El empleo de los naipes
La percepci¨®n social de mejora del empleo es limitada; los parados siguen siendo demasiados
Marzo se ha cerrado con el mejor dato de paro registrado (60.214 desempleados menos) desde 2002 y con la a¨²n mejor noticia de los 160.579 nuevos afiliados a la Seguridad Social, el mejor dato de la serie hist¨®rica. En el haber, un dato bueno y una tendencia que comienza a consolidarse. En el debe, una percepci¨®n social a¨²n necesariamente limitada de este cambio. El camino es largo y requiere mucha constancia y un cambio a¨²n de mayor calado en los pilares de las instituciones laborales y en la estructura productiva. Lo que ocurri¨® en Espa?a con la crisis (y no es la primera vez) es que todo el esfuerzo de creaci¨®n de empleo se desmoron¨® como un castillo de naipes. Una reforma laboral puede ayudar a aportar flexibilidad al mercado y construir algo m¨¢s que d¨¦biles torres, pero tambi¨¦n son precisas apuestas por nuevos sectores generadores de empleo, aumento de la capacidad de autoempleo y promoci¨®n empresarial, ajuste entre el sistema educativo y la demanda de trabajo, capacidad de reciclaje y de reinserci¨®n mediante formaci¨®n, movilidad geogr¨¢fica del capital humano y otras muchas cosas m¨¢s.
En Espa?a se ha optado por algo que ya era muy complicado y que contaba y cuenta con un grado importante de resistencia y contestaci¨®n: aportar flexibilidad al mercado laboral. Esto puede estar empezando a notarse porque agiliza la contrataci¨®n (tambi¨¦n podr¨ªa agilizar el despido, pero a la vez el salto a otro empleo), pero no reduce necesariamente la estructura naipera del mercado. La reforma de la contrataci¨®n es una asignatura pendiente. Y, adem¨¢s, es preciso elevar el debate m¨¢s all¨¢, en un a?o en el que se ha dejado de hablar de reformas y gran parte de la discusi¨®n program¨¢tica en el entorno electoral se centra en qu¨¦ parte del camino de estos a?os hay que desandar m¨¢s que en qu¨¦ nuevos caminos hay que abrir.
Un mercado de trabajo, por muy bien que est¨¦ regulado y aunque goce del grado perfecto de flexibilidad no puede ser s¨®lido si el pa¨ªs no afronta m¨¢s reformas de largo plazo ¡ªque requieren consenso para perdurar y responsabilidad generacional¡ª como las que se refieren a la educaci¨®n, la investigaci¨®n y desarrollo, la energ¨ªa o los sistemas de incentivos que determinan la promoci¨®n, el m¨¦rito y la capacidad tanto en la esfera p¨²blica como en la privada. En definitiva, con la reforma laboral se han dado algunos pasos en la direcci¨®n de consolidar las instituciones laborales pero la base sigue precisando cimientos m¨¢s robustos. Volver atr¨¢s no es una soluci¨®n, los debilitar¨ªa a¨²n m¨¢s. Claro que si no se alcanza la solidez necesaria, en la pr¨®xima recesi¨®n ser¨¢ f¨¢cil criticar la reforma laboral actual como la causante de todos los males.
Lo cierto es que, con las precauciones se?aladas (de no poca enjundia) el empleo creado en marzo soporta algunas cr¨ªticas sobre su potencial. Los afiliados duplican a los de marzo del a?o anterior y no solo por factores estacionales, ya que corregidos los mismos los ocupados crecen en 104.000. Los contratos suben un 18,5% en t¨¦rminos interanuales y los indefinidos lo hacen un 27,2%. Eso s¨ª, la percepci¨®n social de mejora es limitada porque los indefinidos siguen siendo un 10% de los contratos creados, porque los desempleados con prestaci¨®n bajan un 13% y por la simple y abrumadora realidad de que los parados siguen siendo demasiados.
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