Tecnolog¨ªa y empleo: una carrera entre dos fuerzas
El temor a que la tecnolog¨ªa reemplace paulatinamente al trabajo humano y termine causando un desempleo masivo y estructural no es nuevo en el pensamiento econ¨®mico. Ya en 1930 Keynes se refiri¨® al ¡°desempleo tecnol¨®gico¡± como un mal de nuevo cu?o que cobrar¨ªa importancia en el futuro. Y en los ¨²ltimos a?os, efectivamente, varios avances tecnol¨®gicos est¨¢n alimentando el temor (o la fantas¨ªa) de un futuro sin empleos. El aumento de la capacidad computacional, las mejoras de la inteligencia artificial y el desarrollo del ¡°internet de las cosas¡± permiten automatizar tareas cognitivas y no rutinarias cada vez m¨¢s complejas, que hace s¨®lo unos a?os era impensable que pudieran ser realizadas por m¨¢quinas. Un estudio reciente de la OCDE estima que, de media en 21 pa¨ªses miembros de la organizaci¨®n, un 9% de los empleos podr¨ªan ser automatizados. Hay estimaciones metodol¨®gicamente menos conservadoras que elevan hasta el 57% los empleos en riesgo de automatizaci¨®n.
El efecto neto de los avances tecnol¨®gicos sobre el empleo depender¨¢ de dos fuerzas: la automatizaci¨®n y la creaci¨®n de nuevas tareas para los humanos
Sin embargo, los avances tecnol¨®gicos tambi¨¦n introducen tareas nuevas y m¨¢s complejas para las que, en general, los humanos tienen inicialmente una ventaja comparativa. Estas tareas originan nuevos trabajos, como programadores de aplicaciones inform¨¢ticas, expertos en ciberseguridad o cient¨ªficos de datos. Hist¨®ricamente, el surgimiento de nuevas tareas ha jugado un papel clave en el crecimiento del empleo, pero existen indicios de que, desde la revoluci¨®n inform¨¢tica de los ochenta, los nuevos sectores tecnol¨®gicos son menos intensivos en mano de obra. No obstante, los puestos de trabajo cualificados que crean esos sectores aumentan la demanda de servicios en la econom¨ªa local y generan as¨ª puestos de trabajo indirectos. Seg¨²n algunos estudios, cada empleo del sector de alta tecnolog¨ªa en Europa genera cinco puestos de trabajo adicionales de baja tecnolog¨ªa en la misma regi¨®n.
El efecto neto de los avances tecnol¨®gicos sobre el empleo depender¨¢ de la carrera entre las dos fuerzas descritas: la automatizaci¨®n, por un lado, y la creaci¨®n de nuevas tareas para los humanos, por el otro. En un art¨ªculo reciente, los economistas Daron Acemoglu y Pascual Restrepo sostienen que ambas fuerzas tienden a equilibrarse a lo largo del tiempo, siempre y cuando no se produzca un cambio en la frontera de posibilidades de innovaci¨®n (la tecnolog¨ªa para crear nuevas tecnolog¨ªas). Si esto ¨²ltimo ocurre, y las innovaciones relacionadas con la automatizaci¨®n se vuelven m¨¢s f¨¢ciles que aquellas que introducen nuevas tareas para los humanos, entonces Acemoglu y Restrepo prev¨¦n que la econom¨ªa alcanzar¨¢ un nuevo equilibrio con un mayor porcentaje de funciones desempe?adas por el capital y peores perspectivas para el empleo. De acuerdo con este razonamiento, el futuro del trabajo humano depender¨¢ de si la combinaci¨®n de la creciente capacidad computacional, la inteligencia artificial y el ¡°internet de las cosas¡± origina o no un cambio fundamental en la frontera de posibilidades de innovaci¨®n.
Pablo Urbiola es analista de BBVA Research.
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