El banquero de Espa?a
Junto a su fortaleza en los negocios, viv¨ªa con una gran generosidad hacia las personas
Emilio Bot¨ªn ha sido uno de los grandes espa?oles del siglo XX. Es bien conocido su gran liderazgo en el mundo empresarial y su impresionante obra de transformaci¨®n de un banco peque?o y rentable, en el mayor grupo financiero de la eurozona y en uno de los flagships del capitalismo financiero global. Por eso, me gustar¨ªa aportar una visi¨®n quiz¨¢ menos conocida de su personalidad partiendo de mi experiencia personal.
Se puede decir que mi relaci¨®n con Emilio Bot¨ªn no empez¨® en unas circunstancias muy favorables. Me toco liderar, como abogado, una estrategia de defensa de un grupo internacional de inversores perjudicados por el fraude Madoff, del que banco Santander tambi¨¦n fue v¨ªctima, al ser uno de los mayores distribuidores de productos financieros conectados con la gran estafa. Muchos de mis representados eran clientes del Santander. Durante largos meses la tensi¨®n entre buena parte de su clientela premium y la entidad financiera fue creciendo porque el problema no encontraba soluci¨®n. El debate en la opini¨®n p¨²blica fue intenso, y la cosa llego a los tribunales. En el fondo se trataba de gran causa en la que el banco no fue m¨¢s que un intermediario de buena fe arrollado por un fraude en forma de pir¨¢mide que tuvo una repercusi¨®n medi¨¢tica mundial.
En aquel momento tuve que firmar como abogado una class action que depositamos en un juzgado de Miami para defender los derecho de los afectados. Al poco tiempo, el banco anunciaba un acuerdo global que satisfac¨ªa las aspiraciones de los clientes perjudicados y los reclamantes, adelant¨¢ndose as¨ª a lo que luego hicieron un buen grupo de entidades financieras internacionales: devolver el dinero perdido por los clientes aceptando parte de la responsabilidad de no haber sabido filtrar para ellos el destino de su inversi¨®n. De igual forma actu¨® con respecto a la labor de Irving Picard, el Trustee que se ocup¨® de recuperar el dinero perdido. El banco adelant¨® su cantidad, y dej¨® su parte del problema bien resuelta. Fue mi primera experiencia de la proverbial destreza de Emilio Bot¨ªn para encontrar soluciones inteligentes para problemas complejos, con la mirada puesta siempre en lo que ¨¦l sab¨ªa que era el principal activo del Banco: la confianza de sus clientes.
En aquellos d¨ªas probablemente yo fuese una de las bestias negras del Banco, por mi intensa labor del ejercicio del derecho de defensa de un asunto que atrajo la atenci¨®n de los mass media.
Pero tan s¨®lo unos meses despu¨¦s de tener resuelto el conflicto coincid¨ª personalmente con Emilio Bot¨ªn en la constituci¨®n de una Fundaci¨®n de la que ambos fuimos patronos fundadores: la Fundaci¨®n Madrid Vivo. Desde el primer momento estuvo amable y ese mismo d¨ªa fui invitado a almorzar a la gran ciudad financiera que lleva tambi¨¦n para siempre su huella. De esta forma conoc¨ª en primera persona otro de los rasgos de la personalidad de Emilio Bot¨ªn, que junto a su fortaleza en los negocios viv¨ªa una gran generosidad con las personas a las que nunca ve¨ªa como enemigos por mucho que en algunas situaciones pudieran representar intereses contrapuestos.
As¨ª lo pude comprobar a?os despu¨¦s con motivo de mi colaboraci¨®n con ¨¦l en el campo de los accionistas minoritarios. Cuando supo que, en una Junta, la asociaci¨®n alemana de accionistas minoritarios hab¨ªa votado en contra de su renovaci¨®n como presidente, en lugar de enfadarse quiso conocer a su presidenta Jella Bella-Heinecher y unos meses despu¨¦s mantuvimos un desayuno con ella en la ciudad financiera durante el que se interes¨® por aprender en detalle la naturaleza del activismo accionarial. Desde entonces se convirti¨® en uno de los presidentes con m¨¢s sensibilidad por los accionistas minoritarios de toda Europa y as¨ª se lo acab¨® reconociendo la asociaci¨®n europea concedi¨¦ndole el Premio Euroshareholders.
Se convirti¨® en uno de los presidentes con m¨¢s sensibilidad por los accionistas minoritarios de toda Europa
Esta apertura de mente para aprender incluso de quien pod¨ªa haber tenido posturas adversarias a la suya y su implicaci¨®n con el bien com¨²n, le llev¨® a ser uno de los grandes mecenas de nuestro pa¨ªs. A trav¨¦s de las fundaciones que impuls¨® realiz¨® una labor gigantesca. Pero tambi¨¦n supo ser generoso personalmente participando en iniciativas impulsadas por otros. As¨ª lo pude comprobar en el Patronato de la Fundaci¨®n Madrid Vivo del que ambos form¨¢bamos parte para colaborar con la labor social y cultural que desarrolla la Iglesia Cat¨®lica en beneficio de la sociedad espa?ola. A¨²n recuerdo c¨®mo Emilio Bot¨ªn se volc¨® en ayudar en que la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid fuera un gran ¨¦xito porque la consider¨® una oportunidad para traer aire fresco a la sociedad espa?ola necesitada de aliento espiritual en plena crisis econ¨®mica y de valores.
Hace pocos d¨ªas nos hab¨ªa confirmado su asistencia a la reuni¨®n del Patronato de la Fundaci¨®n. Como Vicepresidente de la Fundaci¨®n Madrid Vivo colaboraba activamente en crear un espacio nuevo en el que los empresarios encontraran una l¨ªnea de trabajo de la responsabilidad social corporativa en colaboraci¨®n con la Iglesia Cat¨®lica. Le ilusionaban los proyectos de la Fundaci¨®n de ayudar a las familias numerosas y de colaborar para que nuestra herencia cultural cristiana siguiera viva a trav¨¦s de la ayuda a la Universidad de San D¨¢maso y, especialmente de una gran exposici¨®n de arte sacro en Madrid para el pr¨®ximo oto?o.
Emilio Bot¨ªn no solo fue un gran emprendedor y un gigante de las finanzas, sino un hombre comprometido con su tiempo, que supo, desde la altura de su posici¨®n, rectificar cuando fue necesario, dar siempre una mano y contribuir a que los espa?oles vivi¨¦ramos mejor.
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