El mercado laboral espa?ol se hace m¨¢s peque?o y envejece

La poblaci¨®n activa en Espa?a lleg¨® a su techo hist¨®rico en el verano de 2012. Hab¨ªa casi 23,5 millones de personas trabajando o dispuestas a hacerlo y la tasa de actividad lleg¨® al 60,55%. Que la segunda recesi¨®n hubiera comenzado dos a?os antes, y que lloviera sobre mojado -la destrucci¨®n de empleo hab¨ªa comenzado a finales de 2007 y en 2008 y 2009 hubo un desplome sin precedentes- no hab¨ªa provocado un des¨¢nimo generalizado y continuado. Pero entonces comenz¨® un retroceso significativo y sostenido en el tiempo, que ha continuado en el ¨²ltimo trimestre.

Este fen¨®meno ha tenido un papel imporante en el retroceso del desempleo, ya que la ca¨ªda del paro puede darse por un doble fen¨®meno: creaci¨®n de empleo y bajada de poblaci¨®n activa. Este segundo factor ha supuesto una mengua de casi 650.000 efectivos en el mercado laboral en cuatro a?os. En el mismo periodo el desempleo ha bajado de 5,8 millones de parados a 4,3 millones. Esto supone que casi la mitad de esa reducci¨®n, el 43%, puede atribuirse a la reducci¨®n de personas en edad y disposici¨®n de trabajar.

Pero esta cifra agregada esconde la tendencia estructural de incorporaci¨®n de las mujeres al mercado laboral, que solo se ha frenado en los ¨²ltimos a?os. A mitad de 2007, la tasa de actividad femenina era del 49,3%; ahora se ha situado en el 53,61%. En el mismo periodo, la masculina ha pasado del 69,5% al 65,2%.

El mayor protagonismo femenino en el mercado de trabajo no es un algo exclusivo de la crisis. No obstante, en sus primeros compases s¨ª que se dio el llamado efecto del trabajador a?adido, un fen¨®meno que consiste en que cuando unos de los miembros del hogar pierde su empleo otros comienzan a buscarlo para compensar la p¨¦rdida de ingresos. Esto provoc¨® m¨¢s afluencia de mujeres al mercado laboral.

Por el contrario, en el caso de los hombres s¨ª hubo des¨¢nimo. El desplome del mercado laboral no se puede explicar sin el hundimiento de la construcci¨®n y su industria auxiliar, sectores que demandan, sobre todo, mano de obra masculina. Hay que remontarse al tercer trimestre de 2008 (el momento en que cay¨® Lehman Brothers, el detonante de la Gran Recesi¨®n) para ver el m¨¢ximo n¨²mero de hombres en edad y trabajar, 13,2 millones. Ahora hay un mill¨®n menos.

Menos inmigrantes

Hay otro fen¨®meno que contribuye a explicar el retroceso de la poblaci¨®n activa: la migraci¨®n. En los a?os anteriores a la Gran Recesi¨®n, Espa?a vivi¨® la llegada en aluvi¨®n de inmigrantes hasta que este toc¨® techo y se detuvo en los primeros trimestres de la crisis, 3,578 millones de trabajadores extranjeros en el comienzo de 2009. M¨¢s de siete a?os despu¨¦s, esta cifra casi de un mill¨®n menos.

La ca¨ªda de poblaci¨®n activa se conjuga con otro fen¨®meno demogr¨¢fico muy propio de Europa, el envejecimiento, que tambi¨¦n llega al mercado laboral. En el tercer trimestre de 2007, momento en el que Espa?a ha tenido m¨¢s empleos que nunca, los trabajadores entre 20 y 49 a?os constitu¨ªan el grueso de la fuerza laboral activas. Sumaban 17,4 millones de personas que representaban el 77,4% del total de la poblaci¨®n en edad y disposici¨®n de trabajar.

Nueve a?os despu¨¦s ese colectivo, que ha envejecido, sigue constituyendo el mismo grueso de la fuerza laboral. Ahora entre 30 y 59 a?os suman 17,8 millones y suponen el 78% de la poblaci¨®n activa. En cambio, los que ahora tienen de 20 a 49 a?os, solo suman 16,4 millones y su peso espec¨ªfico en el mercado laboral baja al 70%.