Empleo joven: escaso y precario
O mejoramos nuestra clase empresarial o todas las reformas laborales fracasar¨¢n
Esta semana la OCDE publicaba un informe sobre empleo joven temporal involuntario, que reflejaba que Espa?a es l¨ªder mundial destacado con el 22%. La versi¨®n oficial es que la reforma laboral ha sido un ¨¦xito, pero el FMI nos pide una nueva reforma. Y las estad¨ªsticas confirman que los j¨®venes han sido los m¨¢s perjudicados por la precarizaci¨®n de las condiciones laborales y la deflaci¨®n salarial.
Desde la reforma laboral de 2012, 700.000 menores de 35 a?os han perdido su empleo. M¨¢s preocupante a¨²n es que hay 1,2 millones de activos menos. Cuando los ciudadanos en edad de trabajar que no trabajan dejan de buscar empleo es la prueba del algod¨®n de que el mercado laboral no ofrece oportunidades de trabajo atractivas.
Muchos j¨®venes, con buen criterio, deciden ampliar sus estudios para tener mayor probabilidad de encontrar un empleo con un salario mejor. El resto deciden emigrar. Es una decisi¨®n l¨®gica, pero desde el punto de vista social es un fracaso colectivo. Gastamos mucho dinero de nuestros impuestos para formarles y luego generan actividad y pagan impuestos en otro pa¨ªs.
Espa?a lidera la tasa de paro joven pr¨®xima al 50% y adem¨¢s hay subempleo, por lo que la situaci¨®n es dram¨¢tica. Pero lo m¨¢s preocupante es que en el ¨²ltimo a?o el empleo joven sigue cayendo con mucha intensidad, un 2,5% anual. Y la poblaci¨®n activa joven cae con m¨¢s intensidad, un 5% anual. Y m¨¢s preocupante a¨²n, el empleo cae a pesar de la subvenci¨®n del Gobierno a la contrataci¨®n.
La prioridad es hacer un diagn¨®stico realista. Rajoy dice que en econom¨ªa no hay que cambiar nada. Si no cambiamos nada en la pr¨®xima legislatura tendremos la mayor emigraci¨®n de espa?oles desde la posguerra. Espa?a necesita un nuevo contrato social que ponga a los j¨®venes y los parados de larga duraci¨®n en pobreza severa en el centro de las decisiones.
La deflaci¨®n salarial y la precariedad en el empleo aumentan cada d¨ªa el agujero negro de la Seguridad Social, que gasta 35.000 millones m¨¢s de lo que ingresa. Por eso Rajoy no para de meter la mano en la hucha. Si los j¨®venes no mejoran sus condiciones laborales, debemos ir olvid¨¢ndonos de cobrar pensi¨®n. Un contrato social es un compromiso de los que est¨¢n con los que se fueron y con los que vendr¨¢n.
Evidentemente, necesitamos una nueva regulaci¨®n laboral. Que huya del proteccionismo o condenar¨¢ a esa generaci¨®n de j¨®venes al desempleo y a la emigraci¨®n. Necesitamos una regulaci¨®n que combine la flexibilidad necesaria para que nuestras empresas puedan adaptarse con ¨¦xito a la globalizaci¨®n y la revoluci¨®n tecnol¨®gica y que mejore la seguridad y la calidad del empleo.
Pero sobre todo necesitamos una reforma empresarial. O mejoramos nuestra clase empresarial, el gobierno corporativo de las empresas y hay una apuesta decidida por el capital humano y la econom¨ªa del conocimiento o todas las reformas laborales fracasar¨¢n. Ya lo hicimos en los a?os ochenta. Volvamos a hacerlo, sin excusas ni lamentos. Nuestros j¨®venes y nuestros parados se lo merecen.
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