Pepito Grillo y la banca
El supervisor tiene en cuenta el gobierno corporativo de las entidades
La integraci¨®n de la ¨¦tica en la actuaci¨®n y conducta bancaria supone un reto para la banca y, a la vez, una excelente oportunidad para un sector que ha sufrido un fuerte deterioro en su reputaci¨®n a lo largo de esta crisis.
Si hay un activo importante para la banca ¨¦ste es la confianza de sus clientes que, como es bien sabido, resulta dif¨ªcil de ganar pero f¨¢cil de perder. Las propias entidades son las m¨¢ximas responsables de su conducta. Es a ellas a las que se las debe exigir que tomen la iniciativa y que refuercen sus procedimientos y gobernanza interna, para recuperar la confianza de sus clientes y de la sociedad. La regulaci¨®n y la supervisi¨®n son una segunda l¨ªnea de defensa. En este sentido, los supervisores est¨¢n prestando creciente atenci¨®n a esta cuesti¨®n. A la hora de determinar los riesgos de una entidad, no cubiertos con el capital regulatorio y su consiguiente recargo de capital, el supervisor tiene en cuenta el gobierno corporativo de las entidades y los procedimientos de tomas de decisiones. Esta misma semana, la Autoridad Bancaria Europea anunciaba, como novedad, que incluir¨¢ el estudio del riesgo de conducta en los ejercicios de stress test de este a?o.
El concepto de cultura bancaria ¨Ccomo se conoce en la jerga a la conducta apropiada que debe mantener una entidad¨C, no resulta f¨¢cil de definir, pero est¨¢ ¨ªntimamente ligado a la ¨¦tica. La ¨¦tica va m¨¢s all¨¢ de la regulaci¨®n y del cumplimiento normativo. Se refiere a la forma en la que un banco debe operar, actuar en el mercado y relacionarse, tanto con sus clientes como con sus empleados. Podr¨ªa entenderse como el ADN propio de una entidad que no busca vericuetos legales para eludir una determinada normativa, sino que act¨²a conforme a principios tales como integridad, transparencia y prudencia. M¨¢s all¨¢ de valorar si una determinada acci¨®n es legal, la adecuada conducta bancaria ser¨ªa la que dictar¨ªa un Pepito Grillo a cada entidad en conciencia e independientemente de si la acci¨®n va a ser p¨²blica o no.
Para que la pol¨ªtica de conducta de una entidad resulte exitosa, es necesario que venga liderada desde la alta direcci¨®n. Los altos cargos han de predicar con el ejemplo y asegurarse que todos los empleados interiorizan la cultura y los valores de la entidad. La mayor sensibilidad de los m¨¢ximos responsables de las entidades respecto a los riesgos reputacionales, debe filtrarse a toda la organizaci¨®n e impregnar la forma de trabajar en el d¨ªa a d¨ªa. Ya est¨¢n observ¨¢ndose avances. El Consejo de Estabilidad Financiera, en su ¨²ltimo informe sobre medidas de reducci¨®n del riesgo de conducta, destacaba que se han conseguido progresos en la integraci¨®n de los marcos de conducta en los mecanismos de toma de decisiones de las entidades, adem¨¢s de en la consistencia entre el discurso p¨²blico que las entidades predican y su pr¨¢ctica real de funcionamiento.
En definitiva, la cultura y ¨¦tica bancaria son conceptos ahora prioritarios para las entidades.
Mar¨ªa Abascal es economista jefe de la Unidad de Regulaci¨®n y Pol¨ªticas P¨²blicas de BBVA Research.
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