Las ¡®Hazas de la Suerte¡¯, el pueblo que se juega las tierras a la loter¨ªa
El 22 de diciembre Vejer sortea las rentas que generan 3.500 hect¨¢reas, repartidas en 232 hazas comunales, en una tradici¨®n ¡°¨²nica¡± de 728 a?os de antig¨¹edad
Vejer de la Frontera jugar¨¢ a la suerte el pr¨®ximo 22 de diciembre. La ma?ana de ese d¨ªa, dos bombos decidir¨¢n a qui¨¦nes, de sus 12.897 habitantes, les sonr¨ªe la fortuna. La emoci¨®n se palpa, el inminente sorteo se cuela en las conversaciones de caf¨¦s y mesas camilla de este hermoso pueblo blanco gaditano. Y es que los vejeriegos, este pr¨®ximo jueves, no se la juegan solo en la Loter¨ªa de Navidad. Mientras los ni?os de San Ildefonso cantan los n¨²meros en el Teatro Real de Madrid, las ni?as vejeriegas vestidas con el traje t¨ªpico de cobijada har¨¢n lo propio en el teatro de su pueblo. Ser¨¢ en el transcurso del Sorteo de las Hazas de Suerte. Vejer renueva as¨ª una tradici¨®n ¨²nica de 728 a?os, por la que sus habitantes se juegan el reparto de las rentas que generan 232 hazas o tierras para los pr¨®ximos cuatro a?os.
El sorteo se celebra cada a?o bisiesto y este 2016 no ser¨¢ una excepci¨®n. ¡°Es la forma m¨¢s igualitaria y equitativa de repartir unos bienes comunales. Es ¨²nica, no he encontrado nada igual hasta ahora¡±, confiesa el historiador vejeriego Juan Jes¨²s Cantillo. Tanto es as¨ª, que desde hace dos a?os es el encargado de coordinar el expediente de la candidatura de las Hazas ante la Unesco para convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Adem¨¢s, Cantillo ya est¨¢ ultimando el documento para la protecci¨®n del sorteo como Bien de Inter¨¦s Cultural, la m¨¢xima consideraci¨®n espa?ola. Con ambas catalogaciones, tanto Cantillo como el Ayuntamiento buscan ¡°proteger una tradici¨®n¡± en la que se entrelaza lo cultural, lo social, lo econ¨®mico y lo identitario.
De hecho, para cuando Emiliano Zapata, a principios del siglo XX, pronunci¨® su famoso grito ¡°la tierra es para quien la trabaja¡±, en Vejer ya llevaban siglos poniendo la consigna en pr¨¢ctica. Concretamente, las Hazas de Suerte comenzaron en 1288, al calor de la reconquista cristiana. ¡°Al estar Vejer en una zona tan expuesta a los peligros de una frontera, el rey Sancho IV se vio en la necesidad de incentivar la llegada de nuevos pobladores concedi¨¦ndoles, adem¨¢s de privilegios fiscales, una serie de lotes de tierras de labranza, las hazas, sin necesidad de responder ante se?or alguno. Nacen como propiedad del com¨²n de los vecinos¡±, reconoce Cantillo. ¡°Es de suponer que de Granada hasta C¨¢diz, el rey otorgara este privilegio a otras localidades fronterizas, sin embargo en las otras zonas se perdieron porque los nobles se hicieron con las tierras¡±, a?ade el doctor en Historia.
El h¨¦roe vejeriego
Es m¨¢s, Vejer no fue una excepci¨®n en estas pretensiones de la nobleza. Pasaron solo 140 a?os desde que el rey Fernando IV don¨® a la Casa de Medina Sidonia el se?or¨ªo de la villa hasta que un duque entendi¨® que esa cesi¨®n tambi¨¦n le daba derecho sobre estas tierras comunales. ¡°La enajenaci¨®n no sent¨® nada bien en el pueblo, fue el vejeriego Juan Relinque el que se encarg¨® de demostrar este sentir¡±, sentencia Cantillo. Tanto es as¨ª que, en pleno siglo XVI, el pueblo vio como su Zapata particular no dud¨® en conseguir una Provisi¨®n Real con la que demand¨® al duque de Medina Sidonia ante la Audiencia de la Real Chanciller¨ªa de Granada. Relinque muri¨® durante el pleito, ¡°pero los vecinos, imbuidos en el esp¨ªritu de libertad y justicia no cejaron en su empe?o¡±, contin¨²a Cantillo en su loa al que hoy es un h¨¦roe popular en Vejer.
El 8 de febrero de 1566 la Audiencia conden¨® al duque y le dio la raz¨®n a los vejeriegos. Como explica el historiador, ¡°para ese entonces, el pueblo hab¨ªa crecido tanto que ya hab¨ªa m¨¢s vecinos que hazas (en ese entonces eran 356) as¨ª que se decide crear un sorteo para su reparto, primero cada tres a?os y, desde 1850, cada cuatro¡±. Este 2016, se cumplir¨¢n 450 a?os de esa primera rifa y desde la Junta de Hazas (organismo colegiado que se encarga de su gesti¨®n) han intentado que el sorteo mantenga la tradici¨®n a la vez que evoluciona con los tiempos.
Hoy el agraciado con una haza consigue el derecho a percibir la renta de esa tierra tocada con la suerte, como explica Manuel Dom¨ªnguez, secretario de la Junta de Hazas. ¡°El dinero se cobra cada mes de octubre durante los siguiente cuatro a?os y el importe va de los 750 euros a los 1.300 euros, depende de la extensi¨®n de fanegas que tenga¡±, apunta Dom¨ªnguez. Las hazas reparten entre los vecinos, durante esas cuatro anualidades, un total de 928.000 euros. El importe, nada desde?able, despierta el inter¨¦s de las entidades bancarias que ofrecen la posibilidad de adelantar el cobro de los cuatro a?os en una sola vez, a cambio de una comisi¨®n.
Entre asentados y agraciados
Son 150 peque?os agricultores, llamados asentados, los que, a cambio de pagar estas rentas, explotan un total de 3.489,80 hect¨¢reas, repartidas en 13 partidos salpicados por todo el t¨¦rmino municipal de Vejer. Desde lo alto de la azotea de la Casa de la Cultura del pueblo se aprecian algunas de ellas, desperdigadas entre valles y colinas en forma de estrechos y largos rect¨¢ngulos, divididas as¨ª para que cada haza contenga ¡°tierras buenas y malas¡±. ¡°Su distribuci¨®n, adem¨¢s, ha frenado la presencia de grandes latifundios en pocas manos. Vejer es un pueblo de peque?os agricultores y ganaderos¡±, reconoce Cantillo.
Juan Antonio Dur¨¢n, de 51 a?os, es uno de los que explotan estas tierras. Como peque?o agricultor, forma parte del padr¨®n de asentados; como vejeriego, del de los vecinos con derecho al Sorteo de las Hazas de Suerte. En el primero, ganar el sorteo da derecho vitalicio sobre cada haza que toque, siempre y cuando se sea vecino de Vejer y, al menos, la mitad de los ingresos procedan de esas tierras comunales. Dur¨¢n explota dos, el m¨¢ximo permitido: ¡°Son 45 fanegas de secano en las que siembro cereal, trigo, girasol o pastos para el ganado¡±. Reconoce que ¡°arrendar tierras por fuera ser¨ªa m¨¢s costoso, a¨²n as¨ª sobrevivir a base de esto ser¨ªa imposible si no fuera por las ayudas¡±.
Para poder ganar las rentas de una haza hay que inscribirse como unidad familiar en el padr¨®n del sorteo, el mismo que desde hace semanas se expone en la calle Plazuela, esquina con Juan Relinque. El documento se va actualizando con las altas y bajas de vecinos, pero no se renueva hasta que no han sido agraciados todos los que lo componen. Para esta rifa, en el actual padr¨®n (realizado en 1996) se la jugar¨¢n 1.747 unidades familiares que engloban a 5.412 vejeriegos. Los diez m¨¢s mayores inscritos tienen garantizada la asignaci¨®n directa. ¡°Se estima que hasta dentro de 16 o 20 a?os no se har¨¢ un nuevo padr¨®n, eso hace que la gente se incorpore a ¨¦l con 56 a?os o m¨¢s¡±, reconoce Cantillo.
En el listado, cuando fallecen los cabezas de familia, aparecen los hijos referenciados como ¡°menores de¡±. Igualmente, los mayores de edad con casa propia, pero sin casar, se inscriben al padr¨®n como ¡°mocitos de casa abierta¡±. Frente a estas tradiciones, ¡°se ha buscado que el Sorteo no se quede fosilizado, que sea vivo¡±. Desde hace a?os, equipara a hombres y mujeres como cabezas de familia e incorpora las realidades familiares actuales ¡°para que est¨¦ en consonancia con los derechos civiles que disfrutamos hoy¡±, como matiza Cantillo.
Una de las mayores pretensiones del historiador es ser capaz de condensar en el expediente para la Unesco ¡°el sentimiento de colectividad del vejeriego, la emoci¨®n que se siente el d¨ªa del sorteo, los nervios cuando toca o como se inculca a los ni?os el respeto a esta tradici¨®n¡±. Valores que el pr¨®ximo jueves, desde las diez de la ma?ana, quedar¨¢n patentes. Como cada cuatro a?os, el teatro municipal promete lleno absoluto. En vivo o a trav¨¦s de la megafon¨ªa instalada en todo el pueblo, los vejeriegos escuchar¨¢n la famosa frase: ¡°La Haza primera, caballer¨ªa primera de Bujar toc¨® a¡¡±. Con el nombre del agraciado, llegar¨¢ el estallido de alegr¨ªa en las casas afortunadas. Luego vendr¨¢n los planes para ¡®colocar¡¯ el dinero. Como en las d¨¦cadas de los 60 y 70, cuando no hubo vejeriega que no echara el dinero en comprarse una moderna lavadora. ¡°Como le toca a gente mayor, suelen ser premios repartidos que van a tapar agujeros, pagar estudios o regalos para hijos y nietos¡±, explica Dom¨ªnguez.
En una ma?ana cualquiera en estos d¨ªas previos al sorteo, en el popular bar Peneque ubicado en la plaza de Espa?a, tan solo hay que mencionar las Hazas para que en la barra se cree tertulia. ¡°Yo todav¨ªa no estoy en el padr¨®n porque no estaba casado cuando se hizo. A mi padre le toc¨® hace cuatro a?os, hizo una cartilla y guard¨® todo el dinero ah¨ª para mi hija¡±, explica un tertuliano. Catavino en mano, un vecino replica: ¡°?Te acuerdas de Antonio al que le toc¨® dos veces? ?Qu¨¦ suerte tuvo el t¨ªo! A ver cuando entro yo en el padr¨®n, tengo unas ganas¡¡±. Cantillo, acostumbrado a estas escenas, sonr¨ªe: ¡°?Ves lo que te digo? La gente habla de las hazas como ¡®nuestras¡¯. Aqu¨ª diferenciamos perfectamente entre lo p¨²blico, lo privado y lo comunal¡±.
Las hazas de Barbate
En 1938, Barbate consigui¨® la independencia de Vejer de la Frontera. En el acuerdo, las Hazas tambi¨¦n tuvieron su protagonismo. La localidad costera se qued¨® 124 hazas, algunas en t¨¦rmino municipal de Vejer. Algo m¨¢s de la mitad de ellas, fueron expropiadas en 1982 despu¨¦s para crear un campo de adiestramiento militar, el Ret¨ªn. Ahora, la intenci¨®n es que Barbate se incorpore tambi¨¦n al expediente vejeriego ante la Unesco para conseguir su declaraci¨®n como Patrimonio de la Humanidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.