Se barrunta una guerra transatl¨¢ntica
Los casos de Apple y Deutsche Bank suponen ejemplos de las ¡°pol¨ªticas de perjuicio al vecino¡±
Ha comenzado ante los ojos de todos una guerra empresarial entre Europa y EE UU. Objetivo: que su resultado cercene los derechos de los ciudadanos de ambos lados del oc¨¦ano. Las empresas implicadas ¡ªy los lobbies que han contratado para defenderse¡ª tratan de llegar a una medici¨®n de da?os a la baja para las primeras. Como en econom¨ªa lo que no pagan unos lo han de hacer los otros, de ah¨ª las refriegas. La conflagraci¨®n abierta a cuenta de los impuestos de la multinacional americana Apple y del banco sist¨¦mico alem¨¢n Deutsche Bank es una versi¨®n actualizada de las ¡°pol¨ªticas de perjuicio al vecino¡±, que denunciara la gran Joan Robinson.
Hace unas semanas el regulador de la competencia europeo decidi¨® castigar las t¨¢cticas fiscales ¡ªaprovechar los intersticios de elusi¨®n de impuestos¡ª de Apple, haciendo pagar a la empresa 13.000 millones de euros a Irlanda, y anunci¨® que estaba estudiando los casos de otras multinacionales que utilizaban las mismas pr¨¢cticas. Primero protest¨® el Tesoro de EE UU (sector p¨²blico), luego las asociaciones empresariales (sector privado), que siguieron la m¨¢xima del consejero delegado de la tecnol¨®gica de la manzana: ello supone un nuevo impuesto, es proteccionismo europeo y ¡°pura basura pol¨ªtica¡±.
Estas reacciones quiz¨¢ puedan considerarse l¨®gicas dentro de la l¨®gica del sistema. Pero a continuaci¨®n, el Departamento de Justicia de EE UU ha anunciado una multa al Deutsche Bank por haber empaquetado productos financieros respaldados por hipotecas basura, y hab¨¦rselos vendido a ciudadanos sin la suficiente cultura financiera para conocer los riesgos que asum¨ªan (informaci¨®n asim¨¦trica). Enseguida ha habido quien ha interpretado esta multa como una venganza americana a la de Apple. Se trata de la segunda mayor sanci¨®n por la activaci¨®n de bonos basura al ciudadano corriente.
Tambi¨¦n en este caso se ha puesto en marcha la maquinaria reactiva: conseguir que la multa sea reducida a la m¨ªnima expresi¨®n (en ning¨²n caso se pone en cuesti¨®n que hubo irregularidades). Dado que el Deutsche Bank est¨¢ en una situaci¨®n cr¨ªtica (acusado de manipular el mercado interbancario, p¨¦rdidas de 6.700 millones de euros en 2015, reducci¨®n del valor de su acci¨®n en casi un 90%, etc¨¦tera), la multa USA ser¨ªa la puntilla de una entidad considerada demasiado grande para dejarla quebrar. El caso de este banco es una lecci¨®n para Alemania. En su libro La paradoja del poder alem¨¢n (Galaxia Gutenberg), Hans Kundnani, escribe: ¡°Alemania parec¨ªa haber dado en el clavo: parec¨ªa haber hecho lo que luego se llamar¨ªan los deberes. Muchos dijeron que otros, tanto en Europa como en el resto del mundo, tendr¨ªan que aprender de los alemanes: de ah¨ª la idea del Modell Deutschland que se remontaba a los a?os setenta y resurg¨ªa ahora¡±.
No deja de ser parad¨®jico que estas escaramuzas tengan lugar al mismo tiempo que se negocia la Asociaci¨®n Transatl¨¢ntica de Comercio e Inversi¨®n (TTIP) en la que se aborda el papel de los gobiernos frente al poder de las multinacionales. Lo ¨²nico que es seguro es que los impuestos que no pagan las empresas los han de abonar el resto de los ciudadanos, y que los pa¨ªses est¨¢n llenos de ejemplos en los que se ha abusado de los ciudadanos con armas de destrucci¨®n masiva financieras (Warren Buffet) que han acabado derivando en deuda p¨²blica socializada.
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