Uber resucita a sus conductores
La pol¨¦mica plataforma de transporte se reconvierte en Barcelona en empresa de comida a domicilio. Francesc Manch¨®n, de 49 a?os, es uno de sus repartidores
Suena el pitido en el GPS y Francesc Manch¨®n, especialista en seguridad y viudo de 49 a?os, gira el volante de su Chevrolet hacia la calle Balmes. En el asiento de atr¨¢s lleva tres bolsas t¨¦rmicas conectadas a la toma del encendedor del coche con seis platos asi¨¢ticos de verduras, seis hamburguesas de salm¨®n y tres men¨²s del d¨ªa. Envuelto en ese aroma internacional, da vueltas por Barcelona desde las 12.30 a la espera de un pedido. Pero ¨¦l no es repartidor de comida. Simplemente se adapta a los tiempos, matiza. Se hizo vigilante de seguridad cuando aquello era una profesi¨®n de futuro hace 20 a?os. Y con esa mentalidad, cuenta, forma ahora parte de una especie de veloz flota fantasma de conductores ¡ªla compa?¨ªa rechaza dar datos de cu¨¢ntos son ni de sus perfiles¡ª capaces de plantarse debajo de tu casa en tres minutos con una bolsa de comida. Las nuevas tendencias, dice ¨¦l. ¡°Hola, soy Francesc, de Uber. Aqu¨ª tienes tu comida¡±, le dice a la primera clienta del d¨ªa. Hoy le quedan cuatro entregas y una veintena de kil¨®metros.
Los conductores tienen que estar dados de alta como aut¨®nomos y cobran dos euros por entrega?
En Espa?a los tribunales suspendieron la actividad de esta pol¨¦mica compa?¨ªa como servicio de transporte de pasajeros (Uber Pop) a finales de 2014. Pero la revolucionaria empresa ¡ªvalorada ya en 50.000 millones de d¨®lares y que acaba de interrumpir tambi¨¦n sus servicios de pasajeros en Francia y est¨¢ en tr¨¢mites de regularizarse en M¨¦xico¡ª decidi¨® aprovechar a comienzos de a?o su infraestructura tecnol¨®gica y humana en algunas ciudades (Barcelona, Chicago, Los ?ngeles, Nueva York y Toronto) para convertirse en Uber Eats, un servicio ultrarr¨¢pido de entrega de comida a domicilio. Si ten¨ªa miles de conductores asociados a la plataforma dando vueltas por la ciudad ¡ªsolo se sabe que en Londres hay alrededor de 15.000¡ª, tambi¨¦n pod¨ªan encargarse de transportar otras mercanc¨ªas que no fueran humanas como paquetes o comida. De este modo, cada d¨ªa se reparten solo dos platos preparados en dos restaurantes considerados por Uber ¡°de calidad¡±, adem¨¢s de un men¨² de mediod¨ªa.
Estos nuevos conductores de Uber en Barcelona tienen un perfil completamente heterog¨¦neo en edades y nacionalidad. Son paquistan¨ªes, chilenos, marroqu¨ªes¡ Algunos viven de esto totalmente como el espa?ol Eric o el brasile?o Gilmar. Otros, como Xavi, que tiene 16 a?os, trabajan a tiempo parcial para complementar sus ingresos. En su caso, concretamente, lo hace para ayudar un poco a su familia y reparte por el barrio del Raval en una especie de bicicleta con un caj¨®n delante. A las 10 de la noche, en pleno turno, cuenta que hace un tiempo dise?¨® un proyecto de entrega de comida a domicilio en bicicleta y se lo present¨® a Uber, que finalmente acab¨® integr¨¢ndole en la estructura de conductores. "A m¨ª me viene muy bien este dinero, la verdad. Me parece una buena idea", se?ala.
El caso de Francesc, extremadamente educado con los clientes y exigente con la limpieza de su coche, es la ant¨ªtesis del tradicional perfil de repartidor de comida adolescente montado en un ciclomotor. Tiene 49 a?os y vive en su piso de 50 metros cuadrados en la Verneda con Duquesa, una perrita Yorkshire de tres a?os y medio. Se mud¨® a este barrio popular de Barcelona cuando su esposa falleci¨® hace dos a?os a causa de un c¨¢ncer de es¨®fago. Por aquellas fechas, la empresa de seguridad donde trabaja hizo un ERE y le redujo notablemente el sueldo. As¨ª que necesitaba reducir gastos y recuperar un poco de vida social, recuerda. Subirse al coche, transportar a gente y cobrar un sobresueldo le pareci¨® una idea razonable para combatir la adversidad.
Fue hasta que empezaron los problemas, las agresiones a compa?eros y alg¨²n retrovisor roto de su coche a manos de taxistas que les ve¨ªan como una competencia desleal. Una vez, incluso le tendieron una emboscada. ?l, que fue escolta de cargos del PP en Bilbao en los tiempos del terrorismo, nunca se baj¨® del coche. ¡°Nos llamaban y justo cancelaban cuando lleg¨¢bamos, para poder rodearnos. Yo no entend¨ª la prohibici¨®n. Todas las instituciones animan a compartir el coche para los desplazamientos y luego legislan en sentido contrario¡±, opina en ruta hacia la siguiente entrega.
Los veh¨ªculos pueden entregar la comida en tres minutos porque circulan todo el turno cargados y un GPS elige siempre al m¨¢s cercano
Francesc saca unos 170 euros semanales. De cada entrega se lleva 2,50 euros, de los que hay que descontar el 20% de comisi¨®n para Uber. Adem¨¢s, tiene que estar dado de alta como aut¨®nomo y costear la gasolina de su veh¨ªculo (de cuatro puertas y menos de diez a?os). ¡°Es poco, pero me sirve para pagar el alquiler de mi casa¡±, se?ala. El trabajo se divide en dos turnos: comida (de 12.30 a 15.30) y cena (de 20.30 a 23.30). Al comienzo de la jornada, todos los conductores cargan la comida en distintos puntos de la ciudad, donde esperan furgonetas con las bolsas t¨¦rmicas que tambi¨¦n sirven para reponer g¨¦nero en caso de que se agote. Los conductores no tienen contacto con el restaurante y el truco para llegar hasta en solo tres minutos al cliente consiste en circular siempre con los pedidos en el coche y que el sistema de geolocalizaci¨®n elija siempre al conductor que se encuentra m¨¢s cerca del punto de entrega.
Los establecimientos que colaboran con Uber (van cambiando a diario y todos tienen un perfil de gama alta) no disponen de un margen de beneficio demasiado amplio, explica la responsable de uno de ellos, que prefiere no revelar su nombre. ¡°Pero nos sirve como herramienta de promoci¨®n¡±, dice. En funci¨®n de lo que se venda, Uber se queda con un porcentaje de las ganancias del restaurante que oscila del 30% (si se vende todo) hasta el 0% si se despacha menos del 60% de lo que se ha cocinado aquel d¨ªa.
Uber Eats no ha tenido problemas legales hasta el momento. Un portavoz de la compa?¨ªa explica que esta modalidad de servicio es solo una consecuencia de la filosof¨ªa de la empresa. ¡°Despu¨¦s del transporte de pasajeros nos dimos cuenta que hab¨ªa una demanda de comida de calidad. Poner en contacto los restaurantes favoritos de la gente con su oficina, la playa o una oficina era una buena idea. Jugamos con la ubicuidad. Ahora el tiempo de espera medio est¨¢ por debajo de ocho minutos¡±. Francesc nunca tarda m¨¢s de eso. A veces la gente no tiene ni tiempo de ponerse los zapatos para bajar. ¡°Es que todo va muy r¨¢pido¡±, insiste ¨¦l. ¡°Incluso los cambios¡±.
Cronolog¨ªa de una prohibici¨®n
Cu¨¢ndo nace. A finales de febrero de 2013, Uber empez¨® a funcionar y a desafiar al gremio taxista de 80 pa¨ªses con su aplicaci¨®n Uber Pop. El 15 de abril de 2014, B¨¦lgica fue el primer pa¨ªs en prohibirlo .
9 de junio. La aplicaci¨®n ya est¨¢ valorada en 13.335 millones de euros, una de las m¨¢s altas valoraciones de la historia para una empresa de Silicon Valley (EE UU). Los taxistas espa?oles se movilizan en contra al verlo como una competencia desleal.
11 de junio. Huelga de taxis en Madrid y Barcelona -donde se registraron dos heridos por el paro. El 14 de agosto Berl¨ªn lo proh¨ªbe.
Cese en Espa?a. El 31 de diciembre de 2014 la empresa anunci¨® el cese de su actvidad. En marzo se transform¨® en Uber Eats en Barcelona.
Cese en Francia. El pasado 3 de julio, tras el enfrentamiento con el gremio de taxistas franceses, la compa?¨ªa decidi¨® suspender su actividad hasta que la justicia se pronuncie claramente.
M¨¦xico. Tras meses de luchas con los taxistas, el Gobierno ha ofrecido a la compa?¨ªa regular sus servicios a cambio de algunas contraprestaciones. Ser¨ªa el primer pa¨ªs en regular la actividad de esta empresa.
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