Hay que encontrar 13.000 millones
La Comisi¨®n Europea censura a Espa?a con raz¨®n, porque se desv¨ªa del d¨¦ficit, sube la deuda y encima rebaja impuestos
?Se acuerdan del foll¨®n de octubre cuando la Comisi¨®n advirti¨® a Espa?a de que le faltaban 10.000 millones para cumplir sus pactos de d¨¦ficit? Eran 3.000 en 2015 y 7.000 en 2016 ¡ªdocumento C (2015) 68982 final¡ª una enmienda al orgullo oficial de que Espa?a aprobaba la asignatura macroecon¨®mica. Y el signo de que el Gobierno de Mariano Rajoy habr¨¢ incumplido su compromiso presupuestario (pactado por ¨¦l en la UE; no impuesto por una troika, esa majader¨ªa) en cada uno de sus cuatro ejercicios (Eng¨¢?anos, Rajoy, 15/10). El Gobierno la desde?¨®.
Pues bien, el examen post-rescate de Bruselas publicado ayer y adelantado el lunes por este diario agrava el nubarr¨®n del d¨¦ficit. Estima que para cumplir se necesitar¨ªan 13.000 millones pues ser¨¢ peor de lo calculado entonces: del 4,7% (dos d¨¦cimas m¨¢s que entonces), en vez del prometido 4,2%; 3,6% (una) en vez del obligatorio 2,8% en 2016. O sea, 1,3 puntos de diferencia, 13.000 millones que deber¨¢ buscar el nuevo Gobierno: quiz¨¢ solo los 10.000 de 2016 si los 3.000 de 2015 se le olvidan a Bruselas.
Y entonces llega la reacci¨®n soberanista-nacionalista desde la derecha, a veces con coartada social: todos contra las imposiciones de Bruselas. ?Cu¨¢nta impostura provinciana! Porque al Gobierno se le advirti¨® el suspenso; que se deb¨ªa a sus previsiones superoptimistas; que se fiaban al crecimiento.
?Qu¨¦ deb¨ªa decir Bruselas a un pa¨ªs que se reactiva, pero sobre todo gracias al petr¨®leo barato, al euro barato que aumenta exportaciones y rebaja el coste de la deuda, y a la liquidez infinita del BCE? En el texto de ayer (Postprogramme surveillance report, European Economy, 13, 2015) se detecta recelo ante un Estado que presume de remontar, pero es campe¨®n en d¨¦ficit (junto a Chipre) y cuya deuda dobla el PIB y seguir¨¢ creciendo en 2016. Y, a?adamos, que dedica el margen del mayor crecimiento no a cumplir pactos ni a compensar emergencias sociales, sino a rebajar impuestos con alegr¨ªa electoralista.
Cuidado tambi¨¦n con la demagogia ultraizquierdista. Ni en una sola l¨ªnea de ambos papeles la Comisi¨®n obliga a Espa?a a realizar el ajuste adicional recortando gasto social. No pongamos pies en pared. Discutamos el c¨®mo y el ritmo. Algunos defienden que recortar gasto es m¨¢s eficaz que aumentar ingresos. Depende, en casos recientes ha causado mucha ruina. Gui¨¦monos por el baremo europeo. Espa?a gasta menos que la media europea: 4,5 puntos porcentuales (en 2014). E ingresa a¨²n much¨ªsimo menos: 7,4 puntos. O sea que el desequilibrio proviene m¨¢s de los ingresos escasos que de unos gastos que ¡ªen conjunto¡ª son muy sobrios.
Y adem¨¢s, los ingresos se cargan m¨¢s sobre unas espaldas que sobre otras. La recaudaci¨®n por IRPF subi¨® entre 2007 y 2014 una d¨¦cima, al 8,9%; por IVA, tres d¨¦cimas, al 6,8%; por Impuesto de Sociedades, cay¨® del 3,6% al 2,8%. Hoy se recaudan por este ¨²ltimo concepto apenas 20.000 millones; en 2007, m¨¢s de 40.000. No solo por culpa de la crisis. Sino porque algunos la sortean con privilegio: la gran empresa tribut¨® en 2014 a un tipo del 7,3%, en vez de al 30% te¨®rico. Y las multinacionales pagan este a?o un 6% de sus beneficios, en vez del 28%.
As¨ª que adem¨¢s de atacar el fraude, se puede ajustar por ingresos: por gastos (sociales) ya se ha ido en ciertos casos demasiado lejos. Miren los programas electorales. Oteen en cu¨¢l palpita un gasto excesivo, irresponsable. Y en qu¨¦ dos se niega, minusvalora o relativiza la urgencia de m¨¢s ingresos.
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