La recuperaci¨®n se consolida
La creaci¨®n de empleo se est¨¢ centrando en actividades de bajo valor a?adido
El INE public¨® esta semana el detalle de la contabilidad nacional del cuarto trimestre de 2014. Para los lectores que no est¨¦n familiarizados con el uso de estad¨ªsticas y de tasas de variaci¨®n, es conveniente aclarar algunos conceptos que les sirvan de gu¨ªa para no perderse entre las distintas cifras que habr¨¢n escuchado o le¨ªdo estos d¨ªas. En primer lugar, si comparamos el PIB generado en dicho trimestre con el del trimestre anterior, tenemos la tasa de variaci¨®n trimestral, que fue del 0,68%. En algunos pa¨ªses, como los EE UU o Jap¨®n, esta tasa se da en t¨¦rminos anualizados (tasa anual equivalente, como los tipos de inter¨¦s, que de forma aproximada podemos obtener multiplicando por cuatro la tasa trimestral). En estos t¨¦rminos el crecimiento fue del 2,7%. En segundo lugar, podemos comparar el PIB del cuarto trimestre con el del mismo periodo del a?o anterior, obteniendo la tasa interanual, en este caso, un 2%. Dir¨ªamos que a lo largo del ¨²ltimo a?o el PIB creci¨® un 2%. Aproximadamente, esta tasa es la suma de las cuatro ¨²ltimas tasas trimestrales. Por ¨²ltimo, y dado que ya tenemos el PIB generado en el conjunto del a?o, por suma de los cuatro trimestres, podemos comparar dicho PIB con el del a?o anterior, en cuyo caso obtenemos la tasa media anual de 2014: un 1,4%.
?Cu¨¢l de estas tasas es la m¨¢s adecuada o relevante? Cualquiera, depende de lo que queramos medir o comparar. Ahora bien, para analizar la evoluci¨®n m¨¢s reciente, la m¨¢s indicada es la tasa trimestral, ya que esta nos da el pulso de la econom¨ªa en el ¨²ltimo periodo, mientras que la interanual recoge la variaci¨®n respecto a un a?o antes, pero sin decirnos qu¨¦ ha pasado por el medio. Puede darse el caso de que la tasa de variaci¨®n interanual sea positiva y ello nos lleve a concluir que vamos bien, que crecemos, pero sin darnos cuenta que la ¨²ltima tasa trimestral es negativa, lo que nos indica que empezamos a ir mal, que en realidad retrocedemos.
Lo m¨¢s importante a destacar de los datos de la contabilidad nacional es que con este son ya seis trimestres consecutivos en los que el PIB crece. Tambi¨¦n es importante constatar que el ritmo de crecimiento va ganando intensidad, incluso por encima de lo que era previsible al inicio de la recuperaci¨®n. Al comienzo del pasado a?o el PIB crec¨ªa a un ritmo de tres d¨¦cimas por trimestre y al final lo hace en siete d¨¦cimas. Adem¨¢s, todo apunta a que durante 2015 este ritmo siga aceler¨¢ndose, dados los n¨²meros factores que juegan a favor. Por tanto, los a?os de recesi¨®n han quedado atr¨¢s. Ahora bien, en estos seis trimestres solo hemos recuperado 2,3 puntos porcentuales de los ocho que perdimos en la crisis, lo que indica el largo camino que nos queda para darla por superada [gr¨¢fico superior izquierdo].
Hay, sin embargo, algo en esta recuperaci¨®n que no acaba de encajar. La misma se ha basado fundamentalmente en el fuerte repunte del consumo de bienes duraderos, a costa del ahorro de los hogares, y en la inversi¨®n en equipo y material de transporte. Dado que estos componentes del gasto son muy intensivos en importaciones, ello ha provocado un deterioro del d¨¦ficit comercial y la anulaci¨®n del super¨¢vit de la balanza de pagos por cuenta corriente. El problema es que la econom¨ªa espa?ola necesita aumentar su ahorro y generar super¨¢vits para financiar el necesario crecimiento de la inversi¨®n en capital fijo y para reducir su abultada deuda, interna y externa. Aqu¨ª el sector p¨²blico, que tiene un ahorro negativo, juega un papel importante, algo que nuestros dirigentes pol¨ªticos parecen haber olvidado.
Sin duda, el elemento m¨¢s positivo de la recuperaci¨®n es la creaci¨®n de empleo. Este aument¨® en media anual un 1,2% en t¨¦rminos de puestos equivalentes a tiempo completo (PTETC), s¨®lo dos d¨¦cimas menos que el PIB [gr¨¢fico inferior izquierdo]. El anverso de la moneda es que la creaci¨®n de empleo parece sustentarse en gran medida en actividades y negocios de bajo valor a?adido, escasa productividad, empleo precario y bajos salarios. Quiz¨¢s a corto plazo ello sea ¨²til y necesario, pero no es el modelo que Espa?a necesita a medio y largo plazo. Al menos, esta creaci¨®n de empleo, y a pesar de que las remuneraciones medias por PTETC disminuyeron en media anual un 0,2%, permiti¨® que las rentas salariales aumentaran en l¨ªnea con el PIB, manteniendo su porci¨®n en el reparto del pastel y fortaleciendo las econom¨ªas familiares [gr¨¢fico inferior derecho].
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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