Espa?a se suma a la fiebre del dron
Andaluc¨ªa suma dos aer¨®dromos, Galicia quiere un tercero, y las pymes se asocian a universidades para invertir e investigar
El ambiente es tan inequ¨ªvocamente brit¨¢nico que la cafeter¨ªa acoge un piano de consola y una bater¨ªa, los alumnos y los profesores visten de uniforme (pantal¨®n negro y camisa blanca) y el ingl¨¦s inunda los 45.000 metros cuadrados de un campus con 14 aulas, 8 simuladores, 29 aeronaves y 222 habitaciones. Ese es el escenario de un rinc¨®n de Jerez, pegado a su aeropuerto, donde se ubica el FTE (Flight Training Europe), la mayor escuela de pilotos de Europa. All¨ª se forman los aviadores de British Airways, Emirates o Qatar Airways entre otras compa?¨ªas. Tambi¨¦n controladores de vuelo. Y, desde hace alg¨²n tiempo, operadores de drones. S¨ª, drones.
El dron es tecnolog¨ªa punta con aspecto de juguete. Es una aeronave no tripulada. Es tambi¨¦n una herramienta: un ojo con inmensas propiedades o un brazo articulado. Un robot que vuela, en definitiva. Alrededor suyo est¨¢ naciendo una industria civil donde peque?as empresas espa?olas quieren interpretar un papel protagonista. El sector reconoce que Espa?a vive una fiebre del dron.
Prueba de ello es que la Universidad de C¨¢diz (UCA) ha tomado la iniciativa de ofrecer el primer curso de ¡°experto universitario en veh¨ªculos no tripulados y sus aplicaciones civiles¡± que se imparte en Espa?a. Ser¨¢ un curso, online y presencial, de 5 meses, que permite tambi¨¦n obtener la licencia para pilotar estos artefactos (¡°actualmente, hay 419 licencias en Espa?a¡±, explica Miguel Caparr¨®s, uno de los inspiradores del curso). Los alumnos se formar¨¢n en la escuela de pilotos de Jerez. ¡°Intentamos darle herramientas a universitarios que est¨¦n interesados en un mundo que se abre ante nosotros. Les vamos a contar lo que se puede hacer¡±, explica el director del curso, Luis Barbero, catedr¨¢tico de Geolog¨ªa y Petrolog¨ªa.
Investigaci¨®n del CATEC
Lo que se puede hacer con los drones es un mundo abierto a la imaginaci¨®n y a la tecnolog¨ªa. No muy lejos de C¨¢diz est¨¢ el Centro Avanzado de Tecnolog¨ªas Aeroespaciales (CATEC) de Sevilla, donde la investigaci¨®n sobre aviones no tripulados ocupa el trabajo de varios ingenieros en proyectos europeos, entre ellos una especie de brazo articulado a¨¦reo. Y m¨¢s al norte, en Ja¨¦n, est¨¢ situado el primer centro europeo de vuelos experimentales (Atlas), con un espacio a¨¦reo restringido de 900 kil¨®metros cuadrados. Es decir, el primer aer¨®dromo para drones. En Huelva se inaugurar¨¢ dentro de unos meses una instalaci¨®n similar para el proyecto Ceus, en colaboraci¨®n con el INTA (Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial). Y la Xunta de Galicia quiere instalar un centro parecido en Rozas (Lugo). ?A qu¨¦ se debe esta explosi¨®n? ¡°En la industria aeron¨¢utica los papeles ya est¨¢n establecidos, pero no en este sector, donde se puede trabajar en otras escalas, sin necesitar grandes inversiones. Est¨¢ todo por hacer¡±, explica Antidio Viguria, portavoz de CATEC.
En el aer¨®dromo de Jaen experimentaron por primera vez en Espa?a el vuelo autom¨¢tico de 20 kil¨®metros con un prototipo de 45 kilos que desarrolla una velocidad de 130 kil¨®metros por hora. La prueba se realiz¨® el pasado mes de enero. Se trata del Atlantic, cuyo piloto autom¨¢tico est¨¢ dise?ado por UAV Navigation, con sede en Madrid. ¡°Hemos pasado de una fase de uso por organizaciones del Estado (uso militar) a una explosi¨®n de su uso civil y particular¡±, explica Tobias Webster, el jefe de operaciones, el ¨²nico brit¨¢nico en una empresa con 22 ingenieros espa?oles. ¡°Espa?a va bastante bien. No es usual que haya empresas punteras en sectores tan tecnol¨®gicos¡±.
UAV Navigation desarrolla entre otras tecnolog¨ªas una peque?a caja de 180 gramos que es un piloto autom¨¢tico capaz de controlar la navegaci¨®n de una aeronave para ocho pasajeros, desde que despega hasta que aterriza. ¡°Solo hay ocho empresas en el mundo que desarrollen esta tecnolog¨ªa¡±, explica Webster. La empresa naci¨®, al m¨¢s puro estilo cibern¨¦tico, en un garaje, cuando se juntaron tres ingenieros, uno de ellos aeromodelista, para desarrollar aeronaves no tripuladas. Ahora factura m¨¢s de cinco millones de euros.
Suman m¨¢s de una decena los departamentos de escuelas de ingenier¨ªa que desarrollan modelos y aplicaciones, hay decenas de peque?as pymes que construyen o modifican peque?as aeronaves, que se emplean experimentalmente en actividades que tienen que ver con agricultura, medio ambiente, actividades de rescate y uso industrial. Ferrovial estudia implantar drones para vigilar su red de alta tensi¨®n, ya est¨¢n en uso aplicaciones para supervisar el estado de las aspas de molinos e¨®licos, o para revisar fachadas de edificios e instalaciones industriales.
¡°Espa?a tiene una ventaja adicional: hay mucho terreno despoblado, que permite investigar con vuelos no tripulados, lo que es muy complicado en otros pa¨ªses de Europa¡±, explica Webster, para apuntar alguna raz¨®n m¨¢s de la fiebre del dron. Y un ejemplo es el aer¨®dromo de Ja¨¦n, en medio de un inmenso olivar, con espacio reservado para hacer ensayos sin interferencias.
Los robots voladores han llegado a Espa?a. Y para quedarse.
Socorrista volador
Los servicios de salvamento y socorrismo de un n¨²mero indeterminado de playas espa?olas cuentan con los servicios de un dron, una aeronave dotada de un flotador que acudir¨¢ en primera instancia al auxilio de quien est¨¦ sufriendo un percance en el mar. Ser¨¢ la primera opci¨®n en tanto llega una lancha de salvamento: lanzar un flotador. La telef¨®nica Vodafone ha lanzado una iniciativa parecida con cinco drones en cinco playas espa?olas: Cabopino (Marbella), Ribadesella (Asturias), Isla (Cantabria), Cartagena (Murcia) y Benalm¨¢dena (M¨¢laga).
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