El anillo con el que pagar¨¢s tus compras

Londres parece ajeno al Brexit. Las gr¨²as colonizan los pocos espacios que quedan libres y la sensaci¨®n de agitaci¨®n constante sigue presente. Junto a las v¨ªas del tren de la estaci¨®n de Paddington se ha desarrollado un moderno campus empresarial y residencial. All¨ª Visa ha inaugurado esta semana su principal centro de innovaci¨®n. Al evento invit¨® a casi una treintena de medios de comunicaci¨®n, entre ellos EL PA?S.

M¨¢s de 1.000 metros cuadrados destinados a convertirse en un laboratorio donde dise?ar los sistemas de pago de un futuro no tan lejano. En este edificio completamente acristalado, el dinero en efectivo y las tarjetas de cr¨¦dito parecen cosas del pleistoceno. En unos a?os, las transacciones se har¨¢n con anillos, desde los frigor¨ªficos, pasando la mano por un esc¨¢ner o bien a trav¨¦s de sistemas de recontamiento de voz.

El primer centro de este tipo lo abri¨® la compa?¨ªa hace ocho a?os en San Francisco. M¨¢s tarde inaugur¨® plataformas similares en Miami, Dub¨¢i y Singapur. La manera en la que funcionan estos espacios es la siguiente: un cliente de Visa quiere mejorar su sistema de pago o de cobro y durante una semana sus representantes conviven con los t¨¦cnicos de la multinacional americana con el compromiso de que, al concluir su estancia, se vayan al menos con un programa piloto como respuesta a su problema.

¡°Es un tremendo cambio en nuestra forma de trabajar. Nos alejamos del enfoque de adentro hacia fuera, seg¨²n el cual desarrollamos productos y luego los ofrecemos a nuestros clientes¡±, explica Bill Gajda, responsable de asociaciones estrat¨¦gicas de Visa Europa. ¡°Al cambiar nuestro enfoque y trabajar lado a lado con clientes y socios, podemos crear soluciones de pago de pr¨®xima generaci¨®n que est¨¦n alineadas con las necesidades del mercado y que resuelvan problemas del mundo real¡±, a?ade.

Uno de los campos en los que trabaja Visa es en el denominado Internet de las cosas. Es decir, c¨®mo desarrollar sistemas para que los objetos paguen por otros objetos o servicios. En 2020, seg¨²n c¨¢lculos de la compa?¨ªa, habr¨¢ casi 21.000 millones de dispositivos conectados a la Red. En esta cifra se incluyen, por supuesto, los tel¨¦fonos m¨®viles, pero tambi¨¦n la denominada tecnolog¨ªa wearable (que se lleva puesta), las aplicaciones del hogar y los coches. ¡°Cada objeto es una plataforma potencial para transferir dinero, y en Visa, a trav¨¦s del servicio Token, queremos hacerlo realidad para que los pagos se realicen con total seguridad¡±, se?ala Jim McCarthy, responsable de innovaci¨®n de la firma.

Ecosistema colaborativo

En este nuevo entorno financiero en el que los bancos han perdido el monopolio y donde las formas de pago tradicionales comienzan su ocaso, las empresas tienen que buscar la colaboraci¨®n con nuevos socios estrat¨¦gicos. Un ejemplo de estas necesidades es el acuerdo entre Visa e IBM para desarrollar sistemas de pago espec¨ªficos para el Internet de las cosas. ¡°Consideremos el caso del coche. Los expertos estiman que habr¨¢ 380 millones de autom¨®viles conectados en 2021. En Visa hemos estado trabajando con varios fabricantes de autom¨®viles y otras compa?¨ªas de todo el ecosistema de autos para construir y probar prototipos para pagos basados en autom¨®viles¡±, indica McCarthy.

Los conductores, de acuerdo con los sistemas en los que trabaja Visa y sus socios, podr¨ªan, por ejemplo, recibir una alerta cuando su permiso de circulaci¨®n est¨¦ a punto de expirar o cuando una pieza espec¨ªfica del coche necesite ser reemplazada. ¡°De esta forma tendr¨¢n la posibilidad de dar una respuesta desde el propio coche, ya sea programando una cita de servicio de ITV o pidiendo la pieza a reparar al proveedor que tiene el coste m¨¢s bajo y el tiempo de env¨ªo m¨¢s r¨¢pido¡±, describe el responsable de innovaci¨®n.

Londres es la capital mundial de las tecnolog¨ªas financieras (fintech) y Visa quiere, a trav¨¦s de su nuevo centro, sacar partido a la experiencia de las m¨²ltiples start-ups vecinas. Cuantos m¨¢s medios de pago existan, m¨¢s comisiones se llevar¨¢ la firma de las famosas tarjetas.