Recuperaci¨®n inclusiva o no
A desvelar de forma cr¨ªtica las trampas del pensamiento positivo dedica su ensayo (Sonr¨ªe o muere,editorial Turner) la incisiva ensayista estadounidense B¨¢rbara Ehrenreich. En ¨¦l cuenta, por ejemplo, los seminarios y sesiones de motivaci¨®n que se brindan a los parados, en los que se les aconseja que huyan de la negatividad y opten por un enfoque animoso y hasta agradecido por la crisis que estamos pasando. ¡°?Saldremos fortalecidos de ella!¡±, se les dec¨ªa en esas reuniones y m¨ªtines. Hab¨ªa gente a la que hab¨ªan echado del trabajo, que iba sin frenos hacia la pobreza y la exclusi¨®n, a la que se le animaba a ver su situaci¨®n como una ¡°oportunidad¡±. El pensamiento positivo hace gala del no hay bien que por mal no venga.
En sus ¨²ltimas intervenciones Rajoy hace como si se esforzase en buscar la equidistancia entre tanto cenizo que creen que los aspectos de fondo, estructurales, no han cambiado en la econom¨ªa, y los euf¨®ricos compa?eros de viaje que piensan que entre los tres premios mayores de la loter¨ªa ¡ªla ca¨ªda del precio del petr¨®leo, el tipo de cambio del euro, las pr¨®ximas medidas de est¨ªmulo del Banco Central Europeo¡ª y las ¡°reformas estructurales¡± decretadas con tanto sacrificio, llegan tiempos de buenaventura para los espa?oles. Pero sus esfuerzos son ret¨®ricos, puesto que el presidente de Gobierno se encuentra claramente entre los segundos cuando dice, ya en plena campa?a electoral, que ¡°en muchos aspectos la crisis es cosa del pasado y estas Navidades van a ser las primeras de la recuperaci¨®n¡±.
Es f¨¢cil que compartieran sus palabras las decenas de empresarios que le escuchaban en la sede de Telef¨®nica. Probablemente ninguno de ellos cobre menos de uno o dos millones de euros al a?o (por encontrar un m¨ªnimo com¨²n denominador muy conservador), y sus sociedades son algunas de las que m¨¢s se han beneficiado de la reforma estrella del PP, la laboral. En este caso, el medio s¨ª ha sido el mensaje. Como dec¨ªa el novelista Upton Sinclair ¡°es dif¨ªcil que alguien entienda algo, cuando su salario depende de no entender¡±.
Parados (24%), trabajadores temporales (24%) y a tiempo parcial (15%) esperan el fin de la crisis
M¨¢s complicado es que el presidente se haga entender entre los principales paganos de la devastaci¨®n. El problema diferencial de nuestro pa¨ªs es la evoluci¨®n de su mercado laboral. Si a la tasa de paro de casi el 24% de la poblaci¨®n activa se le unen los empleados temporales (un 24,6%) y los que trabajan a tiempo parcial (15%), sale un porcentaje pavoroso de ciudadanos inseguros o precarios (aunque se solapen algunos temporales y parciales). De los primeros, 1,78 millones de hogares tienen a todos sus miembros fuera del mercado de trabajo; 2,74 millones son parados de larga duraci¨®n; y la tasa de cobertura del seguro de desempleo es s¨®lo del 57,31% del total, y descendiendo con rapidez. A ello hay que a?adir la devaluaci¨®n salarial del resto de la poblaci¨®n ocupada.
Para todos ellos, la flexibilidad de las reformas laborales, necesaria o no, ha significado sistem¨¢ticamente su inseguridad como precio a pagar para que en el radiante porvenir crezca la inversi¨®n y los puestos de trabajo. Reducir derechos de los trabajadores establecidos prometiendo trabajo a quien no lo tiene: lo que se elimina es seguro; lo que se promete, no. Esta es la experiencia de la reforma laboral en vigor. A medida que avanzaban los problemas, los dirigentes pol¨ªticos y muchas empresas se apuntaban a la flexibilidad de las relaciones laborales como gran panacea, al tiempo que se multiplicaba la cantidad de gente en puestos de trabajo cada vez m¨¢s inseguros y mal pagados. Al extenderse el empleo flexible se incrementaban las desigualdades.
Salir de la crisis significa cambiar estas tendencias y amortiguar sensiblemente los porcentajes citados. La recuperaci¨®n tiene que ser inclusiva o generar¨¢ a¨²n m¨¢s indignaci¨®n (un 85% de los ciudadanos no conf¨ªa en Rajoy, seg¨²n el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas). Si no es as¨ª, las palabras del presidente de Gobierno se asimilar¨¢n de modo mec¨¢nico al pensamiento positivo que denuncia Ehrenreich: ¡°?Has perdido tu trabajo? ?Qu¨¦ gran oportunidad de cambiar de trayectoria!¡±, ¡°?Tienes una grave enfermedad? Quiz¨¢ a partir de hoy disfrutes de tu vida como nunca (¡.) y sobre todo, no dejes de sonre¨ªr, dar las gracias y sentirse lleno de optimismo¡±.
Los derechos laborales reducidos o eliminados son seguros. Las promesas, no.
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