el caso de Espa?a, el tiro le sali¨® por la culata.

Entre los a?os 2001, inicio de la aplicaci¨®n de la primera reforma de la OCM, y 2008, seg¨²n las disposiciones comunitarias se llev¨® a cabo una pol¨ªtica de reestructuraci¨®n y reconversi¨®n del sector del vi?edo sobre una superficie de 203.000 hect¨¢reas con un volumen de ayudas de m¨¢s de 1.300 millones de euros. Ese mismo proceso se repiti¨® entre 2008 y 2011, cuando se actu¨® sobre otras 71.400 hect¨¢reas, con unos recursos comunitarios de otros 358 millones de euros. En total, casi 1.700 millones de euros de los que el grueso fue para viticultores de Castilla-La Mancha, con 842 millones; seguidos de Extremadura, con 208 millones, o Catalu?a, con 114 millones. Mientras, en otras zonas productoras como La Rioja, las ayudas solo llegaron a 45 millones de euros; y en Castilla y Le¨®n a 86 millones.

El sector del vino fue igualmente objeto de la pol¨ªtica de arranques primada desde los organismos comunitarios entre 2008 y 2011. Sobre una superficie m¨¢xima para arrancar en toda la Uni¨®n Europea de 175.000 hect¨¢reas, Espa?a procedi¨® a desprenderse de 94.000 hect¨¢reas, con una ayuda en funci¨®n de los rendimientos asignados a cada zona, que se tradujo en unas compensaciones medias de unos 3.000 euros por hect¨¢rea. Fuentes del sector estiman que en esa d¨¦cada se arrancaron sin ayudas otras 70.000 hect¨¢reas por falta de relevo generacional para continuar cultiv¨¢ndolas o simplemente por su escasa rentabilidad ante los bajos precios de la uva.

De acuerdo con todas estas acciones, la superficie de vi?edos en esa d¨¦cada pas¨® de 1,15 millones a solo 950.000 hect¨¢reas. Una reducci¨®n que, sin embargo, nada tiene que ver con los objetivos comunitarios de limitar el potencial productivo para evitar los graves excedentes del pasado y su destino masivo a la obtenci¨®n de alcoholes.

Los procesos de reestructuraci¨®n y reconversi¨®n, frente a la imagen de los remolques cargados de cepas en protesta por la pol¨ªtica comunitaria dirigida a eliminar al sector espa?ol del vi?edo, supusieron disparar sus posibilidades de producci¨®n fundamentalmente all¨ª donde los viticultores hicieron las mayores inversiones y donde, adem¨¢s, miles de ellos apostaron por el volumen frente a la calidad para lograr una rentabilidad de la explotaci¨®n. Sobre esas casi 300.000 hect¨¢reas afectadas por los cambios hubo inversiones para la mejora de las estructuras de riego, para sustituci¨®n de variedades como la air¨¦n como primera elecci¨®n, seguida de otras como la garnacha o tempranillo; sistemas de injertos, as¨ª como la implantaci¨®n de nuevas superficies en espaldera para lograr producciones de m¨¢s de 20.000 kilos de uva.

Los resultados de esta transformaci¨®n se han ido viendo en los a?os siguientes, al pasar de producciones medias de unos 37 millones de hectolitros a una media de m¨¢s de 42 millones de hectolitros, hasta la campa?a r¨¦cord hist¨®rica de 53 millones de hectolitros del pasado a?o, que contrasta con la demanda interior de vino de poco m¨¢s de nueve millones de hectolitros.?