Europa quiere un campo verde

La Uni¨®n Europea quiere que los 252.000 millones de euros que va a invertir en el campo hasta 2020 a trav¨¦s de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n (PAC) sirvan para algo m¨¢s que para engordar los balances de los agricultores. Con la reforma que ha entrado en vigor con el nuevo a?o, el 30% de los fondos europeos est¨¢n destinados a ayudar a los propietarios que apliquen el greening: medidas de agricultura sostenible que tengan un efecto positivo en el clima y el medio ambiente.

Aunque la reforma de 2014 ya inclu¨ªa estas ayudas, con el nuevo reglamento europeo la sostenibilidad medioambiental se ha convertido en una parte mucho m¨¢s importante de la PAC. No es solo que ahora un porcentaje mucho m¨¢s importante de los pagos est¨¦ ligado al greening; adem¨¢s, los requisitos para acceder a esas subvenciones se han endurecido. Para poder acceder a una parte de esos 1.453 millones de euros que, este a?o, se dedicar¨¢n al greening en Espa?a, agricultores y ganaderos deber¨¢n cumplir, desde esta sementera, una serie de condiciones.

La primera exigencia es que el 5% de la extensi¨®n de las propiedades de m¨¢s de 15 hect¨¢reas deber¨¢ estar destinado a "superficies de inter¨¦s ecol¨®gico". Este concepto incluye tierras en barbecho, reforestadas o con cultivos fijadores de nitr¨®geno, que pueden ser leguminosas en grano (como jud¨ªas o garbanzos) o forrajeras, como la alfalfa.

El siguiente foco del greening es la diversificaci¨®n de cultivos, con el fin de reducir su impacto ambiental. Los diferentes cereales cuentan como cultivos distintos, pero no las variedades del mismo grano (como pueden ser los trigos blandos o duros). Las exigencias son diferentes conforme el tama?o de la explotaci¨®n: en los terrenos entre 10 y 30 hect¨¢reas debe haber al menos dos cultivos, sin que el principal supere el 75% de la superficie total. Pero si la explotaci¨®n supera las 30 hect¨¢reas, son obligatorias tres variedades de cultivo; ninguna de ellas puede ocupar m¨¢s de tres cuartas partes del terreno, y la suma de las dos m¨¢s importantes no puede ser mayor a 95%.

Por ¨²ltimo, la reforma obliga a fijar cu¨¢l es la superficie del territorio permanentemente dedicada a pastos, que son importantes en el control del di¨®xido de carbono en la atm¨®sfera. Espa?a definir¨¢ esa cifra a lo largo de 2015, y es la Administraci¨®n la que debe controlar que, en los a?os sucesivos, esa extensi¨®n no se reduzca m¨¢s de un 5%. Si eso sucediera, el Estado est¨¢ obligado a adoptar medidas para recuperar esos terrenos perdidos, lo que obligar¨ªa a restaurar superficies roturadas como pastos.

No todas las explotaciones est¨¢n sujetas a estas exigencias medioambientales. Est¨¢n exentos los peque?os agricultores, es decir, los que cobren ayudas directas por valor de menos de 1.250 euros al a?o.

Adem¨¢s, las nuevas reglas no se aplican a los agricultores dedicados a los cultivos ec¨®l¨®gicos ni los que exploten cultivos permanentes como olivar, vi?edo, frutales o c¨ªtricos, por ser superficies que ya est¨¢n contribuyendo a la mejora del medio ambiente. Por el mismo motivo, tampoco deben cumplir las dedicadas a la explotaci¨®n forrajera y las de cultivos sumergidos como el arroz, as¨ª como explotaciones situadas total o parcialmente en zonas de conservaci¨®n ambiental.

Pese al nuevo ¨¦nfasis medioambiental, la mayor¨ªa de las ayudas europeas (un 56%) siguen siendo pagos de base, ayudas al agricultor sin m¨¢s requisitos que la actividad. Otro 12% de los fondos se pagar¨¢n como ayudas asociadas a diferentes producciones agr¨ªcolas y ganaderas, mientras que el 2% restante tiene como destinatarios espec¨ªficos los agricultores j¨®venes.