?De verdad se ahorra energ¨ªa con el cambio de hora?

El pr¨®ximo domingo, 25 de octubre, tendremos que echar una hora para atr¨¢s las agujas del reloj: a las 3.00 de la madrugada volver¨¢n a ser las 2.00. Con este cambio se implantar¨¢ otra vez el horario de invierno ¡ªo ¡°est¨¢ndar¡±¡ª, que en primavera hab¨ªa dejado paso al llamado horario de verano. Entonces ¡°perdimos¡± 60 minutos de sue?o para ganar en luz.

El cambio horario, que se aplica en varios pa¨ªses ¡ªunos 70 en todo el mundo¡ª, no tiene nada que ver con la alquimia. En Europa se ha convertido en una pr¨¢ctica obligatoria desde 1981 a golpe de directiva comunitaria. Despu¨¦s se estableci¨® que el ¨²ltimo domingo de marzo y de octubre fueran los d¨ªas elegidos para pasar de un sistema horario a otro y que estos cambios tuvieran car¨¢cter permanente. ?La raz¨®n? Lograr un ahorro energ¨¦tico que est¨¢ cada vez m¨¢s cuestionado.

Los n¨²meros del ahorro energ¨¦tico

Los cr¨ªticos del cambio de hora alegan que los estudios existentes al respecto son incompletos o contradictorios. La misma Comisi¨®n Europea reconoce que el ahorro brindado por adelantar una hora las agujas del reloj en primavera es ¡°relativamente peque?o¡±. En un informe publicado el a?o pasado, detalla que, aunque hay literatura que estima que el ahorro pueda alcanzar un 0,5% sobre el consumo nacional de un pa¨ªs, tambi¨¦n hay un n¨²mero relevante de publicaciones que mantienen que su efecto es nulo o hasta negativo.

Hasta 13 pa¨ªses afirmaron, en el marco de una encuesta dirigida por el organismo comunitario a los Estados miembro, que el horario estival s¨ª sugiere una ligera reducci¨®n en el consumo de energ¨ªa, pero que no es posible cuantificarla.

El cambio horario en los pa¨ªses europeos, en realidad, se remonta a la segunda d¨¦cada del 1900: Alemania fue el primer pa¨ªs que empez¨® a retrasar las agujas del reloj para ahorrar carb¨®n durante la Primera Guerra Mundial. La medida contagi¨® r¨¢pidamente a los pa¨ªses vecinos, aunque Espa?a decidi¨® prescindir del cambio horario a partir de los a?os 50. Lo volvi¨® a introducir definitivamente en 1973 ¡ªcomo muchas otras naciones¡ª, con ocasi¨®n de una circunstancia extraordinaria: la primera crisis del petr¨®leo.

Hoy d¨ªa los escenarios han mutado, pero el cambio de hora ¡°se sigue haciendo y ya est¨¢¡±, dice Miguel Giron¨¦s, trader del mercado el¨¦ctrico. Mientras, los organismos oficiales calculan el menor gasto energ¨¦tico con tiempos condicionales. Seg¨²n las estimaciones del Instituto para la Diversificaci¨®n y Ahorro de la Energ¨ªa (IDAE), entidad p¨²blica adscrita al Ministerio de Industria, Energ¨ªa y Turismo, el ¡°potencial de ahorro en iluminaci¨®n por el cambio de hora podr¨ªa llegar a representar un 5% del consumo el¨¦ctrico en iluminaci¨®n, equivalente a unos 300 millones de euros¡±.

Las previsiones de IDAE a?aden que, ¡°de esa cantidad, 90 millones corresponder¨ªa al potencial de los hogares espa?oles¡±. Esta cifra ¡ªla misma desde hace a?os¡ª supone, seg¨²n el organismo, un ahorro de seis euros por hogar, ¡°mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrar¨ªan en los edificios del terciario y en la industria¡±. Tanto la patronal el¨¦ctrica, Unesa, como la transportista del sistema, Red El¨¦ctrica de Espa?a (REE), se remiten a estas previsiones.?

El turismo y el ocio est¨¢n entre los sectores m¨¢s beneficiados por el cambio de hora, ya que pueden aprovechar de 60 minutos m¨¢s de luz durante la temporada alta. El consumidor final, al contrario, se fija m¨¢s en c¨®mo?han ido levitando sus facturas durante los ¨²ltimos a?os que en los seis euros que se podr¨ªa ahorrar.?¡°El cambio de hora se pens¨® para el pa¨ªs, en un momento que es la primera crisis del petr¨®leo y con un inter¨¦s macroecon¨®mico¡±, apunta Giron¨¦s.

Espa?a y el huso horario

De acuerdo con la Asociaci¨®n de Consumidores El¨¦ctricos (ANAE), en abril ¡°siempre se producen ca¨ªdas dr¨¢sticas de consumo obteni¨¦ndose, de media, el m¨ªnimo anual¡±. Entre las razones m¨¢s relevantes para explicar este descenso no est¨¢ solo el cambio de hora, sino ¡°factores estacionales, como el aumento de temperaturas¡± o ¡°los calendarios laborales¡±, habiendo m¨¢s fiestas en abril que en marzo.

El desfase de Espa?a con el horario solar es muy grande¡± Francisco Valverde, analista del mercado el¨¦ctrico

Francisco Valverde, analista del mercado el¨¦ctrico y expresidente de la asociaci¨®n, explica que en primavera s¨ª se observa una reducci¨®n de la demanda, pero que ¡°este efecto, como mucho, se nota durante dos semanas¡±. Esto porque, en el caso del horario invernal, la energ¨ªa que no se gasta por la ma?ana se acabar¨¢ consumiendo por la tarde, con el cambio de temperatura y el ajuste de los h¨¢bitos.

Y sin contar que Espa?a ya tiene la hora desplazada, al conservar un?huso horario ¡ªel mismo que Berl¨ªn o Par¨ªs, impuesto durante la dictadura franquista¡ª que no le corresponde: en t¨¦rminos geogr¨¢ficos y solares?deber¨ªa de volver al del meridiano de Greenwich, que ten¨ªa antes de 1943. ¡°El desfase del pa¨ªs con el horario solar es muy grande¡±, argumenta Valverde. Basta con pensar que el sol se pone con una hora de diferencia seg¨²n estemos en Galicia o en Catalu?a. ¡°Quiz¨¢s el cambio horario beneficie m¨¢s a otros pa¨ªses, por ejemplo los del norte de Europa, que tienen menos horas de luz¡±.

Tambi¨¦n hay asociaciones ambientalistas cr¨ªticas con el cambio de hora, ya que alegan que el eventual ahorro conseguido no compensa los?trastornos del reloj biol¨®gico, sobre todo de ni?os y ancianos. Juan Antonio Madrid, responsable del laboratorio de Cronobiolog¨ªa de la Universidad de Murcia, explica que el cuerpo humano tarda en adaptarse a cualquier cambio brusco de?horario. ¡°Cuando cambia la hora es como tener jet lag: en primavera es como si hici¨¦ramos un peque?o viaje hacia el este y en oto?o hacia el oeste. Se tarda unos d¨ªas en adaptarse¡±, explica.

En su opini¨®n, se podr¨ªa vivir tranquilamente sin este cambio. ¡°Adem¨¢s, a causa del huso horario de Espa?a, tenemos?dificultades para acostarnos pronto y la falta de luz por la ma?ana es antinatural¡±, explica Madrid.

Para Giron¨¦s, hay otro factor a tener en cuenta: el avance tecnol¨®gico. ¡°Antes ten¨ªa?una bombilla que gastaba 100 y la apagaba durante una hora al d¨ªa para ahorrar. Pero ahora tengo una que gasta 50. Y pronto llegar¨¢n las que gastan 10. En ese momento,?el cambio de horario se volver¨¢ obsoleto¡±, ejemplifica. El punto, dice, es decidir si el ahorro tiene que medirse en dinero o en kilovatios. ¡°Habr¨ªa que hacer un balance, y ver cu¨¢nto cuesta en t¨¦rminos de productividad?este jet lag que tenemos dos veces al a?o¡±.?