Muerte y bajadas de impuestos
En todo el pa¨ªs los republicanos se han topado con multitudes que exigen saber c¨®mo se proteger¨¢ a los 20 millones de estadounidenses que consiguieron un seguro m¨¦dico gracias a la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, y que lo perder¨¢n si se revoca esta ley. Y, tras todos esos vituperios contra los males de Obamacare, resulta que no tienen nada.
En cambio, hablan de libertad, lo que, en los tiempos que corren, es el verdadero refugio de los canallas.
De hecho, muchos republicanos destacados ni siquiera han llegado al punto de intentar responder a las cr¨ªticas; se limitan a lloriquear sobre lo malos que son sus votantes y a hablar de teor¨ªas conspiratorias. Vamos, unos tiquismiquis a los que les encanta criticar pero no soportan que los critiquen.
De modo que el representante Jason Chaffetz ha insistido en que las protestas generalizadas solo son ¡°un intento pagado de acosar e intimidar¡±; Sean Spicer, secretario de prensa de la Casa Blanca, tacha todas las manifestaciones contra Trump de ¡°movimiento falsamente popular y muy bien pagado¡±. Y el tuitero en jefe ha declarado con enfado que las protestas ¡°est¨¢n planeadas por activistas liberales¡± (porque ?qu¨¦ podr¨ªa ser peor que la acci¨®n pol¨ªtica de gente pol¨ªticamente activa?).
Muchos republicanos ni si quiera responden a las cr¨ªticas; se limitan a lloriquear por lo malos que son sus votantes
Pero quiz¨¢s el espect¨¢culo m¨¢s triste lo est¨¦ dando Paul Ryan, presidente de la C¨¢mara, a quien los medios de comunicaci¨®n llevan a?os presentando como un conservador serio y sincero, alguien con reflexiones profundas sobre c¨®mo reformar el colch¨®n de seguridad estadounidense. Esa reputaci¨®n nunca ha estado justificada; aun as¨ª, incluso a los que hace mucho nos dimos cuenta de que era un embaucador nos ha sorprendido su absoluta incapacidad para estar a la altura.
Tras a?os de preparaci¨®n, Ryan por fin revel¨® lo que se supon¨ªa era el esquema general de un plan de asistencia sanitaria. Se trataba, en esencia, de un chiste malo: desgravaciones fiscales fijas, sin relaci¨®n con los ingresos, que pueden aplicarse a la contrataci¨®n del seguro m¨¦dico.
Obviamente, estas desgravaciones ser¨ªan insuficientes para las familias de ingresos bajos e incluso medios que consiguieron cobertura sanitaria gracias al Obamacare, por lo que el n¨²mero de personas sin seguro se disparar¨ªa. Por otra parte, a los ricos les llover¨ªa un buen dinerito del cielo. Es curioso que eso pase con cada una de las propuestas de Ryan.
Eso fue la semana pasada. Esta semana, quiz¨¢s siendo consciente del mal recibimiento de su plan, ha empezado a tuitear sobre la libertad, que ¨¦l define como ¡°la capacidad para comprar lo que uno quiera, en funci¨®n de lo que necesite¡±. ?La soberan¨ªa de los consumidores o la muerte! Y el Obamacare, ha declarado, es malo porque priva a los estadounidenses de esa libertad, al hacer cosas como establecer criterios m¨ªnimos para las p¨®lizas de seguro.
Dudo mucho que esto vaya a cuajar, ahora que los estadounidenses de a pie empiezan a darse cuenta de lo devastadora que ser¨ªa la p¨¦rdida de cobertura sanitaria. Pero, para que conste, perm¨ªtanme recordar a todo el mundo algo que llevamos a?os diciendo: cualquier plan que permita a todos acceder a una asistencia b¨¢sica tiene que conllevar cierta restricci¨®n de la capacidad de elecci¨®n.
Supongamos que quieren conseguir que las personas ya enfermas accedan a un seguro m¨¦dico. No se pueden limitar a prohibir que las aseguradoras discriminen en funci¨®n de los antecedentes m¨¦dicos; si lo hacen, la gente no se inscribir¨ªa hasta que cayera enferma. De modo que la contrataci¨®n del seguro tiene que ser obligatoria; y hay que dar subvenciones a las familias de ingresos m¨¢s bajos, para que puedan pagar las p¨®lizas. La consecuencia final de este razonamiento es... Obamacare.
Y una cosa m¨¢s: las p¨®lizas de seguro tienen que ajustarse a unos criterios m¨ªnimos. De lo contrario, la gente sana adquirir¨¢ p¨®lizas baratas con una cobertura escas¨ªsima y muchos gastos desgravables, que viene a ser lo mismo que no contratar ning¨²n seguro.
De modo que s¨ª, el Obamacare restringe un poco la capacidad de elecci¨®n; pero no porque los entrometidos bur¨®cratas quieran arruinarles la vida, sino porque se necesitan algunas restricciones como parte del paquete que, en muchos sentidos, hace libres a los estadounidenses.
Porque la reforma sanitaria ha sido una experiencia tremendamente liberadora para millones de personas. Significa que los trabajadores no tienen que temer que dejar de trabajar para una gran empresa vaya a traducirse en la p¨¦rdida de su seguro m¨¦dico, y que los emprendedores no tienen que tener miedo a trabajar por cuenta propia. Significa que esos 20 millones de personas que han obtenido cobertura no tienen que tener miedo a la ruina econ¨®mica si enferman (o a una muerte evitable si no pueden permitirse el tratamiento). No hay motivos reales para cuestionar que Obamacare salva decenas de miles de vidas cada a?o.
Entonces, ?por qu¨¦ los republicanos lo odian tanto? No es porque tengan ideas mejores; como hemos visto estas ¨²ltimas semanas, llegan con las manos vac¨ªas a la parte de la ¡°sustituci¨®n¡± de su eslogan ¡°revocaci¨®n y sustituci¨®n¡±. No es, lamento decirlo, porque sientan un respeto profundo por el derecho de los estadounidenses a elegir la p¨®liza de seguro que quieran.
No, fundamentalmente, odian el Obamacare por dos razones: demuestra que el Gobierno puede mejorar la vida de la gente y, en gran parte, se paga con los impuestos de los ricos. Su objetivo primordial es suprimir esos impuestos. Y si para conseguir esas rebajas de impuestos, un buen n¨²mero de personas tiene que morir, recuerden: ?libertad!
Paul Krugman es premio Nobel de Economia ? The New York Times Company, 2017. Traduccion de News Clip
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