?Qu¨¦ esperar del mercado de divisas en 2016?
El a?o 2015 ha sido mucho m¨¢s vol¨¢til de lo que muchos habr¨ªan esperado hace 12 meses. Dos fueron los asuntos que centraron la atenci¨®n a lo largo del a?o: por un lado, el fortalecimiento incesante del d¨®lar estadounidense, debido a la postura adoptada por la Reserva Federal (Fed), que finalmente decidi¨® en diciembre aumentar los tipos de inter¨¦s despu¨¦s de 10 a?os, y por otro, la fuerte correcci¨®n de las monedas de los mercados emergentes, impulsada tanto por los mayores tipos de inter¨¦s en Estados Unidos como por el colapso de los precios de las materias primas. Baste se?alar a este respecto que el precio del petr¨®leo ha seguido cayendo a un m¨ªnimo de seis a?os, situ¨¢ndose en diciembre por debajo de los 35 d¨®lares el barril, para continuar bajando en las primeras semanas del a?o.
En cuanto a 2016, resultar¨¢ interesante observar si estas dos tendencias dominantes del mercado (subida del d¨®lar y depreciaci¨®n de las monedas de mercados emergentes) se mantendr¨¢n durante los pr¨®ximos meses. El comienzo del a?o ha sido muy turbulento en los mercados financieros, con ca¨ªdas generalizadas de materias primas, Bolsas e instrumentos de cr¨¦dito. Ello ha llevado a los mercados a descontar un caso extremo de cero subidas de tipos de la Fed en 2016, frente a las cuatro que predijo la propia autoridad monetaria en diciembre de 2015. Como consecuencia, la subida del d¨®lar se ha detenido y estamos viendo un repunte notable en la cotizaci¨®n del euro.
Es posible que la debilidad de los mercados, la ca¨ªda de los precios de las materias primas y la ralentizaci¨®n econ¨®mica impriman mayor cautela a la Reserva Federal. Sin embargo, el principal motor de la econom¨ªa estadounidense es la demanda interna y, en particular, el mercado laboral. La fortaleza de este ¨²ltimo, con el desempleo por debajo del 5% y los sueldos creciendo s¨®lidamente por encima de la inflaci¨®n, nos hace pensar que los mercados han sobrerreaccionado y que, efectivamente, veremos varias subidas de tipos por parte de la Fed a lo largo de 2016.
Todo hace presagiar que continuar¨¢ la subida del d¨®lar, si bien a un ritmo m¨¢s gradual
Por tanto, todo hace presagiar que continuar¨¢ la subida del d¨®lar, si bien a un ritmo m¨¢s gradual. Asimismo, la divergencia entre las pol¨ªticas monetarias de la Reserva Federal de EE UU y gran parte de los bancos centrales de los pa¨ªses del G?10 proporcionar¨¢ mayor viento de cola a la moneda estadounidense, a pesar de que, por el momento, los mercados no est¨¢n reflejando esta realidad.
En cuanto al euro, su reciente repunte parece insostenible, sobre todo teniendo en cuenta que es casi seguro que el Banco Central Europeo ampliar¨¢ a¨²n m¨¢s su programa de flexibilizaci¨®n cuantitativa en marzo, por lo que seguimos esperando que el euro alcance la paridad con el d¨®lar a lo largo de 2016, posiblemente en el tercer trimestre.
En relaci¨®n con la libra, su ca¨ªda reciente refleja la incertidumbre sobre la posible salida de Reino Unido de la UE y es de esperar que su cotizaci¨®n est¨¦ en gran medida dictada por los sondeos que se publiquen sobre el refer¨¦ndum.
En lo que respecta a la segunda tendencia importante, la que se refiere al destino previsible de las divisas de mercados emergentes, todo parece indicar que la mayor¨ªa de las principales monedas, como el real brasile?o o el rand sudafricano, est¨¢n pr¨®ximas a alcanzar su suelo. Es dif¨ªcil pensar que los precios de las materias primas caigan mucho m¨¢s sin que se produzca una recesi¨®n global, circunstancia que parece descartada en 2016. Asimismo, si bien es verdad que la mayor¨ªa de la deuda corporativa de los mercados emergentes ha aumentado significativamente, no lo es menos que ¨¦sta lo ha hecho sobre todo en moneda local, lo que hace que estemos ante un problema manejable para los bancos centrales y Gobiernos locales.
Finalmente, despu¨¦s de la fuerte depreciaci¨®n de las monedas de econom¨ªas emergentes vista el a?o pasado, la mayor¨ªa de ellas se encuentran en niveles extraordinariamente bajos, lo que mejorar¨¢ la competitividad de sus econom¨ªas y ayudar¨¢ a atraer flujos comerciales y de inversi¨®n en los pr¨®ximos meses.
Enrique D¨ªaz-?lvarez es director de riesgos de Ebury.
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