Utilizamos solo el 10% del cerebro y otras falsas creencias en educaci¨®n
Expertos en neurodid¨¢ctica desmontan algunas concepciones err¨®neas relacionadas con el aprendizaje
En los ¨²ltimos a?os la neurodid¨¢ctica, que estudia c¨®mo aprende el cerebro, est¨¢ transformando la educaci¨®n. El gran avance es que gracias a las m¨¢quinas de neuroimagen se puede ver la actividad cerebral mientras se realizan tareas y as¨ª detectar cu¨¢les con los m¨¦todos de aprendizaje m¨¢s eficaces. Pero esta revoluci¨®n conlleva un peligro: la mala interpretaci¨®n por parte de los educadores de algunos hallazgos cient¨ªficos. ¡°Se conocen como neuromitos y el problema es que algunos centros educativos est¨¢n basando sus nuevas pedagog¨ªas en estas falsas creencias¡±, explica Anna For¨¦s, profesora de la facultad de Educaci¨®n de la Universidad de Barcelona y coautora del libro Neuromitos en educaci¨®n (Plataforma Editorial).
For¨¦s junto a un grupo de m¨¦dicos, genetistas, psicol¨®gos y pedagogos es la impulsora de los dos m¨¢steres en Neurodid¨¢ctica de la Universidad Rey Juan Carlos y de la UB, lanzados en los ¨²timos dos a?os. En 2015 algunos de ellos decidieron investigar los 12 neuromitos m¨¢s extendidos entre la comunidad educativa y reunirlos en una publicaci¨®n. ¡°Nuestro objetivo es desmontar esas creencias con datos reales obtenidos en investigaciones neurocient¨ªficas¡±, cuenta For¨¦s, que cree que la desesperaci¨®n de los centros por cambiar la forma de ense?anza les lleva a implantar m¨¦todos que no est¨¢n probados.
¡°La educaci¨®n necesita aire fresco porque las pedagog¨ªas de los ¨²ltimos cincuenta a?os ya no funcionan, pero hay que llevar cuidado¡±, apunta. Estas son tres de las falsas creencias que se recogen en el libro:
- Aprendemos mejor cuando recibimos la informaci¨®n acorde con nuestro estilo de aprendizaje: visual, auditivo o cenest¨¦sico (falso). Howard Gardner, psic¨®logo y profesor de la Universidad de Harvard, revolucion¨® el mundo de la educaci¨®n con su teor¨ªa de las inteligencias m¨²ltiples. Fue el primero en proponer que existen ocho tipos de inteligencias (ling¨¹¨ªstica, l¨®gico-matem¨¢tica, cin¨¦tico-corporal, musical, espacial, naturalista, interpersonal e intrapersonal), independientes entre s¨ª, y que cada persona destaca en el manejo de una o de varias. ¡°Supuso un gran avance porque desde ese momento se dej¨® de clasificar a los ni?os como listos o tontos; si no se te dan bien las matem¨¢ticas no eres menos inteligente que los dem¨¢s¡±, indica Anna For¨¦s.
Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de esa teor¨ªa, algunos centros educativos, explica For¨¦s, comenzaron a dise?ar nuevas metodolog¨ªas centradas en explotar las habilidades que por naturaleza se nos dan bien: la visual, la auditiva o la cenest¨¦sica -relacionada con los movimientos corporales-. ¡°Se dio por hecho que los alumnos visuales aprenden mejor con mapas o v¨ªdeos, los auditivos con podcast o debates y que los cenest¨¦sicos necesitan manipular objetos¡±, apunta en el libro Jes¨²s Guill¨¦n, profesor de la UB y autor del blog Escuela con cerebro.
Seg¨²n el estudio Learning styles: concepts and evidences, publicado en 2008 por el investigador de la Universidad de California Harold Pasher, dentro de la ¡°abundante¡± literatura sobre estilos de aprendizaje solo tres estudios utilizaron un dise?o experimental adecuado y de ninguno de ellos se puede deducir que la ense?anza basada en estilos de aprendizaje sea beneficiosa. ¡°El funcionamiento natural del cerebro, que mantiene conectadas diversas regiones en permanente actividad, imposibilita que nos centremos en una ¨²nica modalidad sensorial¡±, se?alan en el libro.
Una muestra de lo arraigada que est¨¢ esa creencia en el entorno escolar es una encuesta en la que se pregunt¨® a 932 profesores de Reino Unido, Holanda, Turqu¨ªa, Grecia y China si cre¨ªan que las personas aprenden mejor cuando reciben la informaci¨®n en su estilo de aprendizaje preferido. El 95,8% de ellos respondi¨® que s¨ª. ¡°Seg¨²n las ¨²ltimas investigaciones en neurociencia sobre la plasticidad cerebral, facilitamos el aprendizaje cuando los materiales curriculares se presentan en m¨²ltiples modalidades sensoriales¡±, apunta Guill¨¦n.
- Utilizamos solo el 10% de nuestro cerebro (falso). ¡°La neurociencia ha demostrado que en la realizaci¨®n de tareas utilizamos el 100% de nuestro cerebro¡±, apuntan en el libro Jos¨¦ Ram¨®n Gamo, neuropsic¨®logo infantil y director del M¨¢ster en Neurodid¨¢ctica de la Universidad Rey Juan Carlos, y Carme Trinidad, profesora de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. ¡°Tecnolog¨ªas como la resonancia magn¨¦tica han aportado luz en cuanto a los niveles de activaci¨®n cerebral y han demostrado que solo cuando se ha sufrido una lesi¨®n cerebral y esta provoca da?os graves se observan ¨¢reas del cerebro inactivas¡±, destacan. Tambi¨¦n se ha demostrado que incluso cuando dormimos todas las partes de nuestro cerebro presentan alg¨²n nivel de actividad.
En un intento por identificar el origen de esa creencia (la de que solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro) los autores se refieren a la afirmaci¨®n del profesor de Harvard William James, que a principios del siglo XX defend¨ªa que solo usamos una peque?a parte de nuestros recursos mentales y f¨ªsicos. Tambi¨¦n a ¡°malas interpretaciones¡± de algunos estudios neurocient¨ªficos de finales del siglo XIX y principios de XX. Seg¨²n explican, en uno de ellos se afirmaba que solo el 10% de las neuronas est¨¢n ¡°encendidas¡± en determinados momentos y en otro que solo se hab¨ªan podido mapear un 10% de las funciones cerebrales.
- Escuchar la m¨²sica de Mozart nos hace m¨¢s inteligentes y mejora nuestro aprendizaje (falso). Es una experiencia contrastada que la formaci¨®n musical comporta un mayor rendimiento cognitivo: el aprendizaje de un instrumento desarrolla la audici¨®n, la motricidad, la intuici¨®n y el razonamiento espaciotemporal. Ahora bien, ¡°de ah¨ª a afirmar que la audici¨®n de una pieza de m¨²sica cl¨¢sica, y en particular de Mozart, puede hacer que el ni?o sea m¨¢s inteligente al aumentar alguna de sus funciones ejecutivas -capacidades relacionadas con la gesti¨®n de las emociones, la atenci¨®n y la memoria que permiten planificar y tomar decisiones adecuadas- y que por ello alcance un mayor dominio de las asignaturas como la lengua y las matem¨¢ticas hay una notable diferencia¡±, explica en el libro F¨¦lix Pardo, profesor del Posgrado de Neuroeducaci¨®n de la Universidad de Barcelona.
La consagraci¨®n del efecto Mozart pareci¨® llegar con el art¨ªculo Musical and spatial task performance, publicado en Nature en 1993 y realizado por investigadores del Centro de Neurobiolog¨ªa del Aprendizaje y la Memoria de la Universidad de California. Tras un experimento de cinco d¨ªas con estudiantes de secundaria, sugirieron que escuchar a Mozart ¡°organiza la actividad de las neuronas en la corteza cerebral, reforzando los procesos creativos y la concentraci¨®n¡±. Sus conclusiones fueron malinterpretadas y simplificadas por pol¨ªticos estadounidenses y por parte de la comunidad educativa, remarcan en el libro Neuromitos en educaci¨®n. En 1998 el gobierno del estado de Florida aprob¨® una ley que emplazaba a las guarder¨ªas p¨²blicas a escuchar al menos una hora de m¨²sica cl¨¢sica al d¨ªa y ese mismo a?o diferentes escuelas p¨²blicas del pa¨ªs informaron de mejoras en la atenci¨®n y en el rendimiento acad¨¦mico por el hecho de poner m¨²sica cl¨¢sica de fondo en sus clases.
Mozart se coloc¨® en las listas de superventas. Una de las autoras del art¨ªculo Musical and spatial task performance manifest¨® su malestar por el marketing comercial y pol¨ªtico en torno a su estudio y recalc¨® que no exist¨ªa ninguna evidencia de que la audici¨®n de Mozart incrementara el coeficiente de inteligencia.
Investigadores de la facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad de Viena analizaron en 2010 40 investigaciones publicadas sobre el efecto Mozart, con cerca de 3.000 participantes, y concluyeron que no se hab¨ªan encontrado mejoras significativas en las habilidades cognitivas de los expuestos a la m¨²sica de Mozart, as¨ª como ninguna mejora en el coeficiente de inteligencia. "No hay ninguna duda: escuchar a Mozart no te hace m¨¢s inteligente", zanja F¨¦lix Pardo.
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