Tres d¨¦cadas de reinvenci¨®n sin cesar
La industria farmac¨¦utica se est¨¢ quedando sin sus medicinas m¨¢s potentes No hay perspectivas a corto plazo de que las pueda sustituir por otras nuevas
En los ¨²ltimos 30 a?os, no hay industria que no haya cambiado de arriba abajo. Pero, una de las que m¨¢s se ha trasmutado ha sido la farmac¨¦utica. Pese a que el sector se sigue ocupando de lo mismo que hace tres d¨¦cadas ¨Cdesarrollar y vender medicamentos¨C, todo lo dem¨¢s se ha modificado. Y sigue haci¨¦ndolo ya que, seg¨²n Juan Jos¨¦ Polledo, director de relaciones institucionales de Pfizer, ¡°estamos en un momento de fuerte transformaci¨®n, adapt¨¢ndonos a un entorno totalmente diferente del de hace a?os¡±.
El principal cambio que ha sacudido a la industria ha sido en el modo de obtener nuevos f¨¢rmacos. La escasez de nuevos medicamentos en las ¨²ltimas fases de I+D es alarmante, las exigencias de las autoridades para su aprobaci¨®n han crecido y las tasas de fracaso en el prelanzamiento tambi¨¦n. Adem¨¢s, las grandes compa?¨ªas est¨¢n perdiendo muchos de sus exitosos productos, por la expiraci¨®n de sus patentes. Todo lo contrario de lo que suced¨ªa hace tres d¨¦cadas, cuando el sector viv¨ªa una situaci¨®n m¨¢s c¨®moda: generaba una cierta abundancia de nuevas medicinas, algunas verdaderos ?blockbusters (medicinas de largo alcance, para p¨²blicos masivos), que generaban enormes ingresos.
¡°Entre 1985 y 2000¡±, explica Ludovic Helfgott, presidente de AstraZeneca Espa?a, ¡°la industria viv¨ªa b¨¢sicamente de los grandes f¨¢rmacos para la medicina de atenci¨®n primaria¡±. Las empresas entend¨ªan la salud como una rama m¨¢s del gran consumo. Hab¨ªa pocos medicamentos para los m¨¦dicos especialistas o de medicina secundaria. Hoy el sector afronta una situaci¨®n distinta, una escasez de nuevos f¨¢rmacos en el llamado pipeline (flujo de nuevos proyectos). Una situaci¨®n que resulta preocupante para el sector, que se enfrenta al llamado patente cliff o precipicio de las patentes, es decir, la p¨¦rdida de sus derechos sobre las medicinas, que luego son fabricadas y vendidas como gen¨¦ricos por parte de otras empresas. Inevitablemente, esto les est¨¢ mermando sus ingresos.
M¨¢s gen¨¦ricos a la vista
Esto se va a agravar en el futuro, lo que es bueno para el mercado de gen¨¦ricos, que no ha dejado de crecer en los ¨²ltimos a?os en el mundo. Autorizados en 2001 en Espa?a, suponen ya, apunta ?ngel Luis Rodr¨ªguez, director de la Asociaci¨®n Espa?ola de Medicamentos Gen¨¦ricos (Aeseg), ¡°un 18% de la factura total del sector farmac¨¦utico en valor (1.800 millones de euros) y un 38% en volumen¡±. En Europa, los ratios son un poco m¨¢s elevados: un 25% y un 55%, respectivamente. Los gen¨¦ricos, producidos y vendidos en Espa?a por 25 empresas, cuestan de media un 40% menos que el f¨¢rmaco de marca, lo que ha generado en 14 a?os ¡°14.000 millones de ahorros al sistema¡±, explica Rodr¨ªguez.
Pero ?por qu¨¦ est¨¢ siendo tan dif¨ªcil poner nuevas medicinas en el mercado? Lo primero, porque ha habido un cierto agotamiento de las posibilidades de encontrar nuevas mol¨¦culas en la qu¨ªmica fina: mientras que los nuevos f¨¢rmacos bio, generados por el sector biotecnol¨®gico, solo ahora empiezan a mostrar resultados. Otra raz¨®n que apunta Helfgott es que ¡°ahora estamos abordando enfermedades m¨¢s complicadas, como el c¨¢ncer, o metab¨®licas, en las que resulta m¨¢s dif¨ªcil encontrar productos efectivos¡±.
Espa?a, quinta en Europa
El sector farmac¨¦utico espa?ol, integrado por las multinacionales presentes en el pa¨ªs y un nutrido grupo de empresas dom¨¦sticas, es uno de los grandes activos econ¨®micos de la naci¨®n. ¡°Somos la sexta industria farmac¨¦utica de Europa en producci¨®n, la quinta en mercado y la cuarta en exportaci¨®n¡±, se?ala Humberto Arn¨¦s, director general de Farmaindustria. En los ¨²ltimos a?os, las multinacionales han redoblado su apuesta por Espa?a. ¡°El presupuesto de I+D de AstraZeneca dobla su peso como mercado en el total de nuestra compa?¨ªa¡±, indica Ludovic Helfgott, su presidente en Espa?a.
No siempre fue as¨ª. Antes de entrar en la Comunidad Econ¨®mica Europea, hace 30 a?os, las multinacionales recelaban del pa¨ªs por la ausencia de una legislaci¨®n protectora de las patentes de producto. ¡°Cualquiera pod¨ªa fabricar medicinas y venderlas¡±, dice Arn¨¦s.
A partir de 1992 el pa¨ªs se integr¨® en el mecanismo de patentes, lo que provoc¨® el desembarco de muchas multinacionales y la creaci¨®n de una verdadera industria farmac¨¦utica nacional. ¡°Las firmas locales, que antes se limitaban a copiar productos inventados por otros, empezaron a hacer I+D y a sacar sus propios f¨¢rmacos¡±, afirma Federico Plaza, de Roche. Hoy, el sector tiene un amplio grupo de multinacionales medianas: Esteve, Amirall, Grifols, Ferrer¡, con facturaciones, algunas, cercanas a los mil millones de euros, que ya venden m¨¢s fuera de Espa?a que aqu¨ª. Muchas han protagonizado compras corporativas en el exterior.
Tambi¨¦n ha aumentado la tasa de fracaso en la investigaci¨®n. ¡°Nos encontramos con que, ¡°despu¨¦s de invertir fuertemente en las fases 2 o 3, muchas de estas mol¨¦culas se quedan por el camino. Hemos pasado de una tasa de ¨¦xito del 30% a otra del 8%¡±, dice Federico Plaza, director de asuntos p¨²blicos de Roche. Todo ello pese a que, como se?ala Humberto Arn¨¦s, director general de Farmaindustria, la patronal del sector, ¡°ha habido un fuerte aumento del gasto en I+D¡±, que no se ha traducido en m¨¢s medicinas. ¡°En los a?os 90¡±, prosigue Arn¨¦s, ¡°se aprobaban cada a?o 40 o 50 f¨¢rmacos; ahora estamos entre 20 y 30¡±. La situaci¨®n es tan inquietante que el presidente de AstraZeneca no duda en calificarla de ¡°crisis del I+D farmac¨¦utico¡±.
Luego, resulta tambi¨¦n cada vez m¨¢s dif¨ªcil conseguir que los pocos medicamentos que se descubren sean aprobados por las autoridades farmacol¨®gicas de Estados Unidos (FDA por sus siglas en ingl¨¦s) o Europa (EMA). Estas exigen mayores vol¨²menes de informaci¨®n y requieren ensayos cl¨ªnicos m¨¢s amplios, minuciosos y caros. ¡°Antes consum¨ªamos unos ocho a?os en sacar un f¨¢rmaco al mercado, ahora son 12¡±, explica Plaza. Como las empresas disponen de 25 a?os para explotar su patente y que suelen registrar la mol¨¦cula al inicio del proceso, antes les quedaban 17 a?os de presencia en el mercado. Actualmente solo son 13. Todo esto ha disparado el coste de una nueva medicina. ¡°Hasta hace unos pocos a?os el coste era de unos 1.000 millones de d¨®lares. Ahora es de 2.000 millones¡±, indica Arn¨¦s.
Todo ello ha provocado una fuerte tensi¨®n en los ingresos del sector. Algunas grandes farmac¨¦uticas han registrado fuertes reducciones de su facturaci¨®n. La de Pfizer ha ca¨ªdo de 61.000 a 49.600 millones de d¨®lares entre 2011 y 2014; la de Novartis, de 59.400 a 53.600 millones; la de Merck, de 48.000 a 42.200 millones y la de AstraZeneca de 33.600 a 26.100 millones de d¨®lares. En vista de esta situaci¨®n, las grandes farmac¨¦uticas han revisado su pol¨ªtica de investigaci¨®n y lanzamiento de f¨¢rmacos; por ejemplo, se han hecho m¨¢s selectivas y han recortado ciertos programas, al no ver claro su mercado potencial o la posibilidad de ser aprobadas. Muchas han recortado su gasto en I+D, con lo que han agravado la escasez de nuevas mol¨¦culas en el pipeline.
La mayor¨ªa no han reducido sus inversiones en investigaci¨®n y desarrollo sino que han ido migrando hac¨ªa un nuevo modelo. En lugar de concentrarla en sus laboratorios, lo habitual hace 30 a?os, han disminuido sus centros para externalizar esa funci¨®n a trav¨¦s de un modelo colaborativo, en asociaci¨®n con start ups biotecnol¨®gicas, farmac¨¦uticas de nicho, universidades, hospitales y fundaciones. ¡°Lo sensato es colaborar con otras entidades que est¨¢n acumulando conocimiento, esos miles de peque?as start ups que est¨¢n desarrollando las primeras fases de una mol¨¦cula¡±, indica Arn¨¦s. Otra raz¨®n es que los departamentos de I+D internos adolec¨ªan de escasa productividad, quiz¨¢ porque hab¨ªan ca¨ªdo en una cierta rutina.
Expertos
Jorge Barrero, director general de Asebio, la patronal de las biotecnol¨®gicas, a?ade que ¡°las farmac¨¦uticas vieron que era imposible tener a los mejores expertos en cada ¨¢rea¡±. Y las start ups, creadas por cient¨ªficos emprendedores que se arriesgan a afrontar las primeras fases de una investigaci¨®n, tienen mayor motivaci¨®n para avanzar. Por lo que respecta a las farmac¨¦uticas, estas utilizan con las biotecnol¨®gicas, un modelo muy concreto: cuando detectan un programa o una mol¨¦cula prometedora, la adquieren. Luego asumen los enormes gastos que requieren las fases m¨¢s avanzadas, desde una posici¨®n de cierta probabilidad de ¨¦xito. ¡°En Roche tenemos un equipo interno de I+D muy potente, cuyo trabajo es buscar por el mundo, a modo de radar, lo m¨¢s interesante que se est¨¢ haciendo, y adquirirlo para nosotros¡±, explica Plaza.
En los ¨²ltimos a?os han dado incluso una vuelta de tuerca al modelo: cuando una de estas start ups tiene un pipeline interesante, no dudan en comprarla. De hecho, la biotecnolog¨ªa es la gran esperanza de la industria. Basada sobre la I+D a partir de substancias biol¨®gicas (y no qu¨ªmicas), y muy centrada en la gen¨¦tica, se espera de ella que opere una revoluci¨®n en la forma de detectar y dise?ar los nuevos f¨¢rmacos. Si bien tiene mucho recorrido y dista de haber respondido a todas las expectativas, empieza a mostrar casos de ¨¦xito. Enfermedades complejas como el c¨¢ncer que ¡°antes se trataban con medicinas qu¨ªmicas, sobre todo con la quimioterapia, que destru¨ªa las c¨¦lulas malas y las buenas indistintamente, ahora se pueden tratar, a partir de biotecnolog¨ªa, con medicamentos selectivos, que act¨²an solo sobre los genes causantes del c¨¢ncer y las personas que tengan ese gen, y no en otras. Algo que actualmente se conoce como farmacolog¨ªa personalizada¡±, prosigue Plaza.
¡°Hemos avanzado tanto en el conocimiento de las bases moleculares de una enfermedad que ahora dise?amos f¨¢rmacos inteligentes, cuando hace 30 o 40 a?os solo ten¨ªamos la prueba y el error¡±, indica Barrero, de Asebio. Tan es as¨ª que, seg¨²n expone Helfgott, ¡°estas nuevas medicinas est¨¢n teniendo un fuerte impacto en oncolog¨ªa. Estamos empezando a convertir algunos c¨¢nceres en una enfermedad cr¨®nica¡±. ?Cu¨¢l es el problema? ¡°Que estos nuevos f¨¢rmacos personalizados, hechos casi a medida, al incidir en colectivos muy restringidos, resultan muy caros¡±, reconoce Polledo. Y lo peor es que, con frecuencia el mercado potencial de estos medicamentos no es suficiente para compensar el presupuesto de investigaci¨®n. Al final, algunos tienen un precio tan elevado que las autoridades m¨¦dicas se resisten a comprarlos.
Otra consecuencia de la escasez de nuevos f¨¢rmacos en el pipeline del I+D es que las compa?¨ªas del sector, desde las grandes a las medianas, ¡°se est¨¢n especializando en enfermedades concretas para concentrar sus recursos de investigaci¨®n¡±, indica Helfgott. Este ejecutivo se?ala que, ¡°debido a ello, muchas compa?¨ªas est¨¢n reduciendo su cartera de terapias, y vendiendo las que no sean tan prioritarias¡±. AstraZeneca se ha especializado en oncolog¨ªa, diabetes y enfermedades respiratorias. De ah¨ª que se est¨¦ asistiendo a una especie de monopoly, con intercambio de cromos entre compa?¨ªas. Astrazeneca ha hecho spin offs de su divisi¨®n de neurolog¨ªa y de una parte de su divisi¨®n de antibi¨®ticos. En sentido inverso, adquiri¨® la unidad respiratoria de Almirall. Los problemas con el desarrollo y aprobaci¨®n de nuevas medicinas est¨¢n impulsando tambi¨¦n un torrente de alianzas y acuerdos entre compa?¨ªas, para compartir inversiones.
Nueva encrucijada
El sector vuelve tambi¨¦n a plantearse fusiones. La farmacia es uno de los negocios que m¨¢s ha crecido en base a fusiones durante los ¨²ltimos 30 a?os. Mientras que hace tres d¨¦cadas, la industria ten¨ªa decenas de empresas de primera l¨ªnea, su n¨²mero se reduce ahora a menos de veinte. Y si bien en los a?os 80 y 90 del pasado siglo ya se hicieron fusiones para concentrar esfuerzos de I+D, ¡°la principal motivaci¨®n era comercial: ganar dimensi¨®n para actuar a escala global¡±, se?ala Helfgott. Ahora estamos, de nuevo, en el umbral de otro movimiento de concentraci¨®n a escala mundial, solo que este obedece ante todo a la necesidad de poder acometer las enormes inversiones en investigaci¨®n y desarrollo en mejores condiciones financieras.
La realidad es que, treinta a?os despu¨¦s, la industria farmac¨¦utica vuelve a estar en una encrucijada. ¡°Si somos realistas¡±, reconoce Polledo, ¡°no nos queda otra salida que seguir trabajando en un entorno de dificultades durante mucho tiempo¡±. No solo por el I+D. El otro problema que aflige al sector es el de los recortes en el gasto farmac¨¦utico, especialmente en Europa, donde han provocado una reducci¨®n de los ingresos de las farmac¨¦uticas. De momento, parece que esos recortes han tocado fondo, ya que el estado actual de la industria empieza a preocupar a las autoridades europeas y de Estados Unidos.
No hay que olvidar que este sector ha sido responsable de la casi totalidad de las medicinas existentes. Y, sin ingresos, no hay garant¨ªa de que las empresas que lo componen puedan seguir haciendo su trabajo. Pero, pese a que ¨²ltimamente se habla de que los Estados asuman un mayor papel en la I+D farmac¨¦utica, se cree que ese rol seguir¨¢ en la industria. ¡°Solo ella tiene las espaldas necesarias para asumir este alto nivel de riesgo que exige, y luego comercializar esas medicinas en todo el mundo¡±, considera el presidente de AstraZeneca. El director general de Farmaindustria abunda en esa idea y a?ade que ¡°nuestra industria nunca ha pensado renunciar a sus responsabilidades en la investigaci¨®n y desarrollo y en la creaci¨®n de nuevos f¨¢rmacos. Pese a la aparici¨®n de nuevos actores, es la ¨²nica que est¨¢ en condiciones de planificar, coordinar y organizar todo eso a escala planetaria¡±.
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