C¨®mo se vive en Venezuela, donde el mayor billete vale dos c¨¦ntimos de euro

Dickson Ni?o trabaja como taxista en la l¨ªnea oficial del aeropuerto de Maiquet¨ªa, el m¨¢s importante de Venezuela. A las cuatro de la tarde del pasado s¨¢bado esperaba su turno para llevar hasta Caracas, a trav¨¦s de una peligrosa autopista con curvas ascendentes bordeada por barrancos profundos, a los pasajeros reci¨¦n llegados al pa¨ªs. Ni?o sabe que, en estos d¨ªas, cuando el bol¨ªvar, la moneda local, ha perdido m¨¢s de la mitad de su valor en 15 d¨ªas, las posibilidades de conseguir clientes son m¨¢s complicadas.

Ese s¨¢bado sin embargo tuvo suerte. Adelant¨® al resto de sus compa?eros en la fila para recoger pasajeros porque estos ¡ªuna pareja de venezolanos que volv¨ªa de Par¨ªs¡ª eran clientes de la misma entidad bancaria que el taxista. Al no tener suficiente dinero en efectivo para pagar el costo del traslado ¡ª20.000 bol¨ªvares, unos siete d¨®lares al cambio del mercado negro de ese d¨ªa, solo cuatro d¨®lares al cambio de ayer¡ª, la ¨²nica opci¨®n que les quedaba era efectuar una transferencia bancaria, que se hace efectiva al instante. Lo que en muchos otros pa¨ªses pudiera entenderse como la adaptaci¨®n de un servicio a la era digital, en Venezuela es la respuesta a las necesidades de la poblaci¨®n que ha generado el colapso de la econom¨ªa.

El aumento diario del precio de los servicios y la falta de dinero en efectivo ¡ªderivado de las restricciones impuestas por el Gobierno sobre cajeros y taquillas de bancos¡ª ha alterado las relaciones entre clientes y prestadores de servicios. En una billetera est¨¢ndar no caben, por ejemplo, los 200 billetes de 100 bol¨ªvares ¡ªel de mayor denominaci¨®n en el mercado, equivalente ya solo a dos c¨¦ntimos de euro¡ª que se necesitar¨ªan para pagar el traslado en taxi hasta Caracas. Al ritmo de la ca¨ªda del bol¨ªvar en las dos ¨²ltimas semanas, en las que se ha devaluado un 58% en el mercado negro, las previsiones de inflaci¨®n del FMI para 2016 de un 720% parecen quedarse cortas.

Los economistas explican que el repunte del d¨®lar en el mercado negro es consecuencia de las menores entregas de divisas subsidiadas por el Estado, que permiten importar materias primas y alimentos b¨¢sicos, y del alza en el gasto p¨²blico como consecuencia de la llegada de las fiestas de fin de a?o. Las frustradas expectativas de cambio pol¨ªtico se han agregado como tercer factor en la ecuaci¨®n. El Gobierno ha logrado diferir un refer¨¦ndum revocatorio del presidente, Nicol¨¢s Maduro, y la Asamblea Nacional, donde es mayor¨ªa la oposici¨®n desde el pasado enero, no pudo poner l¨ªmites al r¨¦gimen a pesar de las expectativas que se generaron.

Restricci¨®n en cajeros

Todos los venezolanos est¨¢n sufriendo dos veces las consecuencias de la devaluaci¨®n. Ni?o sabe que cada vez son menos los nacionales y extranjeros que utilizan el avi¨®n por el recorte de vuelos y el elevado precio de los pasajes. Ahora tambi¨¦n debe lidiar con la falta de dinero en efectivo en un pa¨ªs en el que la mitad de la poblaci¨®n no est¨¢ bancarizada. ¡°A veces paso todo el d¨ªa esperando por un pasajero. Con un viaje diario me doy por servido¡±, asegura. Como muchos de sus compa?eros, espera que lleguen pronto al mercado los billetes de mayor denominaci¨®n que orden¨® imprimir Maduro para intentar atajar el problema que supone el manejo de fajos de billetes que no valen nada.

De momento, los bancos est¨¢n restringiendo las cantidades de dinero en efectivo que entregan a sus clientes. Como la moneda se deval¨²a a cada hora, es imposible calcular el equivalente en d¨®lares que los venezolanos pueden retirar. El pasado viernes el l¨ªmite estaba en 10.000 bol¨ªvares (unos tres d¨®lares diarios). Ayer eran solo 2,2 d¨®lares. En un a?o, la cotizaci¨®n del d¨®lar ha pasado de 911 a 4.885 bol¨ªvares en el mercado negro. Desde que Maduro fue elegido presidente en abril de 2013, el bol¨ªvar ha perdido m¨¢s del 99% de su valor.

¡°Hoy es imposible garantizar un abastecimiento estable sin abrir el mercado cambiario, sincerar la moneda y estimular la producci¨®n interna. Las estrategias de controles e intervencionismo han sido demoledoras para la econom¨ªa. Y cuanto m¨¢s duren, m¨¢s destruir¨¢n¡±, escribi¨® recientemente el analista Luis Vicente Le¨®n en la revista digital Prodavinci.