EpiPen, la inyecci¨®n que se convierte en s¨ªmbolo de los abusos de farmac¨¦uticas
Los Congresistas y el Gobierno de EE UU acusan de avariciosa y ego¨ªsta a Mylan por aprovechar su monopolio para subir un 400% el precio de un producto para al¨¦rgicos
La farmac¨¦utica Mylan vende en Estados Unidos el producto perfecto. Se llama EpiPen. Los padres de ni?os al¨¦rgicos lo tienen siempre a mano para casos de emergencia. Los restaurantes tambi¨¦n guardan este autoinyector de epinefrina en sus botiquines para responder a crisis severas de clientes. Adem¨¢s, caduca al a?o, por lo que hay que renovarlo peri¨®dicamente. Cuesta muy poco producirlo y los rivales no fueron capaces de replicar su tecnolog¨ªa. Este c¨®ctel le permite a la empresa amasar una fortuna e imponer el precio que quiera. Y as¨ª, EpiPen ejemplifica tambi¨¦n los problemas que arrastra el sistema sanitario de Estados Unidos.
El tratamiento en choques anafil¨¢cticos acaba de colocarse en el centro de un torbellino pol¨ªtico en Estados Unidos tras disparar los precios m¨¢s de un 400% en los ¨²ltimos cinco a?os. La Casa Blanca acusa a la compa?¨ªa que dirige Heather Bresch de poner sus intereses por delante de la salud de los m¨¢s vulnerables. ¡°Las farmac¨¦uticas que se presentan como salvadoras de vidas con sus medicamentos da?an su reputaci¨®n siendo ego¨ªstas¡±, lament¨® el portavoz del presidente Barack Obama.
La candidata dem¨®crata a las presidenciales, Hillary Clinton, tambi¨¦n aprovech¨® el caso para poner el EpiPen como ejemplo de los excesos de las grandes corporaciones. ¡°Es un esc¨¢ndalo¡±, valor¨®, ¡°este alza de precios no se justifica¡±. Varios miembros del Congreso de EE UU, en paralelo, exigen a la compa?¨ªa que desclasifique el coste real de la producci¨®n y comercializaci¨®n del f¨¢rmaco. ¡°Esto es avaricia con esteroides¡±, denuncia el independiente Ron Paul.
El EpiPen genera ventas anuales por valor de 2.000 millones de d¨®lares, de los que unos 1.000 millones se los queda Mylan. Es de lejos su tratamiento estrella, al generarle la mitad del beneficio operativo. La farmac¨¦utica se hizo con el EpiPen hace menos de una d¨¦cada, cuando adquiri¨® el negocio de gen¨¦ricos de Merck por 6.700 millones. Entonces generaba solo 200 millones en ventas, una cantidad modesta cuando se compara con los 24.000 millones que ten¨ªa Merk de cifra de negocio en 2007.
Heather Bresch, hija del senador Joe Manchin, vio r¨¢pido el fil¨®n y ejerci¨® una intensa campa?a en el Congreso de EE UU para que se adoptara una legislaci¨®n que llevara el EpiPen a los colegios y otros lugares p¨²blicos. Tambi¨¦n consigui¨® que la agencia del medicamento cambiara las gu¨ªas para las recetas, lo que de golpe dispar¨® las ventas mientras desarrollaba una astuta campa?a publicitaria.
Eso hizo que el EpiPen se considerara tan indispensable como un desfibrilador. Se calcula que en EE UU hay 43 millones de personas a riesgo de sufrir alergias severas. Pero los rivales de Mylan est¨¢n teniendo gran dificultad para ofrecer una alternativa. Sanofi tuvo que retirar el mercado el Auvi-Q hace un a?o por problemas con las dosis mientras la agencia del medicamento rechaz¨® el gen¨¦rico rival de Teva y de Adamis. En Europa, sin embargo, s¨ª hay dos alternativas.
600 d¨®lares por dos dosis
El mercado se encarga de hacer el resto en una situaci¨®n clara de monopolio. El precio de referencia del EpiPen ronda los 360 d¨®lares (320 euros) para dos inyectores. De ah¨ª escala hasta los 600 d¨®lares (540 euros) en el mostrador de la farmacia cuando se paga sin seguro, por los intermediarios por los que pasa hasta llegar al comercio. Al no existir rivales, no hay opci¨®n de negociar precios en un sistema dominado por la opacidad.
La compa?¨ªa Express Scripts, una de las grandes intermediarias en el negocio farmac¨¦utico, admite que hay un problema. Pero tambi¨¦n se?ala que Mylan se est¨¢ aprovechando de su posici¨®n monopolista. ¡°Incluso si quisi¨¦ramos bajar el precio, no podr¨ªamos hacerlo, porque no tenemos otra alternativa que comprar este producto¡±, se?alan, ¡°ellos ponen las condiciones¡±. Ellos se llevan un 5% del precio final de venta.
Heather Bresch trat¨® de evitar el temporal garantizando p¨²blicamente que el precio ¡°no ser¨¢ un obst¨¢culo¡± para las personas que lo necesiten. Primero, activ¨® un programa para reducir el coste con cupones de descuento del 30%. D¨ªas despu¨¦s anunci¨® la venta de una versi¨®n gen¨¦rica a mitad de precio al tiempo que defendi¨® que el alto precio del EpiPen se justifica porque la compa?¨ªa dedic¨® cientos de millones de d¨®lares a la mejora del producto.
Un problema del sistema
El asunto, en cualquier caso, es mucho m¨¢s complejo. Bresch lleg¨® a comparar la situaci¨®n del sector de la salud con la que llev¨® a la implosi¨®n de la burbuja hipotecaria. El consumidor en EE UU, b¨¢sicamente, est¨¢ pagando dos veces por los medicamentos. El sistema, de hecho, incentiva el alza de precios y eso provoca a su vez que se eleve las primas de los seguros en una espiral que se alimenta.
¡°El sistema no funciona¡±, advirti¨® la ejecutiva en plena revuelta, emplazando al pr¨®ximo presidente y al Congreso a encontrar una soluci¨®n, ¡°porque la situaci¨®n no es sostenible¡±. Por eso espera que el esc¨¢ndalo del EpiPen sea ¡°un punto de inflexi¨®n¡±. Las acciones de Mylan, que estableci¨® su sede fiscal en Holanda tras la comprar la divisi¨®n de gen¨¦ricos de Abbott Laboratories, cayeron m¨¢s de un 10%.
Los analistas califican de ¡°extraordinaria¡± la decisi¨®n de poner en el mercado una alternativa gen¨¦rica como respuesta a la crisis. Se?alan, adem¨¢s, que parte del problema es que los competidores no pueden entrar r¨¢pido en el mercado porque el proceso de autorizaci¨®n de los medicamentos gen¨¦ricos lleva a?os completarse. Eso contribuye a preservar a Mylan como compa?¨ªa dominante, con lo que puede ejercer un monopolio efectivo mientras no tenga rival.
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