Levi Strauss busca dar la talla
El gigante de la moda vaquera pone en marcha un plan para recuperar ventas
La ropa vaquera rebosa en uno de los escaparates que Zara tiene en su tienda insignia del paseo de Gr¨¤cia de Barcelona. Una manzana m¨¢s arriba, una inmensa lona publicitaria cubre un edificio en obras: Diesel anuncia su gama de pantalones Jog+Jeans, un h¨ªbrido que combina elasticidad con la est¨¦tica denim, la ropa vaquera que hizo popular Levi's hace 161 a?os. Pero quiz¨¢s lo m¨¢s llamativo de la Milla de Oro barcelonesa es que Levi Strauss, m¨¢ximo referente de la ropa fabricada con mezclilla, s¨®lo tiene en esa estrat¨¦gica ubicaci¨®n una tienda de unos 180 metros cuadrados. Nada que ver con el establecimiento de 1.740 metros cuadrados que compet¨ªa con Zara, esquina con esquina, hasta 2013.
El gigante estadounidense Levi Strauss & Corporation ya no es lo que era. Hace 20 a?os Nike lo miraba como ejemplo a seguir y hace tiempo que la multinacional deportiva lo ha superado en ingresos. El vaquero, o tejano, contin¨²a siendo una prenda popular, pero la marca Levi's parece que se ha extraviado por el camino. La compa?¨ªa ha perdido en esas dos d¨¦cadas casi la mitad de sus ventas. Estas han bajado de 8.000 millones de d¨®lares de los a?os noventa a los 4.654 millones del a?o pasado (y unos beneficios de apenas 106 millones).
En 2011, los propietarios de la compa?¨ªa buscaron a un exteniente de la Marina estadounidense, Charles Chip Bergh ¡ªentonces uno de los m¨¢s altos ejecutivos de Procter & Gamble¡ª, para que se hiciera con las riendas y adaptara la compa?¨ªa al nuevo mundo de la moda, que ha cambiado radicalmente. Hay muchas empresas que han ara?ado cuota de mercado a las ense?as de Levi Strauss ¡ªLevi's y Dockers¡ª. En el sector han florecido grandes corporaciones de moda y distribuci¨®n que han revolucionado el negocio con el fast fashion (moda r¨¢pida) a precios m¨¢s asequibles. La hist¨®rica compa?¨ªa estadounidense tiene otro reto: lograr que el producto para el cliente femenino deje de ser una peque?a proporci¨®n de su volumen de negocio: en torno a un 23% de sus ingresos actuales.
Y en este proceso se encuentra Levi Strauss. La firma busca resituarse en el mercado del que fue referente con sus modelos 501, el m¨¢s popular. Debe luchar con cadenas de moda y distribuci¨®n como Zara, H&M, Gap; con marcas que se han hecho un lugar como Lee, o ense?as consideradas m¨¢s fashion como Diesel o True Religion. Debe dar la talla y ¡°sin perder sus referentes hist¨®ricos y su valores¡±, se?ala Bergh. ?C¨®mo?, ?bajando precios? ¡°No¡±, dice el consejero delegado de la marca, que a pesar de su tono pausado, responde en¨¦rgico y contundente a la pregunta. ¡°Nosotros somos lo opuesto al fast fashion; somos slow fashion. Les respeto mucho, pero nosotros tenemos un modelo diferente. Vendemos producto de calidad y alto valor¡±, insiste durante una visita a Barcelona.
¡°La diferencia entre tener dos marcas tan ic¨®nicas y la ca¨ªda de ventas que se hab¨ªa producido en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas es lo que gener¨® mi inter¨¦s por entrar en la compa?¨ªa¡±, explica Bergh, vestido ¨ªntegramente de ropa Levi's. Han pasado tres a?os desde que dio el primer golpe de mano, cuando anunci¨® un plan para que los ingresos y beneficios recuperaran el vigor. Abrir el camino pasaba por un imponente recorte de gastos ¡ªde hasta 200 millones de d¨®lares anuales¡ª y de deuda ¡ªse han reducido 750 millones de d¨®lares en cuatro a?os¡ª, para dedicar esos recursos a publicitar el producto ¡ªen Espa?a no invert¨ªan en anuncios televisivos desde hace 10 a?os¡ª, la innovaci¨®n, y un impulso a los canales de venta. Niega, no obstante, que lo que parecer¨ªa un plan est¨¦tico con vistas a presentarse a los mercados sea una campa?a para salir a Bolsa: ¡°No hay nada de eso, esta compa?¨ªa genera caja y tiene buenos m¨¢rgenes, no necesita captar capital para invertir. Se basta con su propio negocio¡±. Tambi¨¦n se opone a la idea de que la reestructuraci¨®n emprendida en Europa, donde todas las filiales rinden cuentas a una compa?¨ªa con sede en Bruselas, tenga como objetivo reducir la fiscalidad de sus ventas en el continente.
Bergh considera que con los esfuerzos realizados en los ¨²ltimos a?os el grupo est¨¢ en el camino de volver a su ¨¦poca dorada, cuando en los a?os setenta y ochenta, Levi's era un referente para la juventud estadounidense. Ahora, dice, parece que los j¨®venes vuelven a una de las marcas ic¨®nicas de Estados Unidos, figura que contribuy¨® a crear Bruce Springsteen y la car¨¢tula de su Born in the USA, donde luc¨ªa unos 501. Esa imagen desenfadada y la asociaci¨®n al mundo del deporte y la cultura es la que la marca intenta no dejar de lado. El ejemplo m¨¢s significativo de esa pol¨ªtica fue el acuerdo para que el estadio de los San Francisco 49ers ¡ªel equipo de f¨²tbol americano de la ciudad californiana¡ª, otro s¨ªmbolo estadounidense, pasara a denominarse Levi¡¯s Stadium. No se trata solo de entrar con fuerza en el mundo del f¨²tbol americano, sino asociar la marca a los espect¨¢culos de todo tipo que se celebran en esa instalaci¨®n.
La otra gran piedra angular de la recuperaci¨®n de la firma es el producto y San Francisco tambi¨¦n es el centro de esta apuesta. All¨ª la compa?¨ªa ha construido su centro de innovaci¨®n a pocos metros de su cuartel general. Para Bergh esa proximidad es relevante para la compa?¨ªa, ya que permite ¡°tocar, sentir los tejidos, fabricar y que los dise?adores trabajen junto a la marca, porque as¨ª los procesos se aceleran¡±.
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