?Existe 2016?
Aunque la econom¨ªa no debe ser considerada un or¨¢culo, prevenir constituye una labor importante para orientar las pol¨ªticas y dise?ar cambios de largo plazo. Para ello, se realizan previsiones con un margen de error, y m¨¢s en los ¨²ltimos a?os, en los que la parte supuestamente m¨¢s peque?a de las distribuciones de probabilidad sorprende una y otra vez por su incidencia.
Llama la atenci¨®n que en un momento en el que Espa?a trata de relanzar su econom¨ªa y recuperar poco a poco el empleo devastado, 2016 parezca una suerte de entelequia. No se habla del pr¨®ximo a?o como uno de cambio sino que se asume que ser¨¢ de continuidad. No pongo en duda que la recuperaci¨®n econ¨®mica espa?ola pueda continuar pero a todas luces parece que, de ser as¨ª, ser¨¢ en un escenario muy distinto del actual.
Espa?a no puede obviar la poderosa influencia del devenir de otras econom¨ªas sobre el suyo. Para empezar, en el entorno de la UE, se habla ya abiertamente de default e incluso de salida de Grecia. Lo que ahora est¨¢ ocurriendo parece m¨¢s una forma de allanar el camino para dar el adi¨®s al vecino heleno que un esfuerzo por evitarlo. Y semejante da?o en el coraz¨®n del euro puede ser una realidad el pr¨®ximo a?o. En ese panorama internacional no andan tampoco las cosas f¨¢ciles en los emergentes. Los datos sugieren que China est¨¢ engordando una enorme burbuja de activos que, de estallar, puede provocar una importante crisis asi¨¢tica con consecuencias globales. En Latinoam¨¦rica hay importantes divergencias y a la debilidad de potencias como Brasil se une la beligerancia diplom¨¢tica de otras como Venezuela que, por cierto, no ser¨¢ el ¨²nico pa¨ªs al que el nuevo esquema geopol¨ªtico de un petr¨®leo barato le d¨¦ la puntilla.
La estabilidad financiera global descansa en estos momentos sobre una enorme balsa de deuda
Asimismo, no se puede olvidar que la estabilidad financiera global descansa en estos momentos sobre una enorme balsa de deuda y, si el entorno se vuelve m¨¢s convulso, cualquier duda sobre la capacidad de afrontarla puede poner en jaque a m¨¢s de una econom¨ªa. Para 2016, Estados Unidos habr¨¢ iniciado el camino de la subida de tipos de inter¨¦s y ahondado en la retirada de est¨ªmulos, pero Europa seguir¨¢ a pie cambiado, comprando deuda y tratando de generar inflaci¨®n. Esta dicotom¨ªa a los dos lados del Atl¨¢ntico es posible pero no deja de ser otro paso incierto en el enorme experimento monetario de nuestros d¨ªas. A todas luces tambi¨¦n habr¨¢ grandes cambios en nuestro pa¨ªs. El m¨¢s evidente en el panorama pol¨ªtico. No se auguran mayor¨ªas suficientes y est¨¢ por ver si habr¨¢ madurez y altura de miras para sustentar grandes pactos. Porque no ser¨¢ suficiente el acuerdo para formar gobierno sino para seguir generando reformas. El camino de transformaci¨®n de la econom¨ªa est¨¢ lejos de completarse y tal vez el reconocimiento de esta carencia sea la ¨²nica garant¨ªa de continuidad de la recuperaci¨®n econ¨®mica. M¨¢s vale asumir, como dec¨ªa Quevedo, que ¡°el que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendr¨¢ muchos disgustos¡±.
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