En piloto autom¨¢tico
El 90% de los nuevos empleos en un mundo digitalizado se crea fuera de Europa
Uno de los relatos de ficci¨®n cient¨ªfica de m¨¢s calidad ¡ªy m¨¢s olvidados¡ª, de Isaac Asimov se titula Sufragio universal. En ¨¦l, las elecciones democr¨¢ticas est¨¢n poco menos que obsoletas: los ordenadores de la ¨¦poca (a?o 1955), unos armatostes, acumulan la mayor parte de las informaciones sobre las condiciones pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales y calculan con qu¨¦ programa se puede ganar. S¨®lo falta el candidato oportuno, el ¡°factor humano¡±. Con un peque?o n¨²mero de variables (por ejemplo, el PIB, el porcentaje de paro, el ¨ªndice de precios al consumo, o las posibilidades de una guerra de envergadura) se predice el resultado de manera bastante ajustada.
En una sesi¨®n de tres horas de duraci¨®n ¡ªahora se precisar¨ªa mucho menos tiempo, dada la evoluci¨®n de la inform¨¢tica¡ª el ordenador entrevistar¨¢ al votante medio, el determinado como representativo, mediante la ponderaci¨®n de los diversos temas. Nadie necesitar¨¢ votar. Se supone que se aplicar¨¢ una pol¨ªtica de piloto autom¨¢tico para corregir los desequilibrios que manifiestan los programas de las m¨¢quinas.
C¨®mo no recordar a Asimov y sus automatismos cuando se escuchan las palabras de la se?ora Merkel, la l¨ªder de Europa, al expresar con toda su crudeza el principal problema de la zona euro tras siete a?os de Gran Recesi¨®n: ¡°Un continente en el que en muchos pa¨ªses el 30% o el 40% de los j¨®venes no tiene trabajo no es un continente que irradie futuro¡±, dijo en el foro Digitising Europe. Los j¨®venes tienen escasa confianza en encontrar un puesto de trabajo y el 90% de los nuevos empleos en un mundo digitalizado se crea fuera de Europa. Seg¨²n una macroencuesta encargada por la multinacional Vodafone, la juventud de Espa?a (57% de paro) e Italia se muestra muy pesimista: sus componentes creen que deber¨¢n emigrar para encontrar un empleo y que vivir¨¢n peor que la generaci¨®n anterior.
El Gotha empresarial y financiero entr¨® en Bankia. ?Tampoco sab¨ªan ellos lo que hab¨ªa dentro?
Las tendencias de la macroencuesta no sufren contradicci¨®n alguna en este caso con los pron¨®sticos hechos p¨²blicos por el Banco Central Europeo (BCE) la pasada semana, a tres a?os vista: el crecimiento de la eurozona tendr¨¢ dosis homeop¨¢ticas al menos hasta 2016 (0,8% del PIB este a?o, 1% en 2015 y 1,5% en 2016), porcentajes escas¨ªsimos para crear puestos de trabajo en las cantidades masivas que se necesitan para una situaci¨®n de pleno empleo, y sustancialmente menores que los de la anterior previsi¨®n del eurobanco. Vamos hacia atr¨¢s. Lo mismo sucede con la evoluci¨®n de los precios: tanto este ejercicio como los dos siguientes (tasas del 0,5%, 0,7% y 1,3%), la inflaci¨®n estar¨¢ muy por debajo de la referencia objetiva del BCE, que es del 2%. La mejora, a medio plazo, consistir¨ªa en esencia en pasar de un esquema de 0% crecimiento, 0% inflaci¨®n, a un 1% en ambas magnitudes. Poca cosa. Estancamiento secular. Piloto autom¨¢tico.
Las variaciones en Espa?a son menores. Varios trimestres despu¨¦s de que nuestro pa¨ªs haya salido t¨¦cnicamente de la recesi¨®n, las tasas de crecimiento, creaci¨®n de empleo y afiliaciones a la Seguridad Social son mediocres y, sobre todo, muy insuficientes para corregir el paro juvenil, el paro general y el paro estructural (larga duraci¨®n) que crece mes a mes, seg¨²n los datos del Ministerio de Empleo. Seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), Espa?a es el pa¨ªs desarrollado en el que m¨¢s ha crecido el desempleo durante la crisis y tambi¨¦n aquel en el que m¨¢s ha aumentado la desigualdad salarial.
A estos datos hay que a?adir la crisis reputacional que supone el permanente esc¨¢ndalo de Bankia. Se lee la lista de los inversores institucionales que acudieron a su salida a Bolsa y uno se queda estupefacto: est¨¢ casi todo el Gotha del capitalismo espa?ol (salvo el BBVA). Esos bancos y empresas, ?tampoco conoc¨ªan lo que hab¨ªa en las tripas de la entidad?; ?fueron enga?ados?; ?fueron invitados a entrar dentro de ese capitalismo de Estado tan habitual?; ?por qui¨¦n?; ?fueron obligados en una especie de impuesto revolucionario? La mayor parte de ellos vendi¨® sus acciones a partir del d¨ªa siguiente de la salida a Bolsa, lo que indica que no cre¨ªan en el proyecto.
El indicador adelantado de la confianza del consumidor no ha parado de caer desde el pasado mes de agosto. Pese a todo, no hay pol¨ªticas de choque. S¨®lo par¨¢lisis.
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