Empleo: las dos caras de la recuperaci¨®n
Es hora de debatir y buscar soluciones para evitar una mayor segmentaci¨®n a¨²n de nuestro mercado de trabajo
Nuestra econom¨ªa lleva tres a?os en una fase expansiva. Crecemos a un ritmo parecido al registrado antes de la recesi¨®n. El paro registrado ya se redujo en un mill¨®n de personas entre finales del 2013 y del 2016 (un 21%). El n¨²mero de afiliados en alta laboral creci¨® en 1,5 millones en ese mismo per¨ªodo, y se ha recuperado ya algo m¨¢s de la mitad (51,2%) del empleo perdido durante los siete largos a?os de recesi¨®n.
El n¨²mero de desempleados ya se encuentra por debajo del registrado a finales del 2009, y el nivel de afiliaci¨®n ya es muy similar. As¨ª pues, en cuanto a cifras de paro y empleo, nos quedar¨ªa s¨®lo por recuperar lo perdido durante los primeros pasos de la crisis, el efecto directo del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. De hecho, pr¨¢cticamente todos los sectores de actividad han recuperado empleo excepto el de la construcci¨®n y sus industrias auxiliares, y el sector financiero. Dos sectores destacan por encima de los dem¨¢s: el de la hosteler¨ªa que se sit¨²a ya con un 32.5% de afiliados al r¨¦gimen general m¨¢s que en diciembre del 2009, y el educativo, con un incremento del 20%.
Pero al margen de estas cifras, lo que resulta ya m¨¢s complicado de explicar desde la perspectiva del ciclo econ¨®mico, es el comportamiento de los indicadores de precariedad laboral. El n¨²mero de contratos temporales ha vuelto a superar el registrado en la serie hist¨®rica. Y si superamos estas cifras es esencialmente por la recuperaci¨®n de los contratos de obra y servicio (a pesar de los casi 2 millones de empleos menos relacionados con la construcci¨®n), pero tambi¨¦n debido al importante aumento de los contratos de muy corta duraci¨®n: una semana o menos. En consecuencia, tambi¨¦n ha vuelto a aumentar la rotaci¨®n involuntaria, como indican el crecimiento incesante de altas y bajas en los registros de afiliaci¨®n a la Seguridad Social y el n¨²mero de parados que se dan de alta y baja entre finales de mes. De esta forma aunque vemos ca¨ªdas muy sustanciales del n¨²mero de parados, el n¨²mero de altas como demandantes desempleados es a¨²n un 25% mayor que antes de la crisis.
Tambi¨¦n es cierto que este tipo de contratos tan cortos afecta a¨²n a un n¨²mero reducido de personas (en el a?o 2015, a algo m¨¢s 200.000). Probablemente haya que buscar una explicaci¨®n de este fen¨®meno en los cambios que la digitalizaci¨®n empieza a producir en las relaciones laborales. La contrataci¨®n bajo demanda, la uberizaci¨®n del trabajo, la gig economy o los supertemps, son conceptos y figuras que se est¨¢n incorporando a nuestro mercado de trabajo, y que pronto lo har¨¢n con m¨¢s fuerza, con efectos serios sobre la protecci¨®n social. Es hora de debatir y buscar soluciones para evitar una mayor segmentaci¨®n a¨²n de nuestro mercado de trabajo.
Florentino Felgueroso es investigador de Fedea
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