Isidoro ?lvarez, firme apoyo de la ciencia

¡°En investigaci¨®n cient¨ªfica no hay recortes¡±. As¨ª se expres¨®, terminante, el recientemente fallecido Isidoro ?lvarez, presidente de la Fundaci¨®n Ram¨®n Areces, en uno de los consejos de patrono, hace unos meses, cuando la crisis sist¨¦mica impon¨ªa a sus ac¨®litos recortar en todo.

Convencido de que solo el profundo conocimiento de la realidad permit¨ªa adoptar las medidas apropiadas, consideraba ¡ªsiempre lo hizo¡ª que no deb¨ªa disminuirse el fomento de las actividades relativas al descubrimiento y la innovaci¨®n.

¡°El futuro ¡ªrepet¨ªa¡ª depender¨¢ de la capacidad y talento de las nuevas generaciones¡±. Le recuerdo con particular afecto cuando, como sucesor, acompa?aba a Ram¨®n Areces en las primeras etapas de su fundaci¨®n. Severo Ochoa era el presidente del consejo cient¨ªfico. Con estos dos asturianos universales al frente, no es extra?o que la fundaci¨®n fuera capaz de cumplir fielmente el deseo de Areces de ¡°devolver a la sociedad lo que de ella hab¨ªa recibido¡±. Cuando en 1989 falleci¨® el fundador, Isidoro ?lvarez tom¨® el tim¨®n con la sencillez, la precisi¨®n y la eficacia que le caracterizaban.

Saber escuchar es crucial para quienes deben adoptar decisiones de tanta responsabilidad. Escuchar¡­ y delegar. Los proyectos en biomedicina le eran especialmente gratos, porque pensaba en ¡°el otro¡±, ¡°los otros¡±, que padec¨ªan, que sufr¨ªan. Y as¨ª, las llamadas enfermedades raras se convirtieron en una de las grandes prioridades de la fundaci¨®n. ¡°Llegar ah¨ª donde es m¨¢s infrecuente¡±. Gran personaje de la econom¨ªa¡­ pero, sobre todo, gran personaje a secas, porque durante muchos a?os he podido apreciar su permanente preocupaci¨®n por el bienestar humano, por la atenci¨®n prioritaria a los aspectos sociales.

M¨¢s de veinte a?os a su diestra en los consejos de patrono me han permitido conocer los entresijos de su personalidad. En cada punto del orden del d¨ªa daba su opini¨®n y luego consultaba ¡ªa Florencio Lasaga en primer lugar¡ª la de los miembros del consejo. Era muy exigente, porque lo era consigo mismo. Quer¨ªa ser siempre efectivo y eficiente, pero sin ¡°mostrarse¡±. Afable, pero urgido. Sencillo y ¡°m¨²ltiple¡±.

Le preocupaba el tiempo. El tiempo es lo que m¨¢s vale. Su tiempo y el de los dem¨¢s. Cercano, puntual, con gran capacidad de discernimiento, empresario singular, muy recatado en sus apariciones p¨²blicas, atento a los pormenores y a lo esencial simult¨¢neamente¡­ los trazos de su semblanza permiten hoy asegurar que ha sido uno de los espa?oles que ha conseguido mayor proyecci¨®n de su gran empresa y m¨¢s ha influido en el d¨ªa a d¨ªa nacional. El Corte Ingl¨¦s no solo es un referente generalizado de los ciudadanos espa?oles, sino tambi¨¦n de los millones de turistas que nos visitan.

Infatigable, el n¨²mero 1, como le conoc¨ªan los miles de empleados que transmit¨ªan en sus m¨®viles la noticia de la ¡°visita inesperada¡±, permanecer¨¢ en la memoria hist¨®rica de nuestro pa¨ªs en un momento en que la ausencia de liderazgos en todos los ¨®rdenes es particularmente notoria.

En la fundaci¨®n y en el consejo cient¨ªfico seguir¨¢n vigentes sus pautas y sus ritmos. El fomento de la creatividad fue, es, su, nuestra esperanza. En homenaje a la muerte de Ram¨®n Areces escrib¨ª en agosto de 1989 un verso de la poetisa quite?a Violeta Luna: ¡°¡­ ?Cu¨¢nta vida que pudo ser ra¨ªz / es hoy astilla!¡±. Gracias a ambos ya son hoy muchas las ra¨ªces que no fueron, que no ser¨¢n astilla.

Federico Mayor Zaragoza es presidente del consejo cient¨ªfico de la Fundacion Ram¨®n Areces.