El euro necesita m¨¢s apoyo fiscal
Si la UEM pierde credibilidad, las tendencias disgregadoras como el ¡®brexit¡¯ se potenciar¨¢n
La Uni¨®n Europea se debate en muchos frentes entre el reflujo de las corrientes integradoras y la urgencia de avanzar hacia un modelo m¨¢s completo y estable de uni¨®n monetaria. La crisis de los refugiados y el Brexit son dos de los frentes m¨¢s calientes en los que avanzan las tendencias centr¨ªfugas y desintegradoras. En ellos se juega mucho el futuro de Europa, pero la salida de esta encrucijada depender¨¢ tambi¨¦n de lo que ocurra con la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria, que constituye el n¨²cleo m¨¢s avanzado de la integraci¨®n y cuyo devenir se debate en un equilibrio precario.
La crisis de la deuda soberana revel¨® las grietas profundas que aquejaban a una Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria incompleta e imperfecta. La gravedad de los posibles escenarios de ruptura oblig¨® a los l¨ªderes europeos a definir una nueva ruta hacia una mayor integraci¨®n, que qued¨® plasmada en los llamados Informes de los Cuatro y los Cinco Presidentes, en los que la culminaci¨®n de la uni¨®n bancaria era el primer y m¨¢s urgente eslab¨®n.
Sorprendi¨® la capacidad que, en momentos de grave tensi¨®n, tuvieron los l¨ªderes europeos para emprender cambios tan sustanciales como la implantaci¨®n de los Mecanismos ?nicos de Supervisi¨®n y de Resoluci¨®n, que eran piezas fundamentales para dotar a la moneda ¨²nica de la uni¨®n bancaria de la que carec¨ªa. Sin embargo, conforme la situaci¨®n se ha ido apaciguando, el impulso ha perdido fuelle y amenaza con estancarse en una renacida confrontaci¨®n entre visiones divergentes sobre el alcance del propio proyecto de integraci¨®n. La uni¨®n bancaria, para ser completa, necesita el establecimiento de un respaldo fiscal supranacional que garantice al Fondo ?nico de Resoluci¨®n los fondos suficientes para resolver las crisis bancarias, con independencia de su alcance y localizaci¨®n. Tambi¨¦n es necesario que exista un esquema europeo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos que asegure que los compromisos con los depositantes tambi¨¦n se van a cumplir con independencia de la salud de su Tesoro P¨²blico. Sin embargo, las medidas contempladas se est¨¢n retrasando.
Se ha llegado al punto en el que se requiere pasar de las palabras a los hechos en el tema crucial de la existencia de mecanismos de mutualizaci¨®n de los riesgos m¨¢s all¨¢ de las fronteras nacionales. Y para ello se han de aceptar esquemas de transferencias de renta entre los pa¨ªses miembros, aunque sea solo en circunstancias excepcionales, mediante cuant¨ªas limitadas y por periodos transitorios. Un paso de este calibre supone el establecimiento de un germen de uni¨®n fiscal, que se enfrenta a numerosas resistencias, pero que sin el cual la UEM nunca ser¨¢ completa.
No es de extra?ar que en esta tesitura se reaviven las visiones divergentes sobre la naturaleza y el alcance de la uni¨®n monetaria. Para algunos pa¨ªses, mientras no haya uni¨®n pol¨ªtica, la integraci¨®n econ¨®mica y financiera debe basarse solo en reglas que aseguren que cada pa¨ªs mantiene su casa en orden y sus estructuras son lo suficientemente s¨®lidas para poder afrontar por s¨ª solos, sin la ayuda de los dem¨¢s, todas las perturbaciones. Se oponen a la transferencia de riesgos y de rentas, porque ven en ello una v¨ªa para que algunos pa¨ªses miembros se desentiendan de los compromisos de estabilidad y trasladen a los dem¨¢s los costes de su falta de disciplina. El llamado problema del riesgo moral.
Este enfoque ignora la existencia de perturbaciones sist¨¦micas frente a las cuales las reglas, con ser importantes, no son suficientes. La ruta adoptada incorpora pasos inequ¨ªvocos para completar la uni¨®n financiera y avanzar hacia una uni¨®n fiscal, aunque con unas dosis muy elevadas de gradualismo. Puede ser una estrategia pragm¨¢tica para vencer las resistencias, pero comporta riesgos importantes. Si el fortalecimiento de la UEM pierde credibilidad, las tendencias disgregadoras que se manifiestan en los temas de los refugiados y el Brexit pueden alcanzar mayor potencial desestabilizador y llevar a la Uni¨®n Europea a una autentica crisis de supervivencia.
Jos¨¦ Luis Malo de Molina es asesor del Banco de Espa?a en la Representaci¨®n Permanente de Espa?a ante la Uni¨®n Europea.
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