C¨®mo cambiar de banco y no desfallecer
En la relaci¨®n con una entidad es crucial mantener la libertad como cliente
El sistema bancario espa?ol ha sufrido modificaciones dr¨¢sticas en estos a?os de crisis. Y uno de los aspectos clave es la relaci¨®n con el cliente. La comercializaci¨®n de ciertos productos (las preferentes), y las malas pr¨¢cticas en otros (los suelos hipotecarios), han aumentado la desconfianza de los ahorradores. Pero lo negativo tiene una vertiente positiva: se olvida la relaci¨®n ¡°paternal¡± con la entidad y se busca el mejor servicio, aunque este proceso no es siempre sencillo.
El cambio de mentalidad coincide con una reestructuraci¨®n que en su cara m¨¢s visible se resume en compras de bancos y cierres de oficinas. En esta transformaci¨®n, el ahorrador puede verse afectado y sentir que los cambios le suponen un coste econ¨®mico. De este modo, se puede encontrar en el corto plazo con un peor servicio ¡ªmenos oficinas y m¨¢s masificadas¡ª sin que esto repercuta en un descenso de las comisiones que paga. El precio de los servicios est¨¢ entre las principales razones para cambiar de banco. La rentabilidad ofrecida para los productos es importante, pero mucho m¨¢s lo es el coste en la operativa diaria, un nicho que enfrenta a bancos que ofrecen los servicios b¨¢sicos gratuitos con aquellos que cobran comisiones.
Aunque el modelo de banca comercial es bastante ¡°universal¡± y cubre casi toda la gama de productos, puede que en una entidad no se encuentre lo que se necesita o que para un mismo producto se ofrezcan peores condiciones. Asimismo, el servicio est¨¢ muy relacionado con el trato recibido. Muchas entidades peque?as crecieron a golpe de abrir oficinas y ahora, con su cierre, han limitado la cobertura. En todos estos casos suele ser conveniente mudarse de entidad.
Existe libertad para cambiar de banco pero hay barreras que lo impiden o dificultan. Cuantos m¨¢s productos tenga el usuario contratados, m¨¢s se reduce la probabilidad que se cambie de entidad. Cambiar una cuenta corriente es f¨¢cil, y el banco de destino hasta se encarga de asumir las domiciliaciones de los recibos. Para los productos de inversi¨®n tampoco es complejo; incluso un plan de pensiones tiene entre sus puntos fuertes el poder traspasarlo a otras empresas.
El gran obst¨¢culo
Pero, ?qu¨¦ ocurre con una hipoteca? Los pr¨¦stamos con garant¨ªa hipotecaria se han convertido en el gran obst¨¢culo para irse a otra entidad. La migraci¨®n no s¨®lo conlleva gastos, sino que ahora mismo las condiciones ofertadas son en su mayor¨ªa infinitamente peores que las que hab¨ªa hace a?os. Si se cambia una hipoteca a Eur¨ªbor +1,50% a una a Eur¨ªbor +0,50% y, adem¨¢s, hay que pagar gastos por ello, el cliente acaba obligado a ¡°casarse¡± con el mismo banco. Adem¨¢s, se exige tener una cuenta corriente donde domiciliar los pagos. En el traspaso de hipotecas debe analizarse bien si se consigue un claro beneficio mes a mes. Si es as¨ª, se podr¨¢n compensar los gastos que siempre conllevan una subrogaci¨®n hipotecaria.
Al margen de esta atadura indirecta, existe otra mucho m¨¢s directa: firmar una vinculaci¨®n a cambio de contraprestaciones. El cliente, muchas veces, ni siquiera se da cuenta. Un ejemplo son las cuentas corrientes en las que se recibe un ordenador, televisor o cualquier regalo por domiciliar la n¨®mina. A cambio, exigen que esta se mantenga por periodos que generalmente llegan hasta los 24 meses. Al no hacerlo, habr¨¢ que devolver el contravalor monetario del producto seg¨²n se refleje en el contrato. Lo mismo pasa con los traspasos de planes de pensiones que ¡°dan¡± un porcentaje del dinero traspasado (generalmente un 3%). Esta operaci¨®n est¨¢ sujeta a que no se vuelva a traspasar el plan hasta transcurrido un determinado tiempo (de 18 a 24 meses como norma general).
Desde que empieza la relaci¨®n con el banco es necesario procurar no hipotecar la libertad como cliente. ?C¨®mo? En primer lugar, optando por entidades cuyos servicios de forma global sean econ¨®micos. Y, a la hora de contratar un producto financiero tan importante como la hipoteca, no hacerlo a la ligera. Una pr¨¢ctica general es unirse al pr¨¦stamo que el constructor ha negociado con la entidad financiera. Esto debe hacerse si la oferta es beneficiosa y se necesita.
Tampoco hay que cerrar la cuenta de golpe. Aunque la entidad de destino realice los cambios de domiciliaci¨®n, muchas empresas de servicios tardan en ponerse al d¨ªa. En el caso de traspaso de productos de inversi¨®n (fondos, planes), el banco que recibe los fondos es el encargado de gestionar el cambio. El proceso igualmente depende de la entidad de origen, pero no suele demorarse m¨¢s de una o dos semanas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.