Publicidad y espacio urbano, por una ¡°grenobilizaci¨®n¡± de nuestras ciudades
Limpiar el paisaje de interferencias, como en Grenoble, permite recuperar vistas y no sustituir el concepto de ciudadano por el de mero consumidor
El alcalde de la ciudad de Grenoble (Francia), ?ric Piolle, ha anunciado el cumplimiento de una promesa electoral: no renovar el contrato de publicidad en espacios p¨²blicos y no lanzar una nueva oferta. Con esta decisi¨®n se da un decidido paso adelante en la recuperaci¨®n del espacio urbano; una decisi¨®n que, como la propia corporaci¨®n municipal ha explicado, opta por "liberar de la publicidad el espacio p¨²blico".
El contrato con el grupo que hasta ahora contaba con la adjudicaci¨®n (JCDecaux) finaliza el 31 de diciembre; a partir de entonces, y hasta mayo, se desmontar¨¢n los 326 paneles (incluidas las 64 grandes pantallas de 8 metros cuadrados) instalados en las calles y plazas de tan hermosa ciudad. Con ellos desaparecer¨¢ una indebida interferencia en el espacio urbano; y el hecho de que vayan a reaparecer vistas y perspectivas que nunca debieron ser ocultadas ser¨¢ solo una consecuencia de algo mucho m¨¢s concluyente: la regeneraci¨®n ¨Cno solo f¨ªsica- del ¨¢mbito p¨²blico.
En nuestros d¨ªas se habla, escribe y discute en muchos ¨¢mbitos sobre el paisaje urbano. Pero toda reflexi¨®n, an¨¢lisis o propuesta sobre el paisaje urbano choca con la realidad de la publicidad (que como bien sabemos ¨Cy no hay m¨¢s que ver c¨®mo y d¨®nde se coloca- no obedece a otra cosa que a su ¨ªndice de impacto). La publicidad, superpuesta a la estructura de la ciudad, es hoy la nueva y gran conformante del paisaje urbano; y ello, a menudo, en flagrante oposici¨®n a valores arquitect¨®nicos declarados (cuando no material dificultad para viandantes).
La transformaci¨®n del espacio urbano en soporte publicitario no es solo -con ser bastante- cuesti¨®n de ¨ªndole est¨¦tica, arquitect¨®nica, patrimonial... ?No! La cuesti¨®n de fondo es la subversi¨®n del inter¨¦s p¨²blico (y el espacio urbano representa lo p¨²blico por antonomasia) en beneficio privado. De modo coherente con la mutaci¨®n del concepto de ciudadano en el de simple consumidor, la privatizaci¨®n del espacio p¨²blico urbano llega a ser, de esta manera, marco y expresiva met¨¢fora de las dem¨¢s privatizaciones al uso.
Naturalmente, la decisi¨®n del alcalde franc¨¦s ha sido contestada por algunas voces que esgrimen los 600 000 euros anuales que el contrato de publicidad reportaba a las cuentas municipales; pero el Consistorio, previendo tal objeci¨®n y demostrando que cuando hay voluntad pol¨ªtica se pueden hacer las cosas, ha indicado en qu¨¦ partidas presupuestarias cabe hacer reducciones de gasto que compensen esos vergonzantes ingresos.
En el caso de las ciudades espa?olas (particularmente, Madrid) est¨¢ por cuantificar el verdadero beneficio que los contratos de publicidad urbana, con la misma empresa adjudicataria francesa, reportan a los ciudadanos; y, desde luego, se nos antojan suficientes campos en que la correspondiente reducci¨®n de gasto ser¨ªa no solo posible sino muy conveniente.
Indicaba al inicio que este anuncio del alcalde de Grenoble obedece a una promesa electoral. Pues bien, de cara a las pr¨®ximas elecciones municipales en Espa?a, me pregunto qu¨¦ opciones contemplan en este sentido los programas de los partidos y nuevas agrupaciones que se presentan. En el caso de Madrid (ciudad ejemplarmente castigada, durante d¨¦cadas e in crescendo, por la publicidad urbana) esta cuesti¨®n es de especial relevancia: en su espacio urbano, lo primero que hay que hacer, lejos de a?adir m¨¢s objetos y "ocurrencias", es despejarlo de una vez, empezando por el abuso desmedido de la publicidad. Ya tendr¨ªa mucho ganado, para no pocos madrile?os, el candidato que siguiera el ejemplo del alcalde de Grenoble. ?Por una recuperaci¨®n del car¨¢cter p¨²blico del espacio urbano! ?S¨ª! ?Por una "grenobilizaci¨®n" de nuestras ciudades!
Javier Mosteiro es arquitecto y miembro del Club de Debates Urbanos.
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