Los puertos, el nuevo dique contra los ¡®piratas¡¯
Entra en vigor un tratado para extender a pa¨ªses en desarrollo mecanismos de control de la pesca ilegal

Para luchar contra la pesca ilegal, un Estado puede someter a controles a su propia flota, patrullar las costas, utilizar tecnolog¨ªa sat¨¦lite o inspeccionar los barcos que entran en sus puertos. Pero mientras los ¡®piratas¡¯ encuentren en otros pa¨ªses lugares donde descargar su bot¨ªn sin problemas, todas esas costosas precauciones pueden resultar in¨²tiles. Al fin, tras siete a?os de negociaciones y procesos de ratificaci¨®n, muchos de esos refugios pueden tener los d¨ªas contados.
Tras superarse el m¨ªnimo de firmantes (ya son 57: 29 pa¨ªses m¨¢s los 28 miembros de la Uni¨®n Europea), el 5 de junio entrar¨¢ en vigor un tratado ¡°vital para proteger los oc¨¦anos y sus recursos¡±, en palabras de John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos. Los c¨¢lculos m¨¢s fiables ¡ªes complicado cuantificar las actividades clandestinas¡ª se?alan que hasta una de cada cinco capturas en el mundo es ilegal. Su valor anual podr¨ªa superar los 20.000 millones de euros, seg¨²n datos facilitados por la FAO, la agencia de Naciones Unidas para la alimentaci¨®n que ha impulsado el acuerdo. Y eso sin contar el da?o a la conservaci¨®n de especies y a la sostenibilidad de los mares.
El acuerdo persigue implantar unos est¨¢ndares de control en los puertos internacionales que vayan dejando sin opciones a las embarcaciones con capturas ilegales. Primero, cada Estado firmante se?alar¨¢ en qu¨¦ instalaciones permite la descarga de buques extranjeros (se entiende que cada pa¨ªs controla su propia flota). En unos casos ser¨¢n varios y en otros, como Uruguay, solo uno.
El protocolo establece que los barcos for¨¢neos tienen que enviar con antelaci¨®n a las autoridades portuarias del lugar en que pretendan entrar ¡ªaunque sea para repostar¡ª un documento estandarizado con informaci¨®n sobre la embarcaci¨®n, sus autorizaciones y las capturas que transportan. Estas se cotejar¨¢n en busca de datos sospechosos o que no cuadren. Y entonces decidir¨¢n si le deniegan el paso (salvo en casos de emergencia) o le dejan entrar y, en este ¨²ltimo caso, si lo inspeccionan, tambi¨¦n siguiendo los est¨¢ndares del tratado.
Los 30 primeros
Por ahora forman parte del acuerdo los 28 miembros de la Uni¨®n Europea y los siguientes pa¨ªses:?Australia, Barbados, Chile, Corea del Sur, Costa Rica, Cuba, Dominica, Estados Unidos, Gab¨®n, Guinea Bissau, Guyana, Islandia, Mauricio, Mozambique, Myanmar, Nueva Zelanda, Noruega, Om¨¢n, Palau, San Kitts y las Nevis, Seychelles, Somalia, Sud¨¢frica, Sri Lanka, Sud¨¢n, Tailandia, Tonga, Uruguay y Vanuatu.
La segunda pata del acuerdo habla de compartir informaci¨®n. ¡°Tradicionalmente en el sector ha habido una l¨®gica resistencia a dar detalles, porque decir d¨®nde pescas puede atraer a otros a tus caladeros¡±, explica Alicia Mosteiro, especialista de la FAO. Pero que las autoridades se crucen los resultados de sus inspecciones e incluso crear una base de datos mundial ¡ªun proyecto complementario a este acuerdo¡ª podr¨ªa resultar decisivo. Si un puerto rechaza un barco, o una inspecci¨®n detecta irregularidades y se pone en conocimiento de los inspectores de otros lugares, esa embarcaci¨®n tendr¨ªa muy dif¨ªcil encontrar d¨®nde descargar.
A¨²n faltan pa¨ªses por subirse al barco, pero la UE (62% de las importaciones y 49% de las exportaciones mundiales de pescado), EE UU y otros Estados con peso comercial est¨¢n a bordo. Y la capacidad de estos mercados para limitar la importaci¨®n desde los no firmantes podr¨ªa incentivar a los m¨¢s reacios.
Para muchos pa¨ªses desarrollados no habr¨¢ problema en cumplir con estas medidas. Espa?a, por ejemplo, es un alumno aventajado y los controles que aplica superan con creces estos m¨ªnimos. Pero el gran avance, que es ir todos a una en la persecuci¨®n, es tambi¨¦n el gran reto. Muchos pa¨ªses en desarrollo carecen de la capacidad t¨¦cnica, legal y de personal para hacer efectivo el acuerdo.
?Qu¨¦ se persigue?
El tratado, cuyo largu¨ªsimo nombre completo es Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto destinadas a prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, persigue efectivamente tres actividades:
- Pesca ilegal: Cuando se incumple directamente la normativa del pa¨ªs en cuyas aguas se opera o cualquier tratado internacional, por ejemplo salt¨¢ndose una prohibici¨®n.
- Pesca no declarada: Cuando hay obligaci¨®n de declarar lo pescado y no se hace, o se declaran cantidades distintas de las reales.
- Pesca no reglamentada: Se refiere a capturas irresponsables de acuerdo con las normativas regionales por parte de barcos que no est¨¢n sujetos a ellas. Tambi¨¦n a la pesca irresponsable seg¨²n el Derecho internacional de especies sobre las que no hay reglamentaci¨®n.
Por eso los firmantes se comprometen a prestarles asistencia t¨¦cnica y financiera. ¡°Somalia se beneficiar¨¢ de la formaci¨®n de inspectores, pero tambi¨¦n esperamos ayuda para reconstruir nuestras infraestructuras¡±, indica Aidarous Ahmed Hassan, asesor del Ministerio de Pesca somal¨ª. En pa¨ªses como este, la pesca ilegal socava la producci¨®n local y pone en riesgo la seguridad alimentaria. Y en naciones insulares como Sri Lanka o Tonga, mina la explotaci¨®n de los derechos de pesca que son, en muchos casos, la principal fuente de ingresos. A trav¨¦s de la FAO u otras agencias, todos estos pa¨ªses recibir¨¢n ayuda para desarrollar leyes espec¨ªficas, adquirir los medios necesarios y formar debidamente a los inspectores.
Porque sobre la actuaci¨®n de estos ¨²ltimos recaer¨¢, al final, la responsabilidad del ¨¦xito o el fracaso. ¡°Por eso es importante que se les valore y se reconozca su labor. Entre otras cosas para que no sean blancos f¨¢ciles de corrupci¨®n¡±, apunta Mosteiro sobre los miembros de esa primera l¨ªnea contra los ¡®piratas¡¯ del pescado.
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