¡°La moneda ¨²nica fue un error¡±
El profesor Ha-Joon Chang combatiente de la ortodoxia econ¨®mica, se ha convertido en un radical sin moverse un ¨¢pice. ¡°Es el mundo el que se ha desplazado a la derecha¡±
El h¨¢bitat laboral de Ha-Joon Chang (Se¨²l, Corea del Sur, 1963) no es el que uno espera de alguien a quien la revista Prospect incluy¨® el a?o pasado entre los 10 pensadores m¨¢s influyentes del mundo. Su cruzada contra la ortodoxia econ¨®mica se libra desde un despacho de apenas 15 metros cuadrados en la Facultad de Econ¨®micas de Cambridge, con una peque?a mesa de madera, un viejo ordenador, cajas de cart¨®n y las paredes repletas de ¨¢ridas publicaciones acad¨¦micas y de diferentes ediciones de sus libros, traducidos a m¨¢s de 30 idiomas, que han comprado cerca de dos millones de personas por todo el mundo. Autor de bestsellers como 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo, Chang acaba de publicar en Espa?a Econom¨ªa para el 99% de la poblaci¨®n. Un ensayo que pretende demostrar que todo el mundo puede comprender la econom¨ªa y que esta, al contrario de lo que sostiene el pensamiento dominante, no es una ciencia que exhiba verdades objetivas. La econom¨ªa es pol¨ªtica, defiende. Y la discusi¨®n, por tanto, nunca debe darse por cerrada.
Pregunta. ?Qu¨¦ es un economista heterodoxo?
Coordenadas
- Un libro: Cien a?os de soledad, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez.
- Una certeza: "Siempre parece imposible hasta que se hace" (Nelson Mandela).
- Una voz: George Monbiot, el periodista brit¨¢nico y activista contra la destrucci¨®n del medio ambiente y los excesos empresariales.
Respuesta. La heterodoxia es un concepto relativo. En econom¨ªa del desarrollo, que es mi campo principal, lo que yo digo sol¨ªa ser lo ortodoxo en los a?os 50, 60 y 70. Hoy la ortodoxia es la llamada escuela neocl¨¢sica. Es una corriente que ve la econom¨ªa como una colecci¨®n de individuos racionales y ego¨ªstas, interactuando en intercambios de mercado. Esta escuela proporciona conocimientos muy potentes, pero no lo cubre todo. No cuestiona el sistema subyacente y por eso tiene ese sesgo hacia, digamos, el statu quo. Yo trato de cuestionarlo todo el tiempo, y en ese sentido no soy un economista neocl¨¢sico ortodoxo.
P. La econom¨ªa afecta a nuestras vidas pero la gente la esquiva por considerarla demasiado compleja.
R. Todas las profesiones tratan de que lo suyo parezca mas complicado de lo que es. El fontanero no te explicar¨¢ todo, porque si lo hace parecer¨ªa demasiado f¨¢cil. Pero los economistas han tenido un especial ¨¦xito en ello. La econom¨ªa en los ¨²ltimos 30 ¨® 40 a?os ha estado desempa?ando el papel de la teolog¨ªa cat¨®lica en la Europa medieval: funciona como ideolog¨ªa para justificar el statu quo. La gente tiene opiniones muy fuertes sobre muchas otras cosas, sin tener realmente un conocimiento muy profundo. El cambio clim¨¢tico, la pol¨ªtica de EE UU en Oriente Pr¨®ximo. Pero cuando hablamos de econom¨ªa, se nos ha hecho creer que hay que dejarlo para los expertos. Eso es un enorme obst¨¢culo para la democracia. Se excluyen las decisiones econ¨®micas m¨¢s importantes del debate y escrutinio democr¨¢tico.
P. Explique, con la misma claridad que despliega en su libro, la crisis griega.
R. El problema es la moneda ¨²nica. Esta tiene sentido cuando la introduces en una regi¨®n que es m¨¢s o menos homog¨¦nea en t¨¦rminos de estructura econ¨®mica y productividad. Pero el euro se introdujo en una zona de grandes desequilibrios. Estados Unidos es un pa¨ªs del tama?o de un continente. Hay diferencias de renta importantes, pero hay una uni¨®n f¨ªsica, hay transferencias fiscales y el mercado laboral est¨¢ totalmente integrado, al no haber barreras de idioma. En Europa, imponer una moneda ¨²nica fue un error.
P. Es f¨¢cil decirlo ahora.
R. En su momento tuve escepticismo, pero no me di cuenta de que lo iban a hacer tan mal. Al entrar en la moneda ¨²nica, los pa¨ªses m¨¢s fuertes deber¨ªan haber estado dispuestos a cuidar de los m¨¢s d¨¦biles. Normalmente, los pa¨ªses con productividad m¨¢s baja que tiene problemas, deval¨²an. Es lo que hac¨ªan Espa?a o Italia todo el tiempo. Ahora no pueden, lo ¨²nico que pueden hacer es bajar salarios y cortar gasto p¨²blico, y eso deprime la econom¨ªa. Deber¨ªan haber permitido m¨¢s campo para transferencias fiscales y cancelaci¨®n de deuda. Pero no quieren hacerlo. Y es, probablemente, porque los finlandeses no sienten realmente que est¨¢n en el mismo pa¨ªs que los griegos y los alemanes no piensan en los espa?oles como sus compatriotas. Ah¨ª est¨¢ la ra¨ªz del problema. Sin el compromiso de cuidar a los m¨¢s d¨¦biles, no podemos tener una moneda ¨²nica.
Pero cuando hablamos de econom¨ªa, se nos ha hecho creer que hay que dejarlo para los expertos. Eso es un enorme obst¨¢culo para la democracia
P. ?Qu¨¦ se podr¨ªa haber hecho?
R. Cancelar gran parte de la deuda. La gente tiende a ver esto como escandaloso, pero es lo que se hace todo el tiempo con las empresas. Cuando una compa?¨ªa entra en bancarrota, que quiere decir que no puede pagar sus deudas, se procede a una reestructuraci¨®n de la deuda y los acreedores aceptan que no pueden cobrar todo. Hacen falta dos para bailar tango. Si alguien se endeud¨® irresponsablemente, otro le prest¨® irresponsablemente. Los bancos que compraron deuda griega en grandes cantidades tambi¨¦n cometieron un enorme error, y no est¨¢n pagando el precio. As¨ª que deber¨ªan haber cancelado deuda y, a largo plazo, controlar el gasto p¨²blico. Pero en el corto plazo es un suicidio. ¡°No tienes suficientes ingresos, entonces corta tus gastos¡±. Eso puede tener sentido para un individuo, pero no para un pa¨ªs entero. El gasto de una persona es el ingreso de otra. De modo que si yo corto mi gasto, tus ingresos caen. Entonces t¨² tienes que cortar tus gastos y se cortan los ingresos de otro, y as¨ª sucesivamente. En Grecia, al cabo de un tiempo fue obvio que eso no iba a funcionar. El ratio de deuda nacional con respecto al PIB estaba creciendo mientras se reduc¨ªa el gasto. Debieron permitirles incurrir en d¨¦ficit, hasta que la econom¨ªa griega se recuperara, y apoyarlo a trav¨¦s, por ejemplo, de financiaci¨®n especial del BCE. Ahora la situaci¨®n es terrible y, a largo plazo, hay una elecci¨®n todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil. La UE tiene que decidir si da un empuj¨®n a las reformas institucionales para hacer la uni¨®n monetaria m¨¢s sensible o si se debe acabar con ella.
P. ?Acabar con el euro?
R. Pol¨ªticamente no creo que vaya a suceder. Pero hay que aceptar que fue un proyecto err¨®neo e intentar corregirlo. La alternativa es una austeridad permanente en pa¨ªses como Espa?a o Portugal. En cuatro a?os m¨¢s la econom¨ªa seguir¨¢ igual de muerta, mucha m¨¢s gente habr¨¢ sufrido por los recortes continuados y en alg¨²n momento la gente va a decir que esto es un sinsentido. Si salen de la uni¨®n monetaria, por lo menos podr¨¢n devaluar y revitalizar la econom¨ªa. M¨¢s pronto o m¨¢s tarde, pa¨ªses como Espa?a, Portugal o Italia, deber¨¢n mirar sus opciones.
P. ?Las heridas abiertas entre norte y sur son irreparables?
No hay una teor¨ªa econ¨®mica que diga que no deba haber trabajo infantil. Es una decisi¨®n ¨¦tica, pol¨ªtica. ?C¨®mo va a ser, entonces, una ciencia?
R. En la prensa alemana o brit¨¢nica los espa?oles y los griegos est¨¢n descritos como gente vaga que trata de robar dinero de Alemania. Eso es un esc¨¢ndalo. Los griegos trabajan un 50% m¨¢s que los holandeses, un 40% m¨¢s que los alemanes. ?Qui¨¦nes son los vagos? Grecia y Espa?a tienen problemas de productividad. Habr¨ªa que haber hablado de inversiones en infraestructuras, investigaci¨®n y desarrollo, educaci¨®n. No decirles a los griegos que sean m¨¢s honrados y a los espa?oles que trabajen m¨¢s duro. Es triste porque es justo el error que se cometi¨® despu¨¦s de la I Guerra Mundial. Estamos repitiendo los errores de hace cien a?os, y muchas cosas malas sucedieron despu¨¦s de eso.
P. ?La econom¨ªa no es una ciencia?
R. En f¨ªsica o qu¨ªmica las cosas que investigas no tienen su propia mente, no tienen valores ¨¦ticos, no tienen posiciones pol¨ªticas. La ilusi¨®n de considerar la econom¨ªa como una ciencia ha tenido dos consecuencias. Una es que, a nivel intelectual, la materia se ha convertido en muy dogm¨¢tica. Porque si crees que es un ciencia, no puedes aceptar que haya dos o tres explicaciones de un misma cosa. Esto ha animado a los economistas neocl¨¢sicos a excluir otras escuelas. Pero no hay una sola escuela econ¨®mica, hay al menos nueve. Por otro lado, est¨¢ la exclusi¨®n de los asuntos econ¨®micos del debate democr¨¢tico.
P. Usted explica que ni siquiera el libre mercado existe como tal, que es una construcci¨®n pol¨ªtica.
R. Hace 200 a?os pod¨ªas comprar personas, pod¨ªas comprar opio, pod¨ªas emplear a ni?os. Ahora hemos decidido sacar eso del mercado. Pero no hay una teor¨ªa econ¨®mica que diga que no deba haber trabajo infantil. Es una decisi¨®n ¨¦tica, pol¨ªtica. ?C¨®mo va a ser, entonces, una ciencia?
La UE tiene que decidir si da un empuj¨®n a las reformas institucionales para hacer la uni¨®n monetaria m¨¢s sensible o si se debe acabar con ella
P. La crisis financiera no parece haber cuestionado la ideolog¨ªa hegem¨®nica que la provoc¨®.
R. Se ha redefinido una crisis financiera como crisis fiscal. Una jugada muy inteligente. Primero se salvaron aceptando medidas keynesianas porque todo estaba colapsando. Entonces, el gobierno incurri¨® en d¨¦ficit como resultado de esas pol¨ªticas keynesianas y se empez¨® a decir que esa era la causa de la crisis. Los medios apoyaron esa teor¨ªa. La gente fue bombardeada con ese mensaje de que el problema hab¨ªa sido el excesivo gasto del Gobierno. La reforma financiera ha desaparecido de la agenda, se han hecho cambios pero nada fundamental que pueda prevenir otra crisis. Podemos estar encamin¨¢ndonos a otra crisis financiera. Son dif¨ªciles de predecir: si alguien hubiera dicho que el mercado chino de valores iba a caer un 20% en cuatro semanas se habr¨ªan re¨ªdo de ¨¦l. En los ¨²ltimos siete a?os la econ¨®mica estadounidense, en t¨¦rminos per capita, creci¨® a un ritmo de 0,4% anual, cuando en las llamadas dos d¨¦cadas perdidas de Jap¨®n, la renta per capita subi¨® a un ritmo del 1%. ?Qu¨¦ tipo de recuperaci¨®n es esa? Al final de 2014 en la mitad de los pa¨ªses de la OCDE no se hab¨ªa alcanzado la renta per capita de 2007. Esa es la situaci¨®n.
P. ?La izquierda ha fallado por no aportar una alternativa econ¨®mica?
R. Ha fracasado, y el origen est¨¢ en el periodo anterior. En los a?os 80 y 90 muchos partidos socialdem¨®cratas estaban en crisis. Con la desindustrializaci¨®n, su base pol¨ªtica mermaba. Adem¨¢s el colapso del bloque sovi¨¦tico hizo que las ideas de izquierdas fueran desacreditados. Todas, incluso las ¨²tiles. Cuando vino la crisis muchos partidos de izquierda estaban en el poder (en Espa?a, en Reino Unido¡) y la gente asoci¨® a la socialdemocracia con el desastre econ¨®mico.
P. ?La producci¨®n se ha descuidado en la sociedad posindustrial?
La ¨²nica soluci¨®n va a venir de desarrollar energ¨ªas renovables. Y eso solo lo van a inventar las tecnolog¨ªas de producci¨®n. Ni los banqueros ni los ministros de finanzas lo van a hacer
R. Los verdaderos cambios suceden en la producci¨®n. El mundo es como es porque ha habido revoluciones en las f¨¢bricas, no porque inventaran un sistema bancario mejor. Incluso para el cambio clim¨¢tico, la ¨²nica soluci¨®n econ¨®mica y pol¨ªticamente viable va a venir de desarrollar energ¨ªas renovables. Y eso solo se va a inventar a trav¨¦s de las tecnolog¨ªas de producci¨®n. No lo van a inventar los banqueros, ni los ministros de finanzas.
P. ?Es usted un radical?
R. Radical viene de ra¨ªz, significa que piensas en las cosas fundamentales. En ese sentido es un cumplido. Pero es triste que a alguien como yo se le llame radical. Cuando estudiaba econom¨ªa en los ochenta en Corea, nadie me habr¨ªa llamado radical, porque radical era un marxista o un mao¨ªsta. Ahora todo el mundo se ha desplazado a la derecha, y supuestamente yo soy un tipo de izquierdas. Pero si se habla de repensar las ra¨ªces, estoy muy contento de ser un radical.
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