La gran moderaci¨®n
A partir del primer trimestre de 2012 el coste laboral nominal apenas ha subido en Espa?a
La principal estad¨ªstica publicada en la semana ¨²ltima ha sido la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL), referida al segundo trimestre del a?o. El coste laboral total por trabajador y mes ascendi¨® a 2.591,5 euros, de los cuales, 1.941,7 (el 75%) fue coste salarial y 649,8 el no salarial. Tomando los datos corregidos de calendario laboral y estacionalidad, el coste total por trabajador aument¨® un 0,2% respecto al trimestre anterior y un 0,4% respecto al mismo periodo del a?o anterior. En ambos casos, estamos ante aumentos muy moderados, casi desconocidos en la historia econ¨®mica espa?ola reciente. Claro que tambi¨¦n la inflaci¨®n de los precios de consumo o la de los precios industriales muestra una moderaci¨®n incluso superior, ya que est¨¢ en tasas negativas.
Es este un fen¨®meno mundial, contra el que los bancos centrales luchan como nunca antes en la historia, pero con escaso ¨¦xito hasta ahora. Habr¨ªa que hablar mucho del tema, pero simplificando podr¨ªa decirse que este escaso ¨¦xito obedece a que s¨®lo una parte de la moderaci¨®n de los precios tiene como causa la debilidad de la demanda, que es lo que la pol¨ªtica monetaria puede atacar aumentando la financiaci¨®n al sistema para que los consumidores y empresarios gasten m¨¢s. Incluso en este punto el objetivo de los bancos centrales choca con un obst¨¢culo: los agentes econ¨®micos est¨¢n muy endeudados y dif¨ªcilmente van a aumentar mucho su gasto a costa de endeudarse todav¨ªa m¨¢s. Pero es que otra causa importante de la baja inflaci¨®n tiene su origen en la oferta, concretamente en la deflaci¨®n importada como consecuencia de la globalizaci¨®n. Lo llevamos viendo desde hace muchos a?os, incluso antes del inicio de la crisis, cuando las tasas de inflaci¨®n apenas superaban los objetivos oficiales a pesar de que la mayor¨ªa de econom¨ªas mostraban signos de recalentamiento y generaban burbujas que luego han sido muy caras de absorber. Ahora lo vemos en la ca¨ªda de los precios de la energ¨ªa, materias primas e incluso productos terminados procedentes de China y otros pa¨ªses emergentes. En estas condiciones, intentar llevar la inflaci¨®n a tasas del 2% es tarea casi imposible.
Adem¨¢s de estas consideraciones globales, en Espa?a tenemos argumentos adicionales para que los precios y salarios se mantengan incluso m¨¢s contenidos que en los pa¨ªses de nuestro entorno. Si los salarios son el precio que hace casar la oferta y la demanda en el mercado laboral, por mucho que este mercado est¨¦ muy regulado y sea bastante r¨ªgido, ?c¨®mo van a subir cuando la tasa de paro est¨¢ por encima del 22%? Tanto m¨¢s cuanto la reforma laboral redujo notablemente dicha rigidez e introdujo m¨¢s dosis de competencia. En el gr¨¢fico superior izquierdo puede verse que a partir del primer trimestre de 2012 el coste laboral nominal apenas ha subido.
Esta moderaci¨®n salarial supuso p¨¦rdidas de poder adquisitivo para los asalariados entre 2010 y 2014, ya que el IPC aument¨® m¨¢s que los salarios en esos a?os, si bien en buena parte se debi¨® al aumento de los impuestos indirectos. Pero la ca¨ªda de la inflaci¨®n a partir de 2014, especialmente en el primer semestre de este a?o, ha hecho que el poder adquisitivo vuelva a aumentar. En t¨¦rminos acumulados el salario medio real es hoy poco m¨¢s del 1% inferior al de 2007 [gr¨¢fico superior derecho].
Pero cuando hablamos de salarios o precios en un pa¨ªs que forma parte de una uni¨®n monetaria, lo importante es analizar c¨®mo evolucionan estas variables en relaci¨®n al resto de pa¨ªses de la zona. En los gr¨¢ficos inferiores podemos ver c¨®mo los costes laborales espa?oles crecieron notablemente m¨¢s que la media de la eurozona hasta 2009, lo que unido a una ca¨ªda de la productividad relativa, dio origen a un aumento del 18% de los costes por unidad producida (p¨¦rdida de competitividad). Desde entonces estamos corrigiendo dicha desviaci¨®n a base de moderaci¨®n salarial y de ajustes de plantillas. La buena noticia es que el proceso est¨¢ pr¨¢cticamente concluido.
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