Los frutos de la adversidad
El permanente debate de pol¨ªtica econ¨®mica, que ha durado toda la Gran Recesi¨®n, entre los partidarios de ajustar las econom¨ªas primero para que luego creciesen (los ortodoxos), y los que defend¨ªan que era imprescindible crecer antes para ajustar despu¨¦s (los pragm¨¢ticos), ya tiene un vencedor claro: EE UU, el representante m¨¢s genuino de la segunda opci¨®n. Sus datos macroecon¨®micos (el crecimiento y, sobre todo, la creaci¨®n de puestos de trabajo) avalan esa victoria con gran holgura.
Este debate no fue tal en los momentos m¨¢s duros. Despu¨¦s de la quiebra de Lehman Brothers y de la implosi¨®n del sistema financiero en oto?o de 2008, los l¨ªderes de los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo (G-20) se reunieron en Washington (noviembre de 2008), Londres (abril 2009) y Pittsburg (septiembre de 2009) y convinieron que la ¨²nica forma de evitar el p¨¢nico bancario y estimular una econom¨ªa mundial mortecina era fomentar los rescates a las entidades en dificultades e inyectar dinero p¨²blico en el sistema para crear empleo y para que la coyuntura no llegase a parecerse a la de la Gran Depresi¨®n de los a?os treinta (la forma en la que se entendi¨® eso en Espa?a fue el epid¨¦rmico Plan E de Zapatero). A partir de junio de 2010 (cumbre de Toronto), las sensibilidades se modificaron: mientras una parte del mundo liderada por EE UU continu¨® con una pol¨ªtica monetaria laxa y medidas de est¨ªmulo para que su econom¨ªa continuase creciendo y detuviese el sufrimiento de un paro masivo, otra parte -Europa- cambi¨® radicalmente su visi¨®n de las cosas, implant¨® el dogma de las pol¨ªticas de austeridad autoritaria y del equilibrio presupuestario frente a cualquier otra prioridad.
El resultado de ambas opciones se ha hecho visible ahora. Los EE UU de Obama, que crecieron a un ritmo del 5% de su PIB en el tercer trimestre del a?o, ya ha recuperado todos los puestos de trabajo perdidos durante la crisis y terminaron el curso con una creaci¨®n de empleo de casi tres millones de personas, lo que sit¨²a su tasa total de paro en el 5,6%, a punto de llegar al pleno empleo. Por el contrario, la Europa del euro, la de la se?ora Merkel, dobla la tasa de desempleo estadounidense (11,5%) en una coyuntura de estancamiento econ¨®mico y deflaci¨®n de sus precios. Esta media es, como casi todas, enga?osa: mientras Alemania tiene un paro del 6,5%, el menor desde la unificaci¨®n del pa¨ªs a principios de los a?os noventa, la Europa del Sur (Grecia, Espa?a y Portugal) se encuentra en porcentajes insufribles (25,7%, 23,9% y 13,4%, respectivamente). No es de extra?ar que cuando le preguntaron a Matteo Renzi, primer ministro italiano, por las reformas espa?olas, respondiese: atr¨¢s, Satan¨¢s, ¡°nuestro modelo es Alemania, no Espa?a¡±.
Mientras que aqu¨ª todav¨ªa se espera, inquietos por las presiones alemanas en contra, que el Banco Central Europeo anuncie en su reuni¨®n de dentro de 10 d¨ªas el inicio de la expansi¨®n cuantitativa (la compra masiva y directa de bonos p¨²blicos de los pa¨ªses europeos con m¨¢s dificultades), EE UU ya la abandon¨® el pasado mes de octubre despu¨¦s de 37 meses aplic¨¢ndola, mientras mantiene el precio del dinero (tipos de inter¨¦s) pr¨®ximos a cero. Una y otra parte del planeta tienen que observar con atenci¨®n los riesgos geopol¨ªticos existentes, que pueden limitar el comportamiento de sus econom¨ªas: el precio y la especulaci¨®n sobre el petr¨®leo, el deterioro de los mercados de materias primas, el resultado de las elecciones griegas, y el frenazo de los pa¨ªses emergentes. Y dentro de estos ¨²ltimos, la situaci¨®n de Rusia. George Soros advert¨ªa hace unos d¨ªas que Rusia es la mayor amenaza para la evoluci¨®n econ¨®mica del mundo ya que el colapso de los precios del petr¨®leo se une al efecto de las sanciones econ¨®micas impuestas por la anexi¨®n de Crimea, por lo que ¡°no ser¨ªa sorprendente¡± el impago de la deuda rusa.
El debate sobre la mejor pol¨ªtica econ¨®mica posible lo gan¨® EE UU de calle
Un aspecto unifica los mercados laborales estadounidense y europeo: la baja calidad del empleo creado (temporal, parcial, sin garant¨ªas,¡) y la devaluaci¨®n salarial, principal causante, junto con el paro, del incremento exponencial de la desigualdad en esta ¨¦poca. La Gran Recesi¨®n se recordar¨¢ por la distribuci¨®n de la renta y la riqueza en sentido contrario al progreso.
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